Subida por Mooneyes
Tengo claro que para esta prueba se necesita ayuda divina… O mucha paciencia para encontrar una roca con forma de zapato. En mi caso, fue la divinidad quien me dio el poder y pude encontrar la piedra (bueno, yo no, pero como buena egocéntrica, me atribuyo las cosas que no he conseguido) *.*
Era pleno julio, mis padres habían venido a vernos al Cuervo y a mí, y uno de los días que teníamos programado era pasarlo en Montserrat. No sé hasta qué punto es cierto, pero a la montaña le protege un aura mística, algo de magia y no sé, tiene un algo que parece estar tocada por la mano de un dios raro, con una aureola o algo así O.O
La cuestión es que estábamos haciendo una de las rutas, la de San Miguel, en concreto, por la montaña. Íbamos tan campantes y felices, hasta que mi padre, de repente, se detiene en mitad del camino entorpeciendo a alemanes serios y con su cabeza cuadrada (¡ua! Chistaco de nacionalidades, qué buena soy ¬_¬), y se agacha para recoger algo del suelo.
Nos miramos extrañados, y le pregunto que qué hace. Se gira y me enseña algo que tiene entre los dedos. Con los ojos como platos, nos acercamos el cuervo y yo, y miramos la piedra.
Les había dicho a mis padres anteriormente lo que tenían que buscar, hacer o encontrar para conseguir ayudarnos a realizar pruebas de la Umbrionada. Yo se lo comento, pero, después, no creo que se acuerden. La cuestión es que, en aquella ocasión, se acordaron, y mi padre, ante mi cara totalmente extrañada por la emoción, me pregunta: “¿No querías una piedra con forma de zapato? Mira, esta lo tiene. La puedes pintar y todo”, me dice el cachondo.
La cojo y la contemplo. Sí, es la misma montaña la que ha puesto aquella roca con forma de zapato en nuestro camino y quiso la montaña que mi padre la viera.
La guardé para que no se me perdiera, y días después, cuando Ishtar vino a casa, aprovechamos para hacer la foto con la roca milagrosa *.*
Fue un milagro de Montserrat. Lo tengo claro.