Subida por Morgian
Morgian se encontraba tranquila y felizmente montando su plan para el mal adquirido en Ikea –sin instrucciones ni nada-, iluminada por el vaivén de la luz de unas velas que sustituían la electricidad recientemente desaparecida, cuando de pronto el más hermoso de los felinos rubios irrumpió en la habitación corriendo despavorido, derrapando incluso en los metros lisos, incapaz de mirar atrás más que con sus oídos. Y no fue hasta que se encontró con las cajas que habían retenido la maldad sueca de importación que el gatico detuvo su huida y pasó a esconderse acechar desde la cobertura que una pared acartonada le otorgaba.
Comprobó y revisó el pasillo dos, tres, cuatro veces y en ninguna de ellas nada le convenció para abandonar su escondite pero sí consiguió llamar la atención de Morgian que alzó su vista de los planes viles y dedicó una mirada de soslayo al felino.
En otras ocasiones lo hubiese ignorado, inmersa en sus asuntos, pero en aquella ocasión algo en el número de pelos erizados en el gato color trigo maduro la ánimo a levantarse y atarse su batín con determinación, preparando inconscientemente su armadura para aquello que se encontraba oculto en el pasillo.
El primer tramo fue fácil, rápido, sigiloso; Morgian consiguió cruzar hasta la cocina demostrando a su gatuno compañero que no había nada que temer, sin embargo, algo en la oscuridad que engullía el final del pasillo despertó un sentimiento helado en las entrañas de Morgian, algo acechaba en las sombras más espesas de la casa, algo que había calado tanto en el felino como en ella. Miró a su alrededor, fingiendo calma, liderando a sus tropas de cuatro patas; y con pulso firme y alma temblorosa se vistió su yelmo de “Pagarás por asustar a mis gaticos” y empuño su pompero poliburbuja.
Agarró con fuerza la cacerola, guardando, sin saberlo, a su escudero en ella y saltó al pasillo decidida, preparada para eliminar la amenaza fantasma.
Finalmente, resultó ser Atreide, iluminando el camino con la luz del logo del equipo, en busca de los fusibles. Suertudamente la gran aventura fue plasmada para la eternidad por este gran héroe.
True story.
Anécdota patrocinada por: Khat.
Tú sí que eres una bicha =P
Kay, tu sello es amor <3. No me esperaba que lo hicieras de verdad XDDD. ¡Ole tú!