Los peores designios de la humanidad han acabado por cumplirse. Y, a diferencia del caos desatado por la interpretación radiofónica que hizo Orson Welles de "La guerra de los mundos", esta vez no es teatro. Por si no fueran poco los problemas actuales del mundo con la crisis griega, el enaltecimiento de las políticas de control de Internet, la pobreza y hambruna producidas por un norte egoísta y el nuevo orden mundial asiático que poco a poco se impone en una civilización hecha jirones, la amenaza que miles de películas y novelas han utilizado para aterrar al público se ha vuelto real. El temido contacto con una raza superior se ha efectuado. Sus naves han aparecido en todos los cielos del globo, y su mensaje de purificación del planeta ha sido oído por todos. No hay escapatoria. "Únete a la salvación del planeta, o muere luchando contra los salvadores." Su lema ha sido introducido en todos los medios audiovisuales. Televisión, radio, periódicos... a través de su tecnología lo han hecho llegar a toda la población. Vienen para salvar el planeta, y destruirán a quien haga falta para ello. Irónico, ¿verdad?
Está en boca de todo el mundo. No hay nadie que ignore la realidad sobre la nueva política alzada en Europa contra aquellos que ostentan el nombre de "Vigilantes" o cualquier otra aberración -como muchos han comenzado a llamar- de aquellos que dicen luchar por la justicia. Pero, y aunque no todo el mundo la apoya, el proyecto de Ley se ha alzado en el Parlamento y los debates previos a su alzamiento y vigencia son puro teatro ante lo que los grandes defensores del anonimato saben que es inevitable: "La Ley de Registro Metahumana". Durante los últimos años la Unión Europea y las grandes corporaciones se han dividido ante lo que se ha calificado de "Hitleriano" y "Neonazismo", pero que muchos han considerado adecuado. Los gobiernos no podían pasar por alto la existencia de aquellos que decidieron tomarse la justicia por su cuenta y, enmascarados, hacen todo lo que consideran útil para el logro de su objetivo, sea este moral o no. Así, y con la férrea defensa del Presidente de España -primer impulsor de la ley y metahumano confeso- Europa ha cedido y, tras unos días, será real: el sí a la Ley.
"Ante el amparo de la ley, no solo los ciudadanos estarán a salvo, los propios protagonistas por la que se erige este nuevo pilar de nuestra nueva sociedad podrán vivir una nueva vida. Marcados en el registro civil como poseedores de un don, podrán ejercer su derecho a la justicia siempre y cuando una federación oficial los respalde tras pasar las pruebas y exámenes para convertirse, como un policía más, en funcionarios de las Fuerzas Especiales Metahumanas"
(Fragmento del Discurso de Presentación de la Ley)