Érase una vez, en el mundo de las fábulas, un reino que adolecía del olvido de los hombres. Ya muy pocas personas contaban sus cuentos y creían sus historias. Los relatos, antaño pasados de padres a hijos, yacían olvidados en la memoria de los poco cuentacuentos que todavía recorrían los caminos. Sí, amigos míos, el mundo de las fábulas estaba enfermo, y el Reino de Macedonia era uno de los pacientes más graves.
Sus habitantes llevaban tiempo desapareciendo. Al principio poca gente lo advirtió. Solo se trataba de viajeros solitarios que se adentraban demasiado en los límites del reino. Pero las desapariciones han ido aumentando y el Rey de Picas, Rey de Macedonia por derecho y herencia, ya no puede desviar la vista hacia otro lado.
El 6 de agosto será el Día de las Audiencias Reales. Un buen día para convocar al bardo y organizar un baile en el castillo. Tal vez él pueda componer un nuevo cuento que los reviva, que deje huella en la memoria de sus súbditos y les dé siglos de próspera felicidad.
¡Rápido! ¡Quedan muchos preparativos por hacer! Palomas que enviar, faisanes que cazar y servir en la mesa rellenos de crema de castaña. Músicos que llamar y clases de baile que tomar (a ver si esta vez consigo no pisar a la reina) ¡Llamad a los sastres! ¡Encargad los mejores vinos! Esa noche todo debe salir perfecto!
Diciembre del 2014.
La guerra nuclear estalló en enero del 2014. Todo empezó por el empleo de armas nucleares para tratar de solventar diferencias de la mejor manera que la especie humana sabe hacerlo, a través de la violencia. Éstas desencadenaron en un holocausto nuclear total.
La radiación y el cambio climático que esta guerra ha producido han dejado a la atmósfera de la Tierra muy afectada y posiblemente la especie humana y el resto de seres vivos del mundo sufrirían los efectos de un invierno nuclear. Los supervivientes deben realizar la reconstrucción de las infraestructuras del planeta en unas condiciones muy difíciles.