Sangre para Tempus

Faerûn se agita violentamente, y su lamento puede escucharse por todo Abeir-Toril. Son tiempos de conflicto, guerra y traición en el continente olvidado. En el extremo oriente de las tierras centrales, la ambiciosa ciudad de Mulmaster acaba de perder una guerra catastróficamente en su intento por controlar el Lis, un río de gran valor estratégico. No suficientemente escarmentada, ahora se está enfrentando por mar con Alcázar Zhentil, y los resultados están siendo todavía peores.

El Mar de la Luna se tiñe de sangre mientras el Sumo Sacerdote-Capitán Ghallas "Destruyeenemigos" se retuerce en el Gran Salón de las Espadas. Este hombre consumido por la ira, siempre planificando y siempre angustiado, pregunta por qué su deidad le ha dejado de lado. Parece haber olvidado que Tempus no otorga su favor a los simples mortales.

Por el contrario Selfaril, el Gran Hoja y actual gobernante, no pestañea ante ninguna de las derrotas. Empujado por la feroz determinación que caracteriza a los musmalteritas sigue adelante, siempre vigía en busca de esa oportunidad que le hará ser todavía más rico y poderoso. Así viene siendo durante los últimos once años, y así pretende que continúe.

Mientras tanto las intrigas bélicas se propagan como un reguero de polvora que alcanza a las ciudades al sur: La malvada Calaunt y la siempre cambiante Tantras han permanecido neutrales, pero no por mucho más tiempo. La seria Procampur ya derrotó a Mulmaster una vez, y no dudará en volver a coger las armas si es necesario.

Sólo una voz se ha atrevido a hablar y condenar la situación: La del tormita Pallar "el Obediente", líder de La Casa de la Mano. Como leal sirviente de Tyr, critica la atrocidad y los crímenes de las guerras del norte y hará todo cuanto pueda para hacer justicia y cumplir con el castigo que merecen sus vecinos.  

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