Año 1350, los personajes se encuentra de camino a Pamplona y deciden hacer noche en el pequeño pueblo de Lecumberri, las otras posadas están ocupadas y no les queda otra que acomodarse en una un poco más alejada del pueblo. Pero dado que a la mañana siguiente les espera una dura jornada de camino y ya han caido las primeras nevadas, no les importa disfrutar de un poco de tranquilidad.
Sabe, oh príncipe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades, y los años de aparición de los hijos de Aryas, hubo una edad no sonada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul entre las estrellas: Nemedia, Ophir, Brythunia, Hyperborea, Zamora, con sus mujeres de cabellos negros y sus torres de terrorífico misterio; Zingara, con sus caballeros; Koth, que hace frontera con las tierras de pastos de Shem; Estigia, con sus tumbas guardadas por sombras; Hyrkania, cuyos jinetes llevan acero, seda y oro. Pero el más orgulloso reino del mundo es Aquilonia, que reina suprema en el dormido occidente.