El Imperio debe caer. No podemos fallar. Destruyendo sus bases, haremos que el Imperio se resquebraje y liberaremos a nuestro pueblo. Pero espías han infiltrado nuestras filas, para sabotear la misión. Tenemos que desenmascararlos. En 5 noches cambiaremos el destino o moriremos en el intento. ¡Somos la Resistencia!
Hace 6 dias que trabaja sin cesar, es hora de tomarse un descanso, que tal divirtiendose con unas criaturas, las hace levantarse, y se convierte en una serpiente para manipular a la mujer, funciona, son muy faciles de controlar, espera, tal ves si los mandas a un lugar peor sufran mas, sin dudarlo los hecha del Paraiso.
Es Hora De Jugar...
En un mundo cubierto por la oscuridad, los grandes señores oscuros se reunían como todos los años para discutir los territorios que les pertenecían cuando en mitad de la sala interrumpen 5 héroes. Los héroes habían sido mandados para acabar con los señores de una vez por todas y como es normal... todos fueron derrotados en 1 segundo.
-Cada año son más pateticos... ¿Por qué nos mandaran siempre los peores?
-Ya sabes que nos lo mandan como sacrificio... Todos engañados...
-¡Ya lo se! Pero son demasiado patéticos este año.
Como decían los señores, todos aquellos heroes eran patéticos... Un caballero pijo, un arquero vizco, un mago tartamudo, un asesino torpe y un invocador con miedo a las bestias... Y acto seguido, el último de los heroes se desmayó.
Después de un rato incierto los héroes comenzaron a despertarse atados con cuerdas por los gritos.
-¡¿Mejor que yo?! ¡Si tu no podrías darle ni a 10 metros de distancia!
-¡Habló el que tiene miedo de acercarse a sus enemigos! ¡Lo mejor es embestirlos y estrujarles el cráneo!
-¡Que original el descerebrado...! ¡Antes deberías saber de que lado se coge la espada!
Tras minutos de discusión y sin tener idea de como llegaron a eso, a alguien se le ocurrió una idea.
-¡Pues usemos a esos patéticos! ¡Quien los entrene para ser el mejor señor oscuro será considerado el mejor!
Y tras eso, un gran escalofrío os recorrió el cuerpo mientras unas miradas de desprecio y rabía os recorrían de arriba a abajo.