Alguien ordenó un cuarto de libra con queso...y un decapitado?
José cerraba el turno noche, apagaba las planchas y las freidoras, juntaba la basura en enormes bolsas de consorcio, y mientras depositaba todos los restos y desechos en el contenedor, una mirada fugaz lo llenó de horror y espanto. Ahí mismo, a escasos metros de la entrada, descansaba un cuerpo humano con un particular detalle: su cabeza no estaba.