El mundo del rol :: Padres y madres frikis :: Dos partidas por videollamada con críos de por medio
La cosa estaba así: me he quedado solo en casa este fin de semana y quedé con unos amigos por video-llamada para jugar a juegos de mesa por Steam. Ambos son frikis más o menos: con uno jugaba a rol en el colegio y el otro le ha dado a tebeos, videojuegos y abundante cultura pop para cualificar de sobras.
El caso es que al día siguiente me preguntaron si les montaba una partida de Space Knights. Lo cierto es que he estado trabajando en la nueva versión (el SUPER SPACE KNIGHTS, oiga, de próxima aparición) y me tocaron la patata. Entonces uno preguntó si podía traerse al crío (10 años) a la partida.
El Space Knights es un juego de contar batallitas. Va de jugar con ejércitos de soldaditos que luchan contra los aliens malos. Y, seamos sinceros, no corren tiempos como para ir rechazando jugadores en la vida real así que dije, qué coño.
Y, oye, qué partida. La Orden de los Espectros Brutales acudió al rescate del Destructor Estelar Señor de la Guerra tomado al asalto por los pérfidos arturianos. Y todos nos lo pasamos teta, incluido el chaval que por la noche estaba pidiéndole a su padre continuaciones. De hecho, su padre me llamó para comentar la partida y me dijo que después de veinte años sin jugar a rol le pareció un puntazo poder jugar a algo directamente sin tener ni puta idea del reglamento ni perderse en explicaciones. Buena referencia para el reglamento, oiga.
Total, que como aún tenía una noche libre y no se me prodigan tanto las sesiones de rol en vivo, les dije de continuar hoy. Resulta que el hijo de mi amigo no podía pero los sobrinos del otro se habían enterado y querían apuntarse. Sí, sí, en plural: CUATRO.
Y, qué demonios, la partida continuó: otras dos compañías de la Orden de los Espectros Brutales se unieron al asalto al Señor de la Guerra (con un considerable caos porque las conexiones de internet no acababan de colaborar) y, por resumir, ahora hay otros cuatro críos pidiendo continuaciones ahí fuera.
Total: los críos son un público agradecido pero tienen que tener cierta edad para pasárselo bien, les gusta hacer el cafre (yo pensaba que mi reglamento era prácticamente familiar pero resulta que se me escapó una referencia a las Drogas de Combate y adivinad que querían los críos para sus caballeros de asalto) y hay que dejar que aquello fluya. Y dejar que hagan el bestia pero tampoco tener piedad con las consecuencias: los chavales aceptan que sus personajes mueran más fácilmente que la mayoría.
Habrá más de estas.