Subida por Astharea
Anécdota:
Verano 2010, Menorca, Islas Baleares, España.
Era un día como cualquier otro.
Uno de esos en los que, casualmente, te llaman y te dicen: ¡Heeey! ¿Te gustaría trabajar en un restaurante? Sé que has venido sólo tres semanas de vacaciones, pero... ¿Qué tal si utilizas dos trabajando y ganas algún dinero extra?
Es entonces cuando te cuestionas a ti misma... ¿Por qué no?
Y es entonces también, cuando, casualmente (claro, no podía ser de otra manera... Si no es casualmente... Debería de ser un misterio, y los misterios mejor me los guardo para luego), me llevo a la sien el dedo índice y visualizo en mi mente: "Además de ganar algo de dinero... ¿Podría servirme de algo más estar en un restaurante...?"
Pero nada se me ocurre.
Y pasan las horas, los días, las semanas... Tanto, que llego a la conclusión de que aparte de dinero y experiencia, otra cosa no sacaré de ahí... (Ah, bueno, sí, que se metan conmigo por ser la nueva, y me hagan todo tipo de "bromas" relacionadas con... Con... Bueno, esa es otra historia, que quizás otro día cuente... O no... Es un misterio... Sí, ahora sí que lo es).
A lo que íbamos: experiencia y dinero...
Mas... ¿Quién iba a decirme a mí, la Reina Gatunácea de todos los gatunáceos (sacando excepciones como catitas y cosas de esas :P), que una noche encontraría la respuesta a mi pregunta vital de "sacaré algo más aparte de experiencia y dinero"? (Lo de que la pregunta era vital, es mentira, pero así queda más exagerado y mola más, seguro).
Oh sí...
Recuerdo aquélla noche como si fuera ayer.. (En realidad fue en agosto, y ni siquiera sé qué día, y mira si me ha costado escribir la anécdota hasta hoy... Eyyy... ¡Dad gracias a mi memoria y mi paranoia! : D)
La pantalla del ordenador parpadeaba en un azuláceo color, mientras la lista de pruebas descubría ante mí la número 43: En una cocina de un restaurante, con un cocinero y dos pinches...
¡Eureka!
¡Aquéllo era lo que había estado durante toda mi estancia en Menorca! (¿?¿?¿?) ¡Una foto que fuese única e inigualable!
Pero entonces descubrí que en dos días tenía mi billete para volver a la península y que...
Oh, sí... Yo ya había dejado de trabajar allí...
¡Pero mi hermana no! (Ajá, no contábais con mi astucia). Así que... Aún tenía una oportunidad...
Mas no un logo...
Ni un impresora con tinta...
O mejor dicho, una impresora que fuese compatible con mi maldito windows vista (que ahora echo de menos, puesto que ya ni tengo... Pero ésa también es otra historia, que sin duda el viento os ha hecho llegar...).
Y lo peor de todo... Era jueves. Y yo me iba al otro día...
¿Qué remedio que buscar un maldito cyber para que pudiese imprimir el logo?
Gracias a Nuuubiiruuubiruuu, pude tenerlo en mi gmail... Pero, oh, no, los malvadáceos del cyber no iban a dejar que saliese de mi misión triunfante, por lo que, no sólo no logré imprimir mi precioso logo Made in Anubis en color, si no que tampoco me lo imprimió al tamaño que quería... Sino a la mitad...¬¬
Pero bueno. Al menos era un logo. ¿O no? (Aunque debo añadir que me aseguré de que mi queridísima Clouise, a.k.a. Dama_Blanca, me confirmase si el logo valía de esa manera, y como no encontró nada que dijese lo contrario... ¡Ahhh! ¡Haber elegido muerte!)
Mas con un logo no hacía nada. Así que debía de encontrar mi foto. Y, oh, cómo la encontré.
Esa misma tarde, me dirigí al "Pan y vino" (nombre del restaurante en sí), con el logo en una mano, y la cámara en la otra. Sonreí con la mejor de mis sonrisas, y me enfrenté a los dueños: el restaurante estaba a punto de abrir, pero fueron buenáceos, y dejaron que la cocina fuese un caos, mientras que mi hermana, el cocinero, y la otra pinche posaban para mí. Ah no, que yo también posé con ellos...
Entonces... Posaron para mi madre, eso es.
Obviamente, la gente se amontonó... Y nosotros cuatro, unos desdichados que éramos el centro de atención en ese momento, fuimos catapultados por una avalancha de:
¡Eh, pero así estáis muy sosos!
¡Pillad cuchillos, muchos cuchillos!
¡Espera, mejor pillo el flambeador, que seguro que doy más miedo!
Pero todas esas palabras fueron sepultadas por un decidido: ¡LAS GAMBAS! ¡PILLA LA CAJA DE GAMBAS!
Y así fue como Sergi, el cocinero, y Helena, mi hermana, sostuvieron la caja de gambas, mientras que Aiza, y yo misma (y qué leñes, ellos dos también), nos esforzábamos en no estallar en carcajadas.
Durante algunos segundos que me parecieron eternos, sentí mis mejillas tensas, pero tras ellos... ¡Tenía mi foto! ¡BWAJAJAJAJAJA! ¡Y ahora nadie podía detenerme! ¡BWAJAJAJAJAJA!
Ejem...
Una vez la foto hecha, me cuidé muy bien de subirla ese mismo día a umbría, para que, si fallaba mi ordenador (heyy, como lo ha hecho, xD), al menos tenía la valiosa prueba en internet.
Y aunque no fue hasta hoy (a poco y nada del cierre de "emisión" de esta umbrionada) que puse la anécdota, al menos, ahora ya está hecho, jujuju. Y he llegado a tiempo! ù_ú
A todo esto...
El logo se quedó en Menorca, porque mi madre dijo que le encantaba el dibujo.
Ah, y al que logre leerse todo esto sin pensar que estoy loca... Ehm... ¿Le doy un caramelo de fresa? :3
Y tanta parafernalia para una puta caja de gambas... pues vaya, si hubieran cogido un jamón de ciervo hubiera quedado mucho más espectacular, aunque claro, igual en baleares no tienen ciervos xDDD