Galería Umbriana

Subida por Carxofa

Que tiempos aquellos!!!
Sí. Tengo que reconocerlo. 
Yo fuí uno de esos niños que a los ocho años hacia hasta dos horas de cola en el cine para poder obtener un asiento y poder disfrutar de las películas del grupo Parchís. 
Al leer la prueba, una nube de melancolía pasó por delante de mis ojos. Creo que jamás he vuelto a hacer tanta cola como en esa época para ver una pelicula. 
Nos dejamos embriagar por la magia de las canciones, pero sobretodo por las gamberradas de este super equipo de aventureros (siempre recordaré a Gordi comiéndose una pastelería entera para poder ser el capitán del equipo que acabó en manos de Superman, el perro, que consiguió salir en el periódico con las letras mayores al ser el primer perro mordido por un hombre) y como conseguían hacer justicia y recuperar el deseado viaje a Disneyworld (el auténtico, no el de París, que en esa época ni existía) que habian tenido que ceder para permitir que la escuela siguiera en pie. 
Vale, no voy a alargarme más con estas cosas, que sino, voy a llenar los cuatrocientos sesenta y tres caracteres solo con los recuerdos. 
El caso es que teniamos una tarde libre y no sabiamos muy bien que hacer. Y en esto que Martina dijo... "Pues vamos a por alguna prueba de la Umbrionada, ¿no?" 
Miramos el listado y después de explicarle quien eran los Parchís, decidimos que era una exelente propuesta para pasar una tarde divertida.
Nos pusimos manos a la obra y buscamos a un par de colaboradores que junto a Nate River, Martina y yo pudieran completar el elenco. También necesitábamos el vestuario. Todos los colores eran fáciles de conseguir excepto el amarillo. Y eso que un servidor tiene una camiseta amarilla con la que practica bici estática por la montaña, pero, lo que son las cosas, ese dia no apareció por ningún sitio. 
Encontramos un par de faldas y una camiseta que tenia un color mostaza. Entonces nos repartimos el vestuario entre los presentes y, vete tu a saber porque, a mí me tocó el disfraz amarillo.
Así que podéis verme con tal vestimenta interpretando a la ficha amarilla y haciendo uno de los ridículos más espantosos de la Umbrionada. 
Por suerte la prueba no requería coreografía... Pero claro, a Martina esto no le servia. Después de practicar la letra y preparar el set para el rodaje, Martina nos obligó a todos a coordinarnos en un baile, con más pena que gloria, diría yo. 
Eso sí. Nos lo pasamos de muerte y nos divertimos como críos. Y aunque la primera toma quedó algo mejor, todos los participantes decidimos que la segunda reflejaba mucho más el cachondeo de esa tarde cantando las canciones del mítico grupo de los ochenta.