Subida por Fonso2020
Todos los que pasamos horas delante de un ordenador, ya sea por trabajo o por ocio, sabemos que los teclados tienen la capacidad de atraer cualquier tipo de desperdicio. Restos de comida, bebida - normalmente pegajosa y azucarada -, algún insecto o pequeño habitante de otro tipo, etc.
Bajo las teclas se forma un pequeño paraíso de suciedad, indigno hasta para aquellos que sufren el síndrome de Diogenes.
La solución es abrir el teclado y darle agua y jabón.
Como podéis ver, estoy a punto de darle un buen fregao al teclado, con estropajo y todo, que no se diga. Después ya veremos si funciona, o no.