Galería Umbriana

Subida por MrSeeK

Imagen: Faifolk y MrSeek sostienen el maligno accesorio en lo alto de la Torre de la Excepción a las 19:59h

Ayer fue un mal día, no lo vamos a negar, la dureza de la travesía, el cansancio y  Y acumulado, que se borre un tochopost parecía la puntilla de todo el asunto. Por suerte el espacio tiempo es modificable en Umbría, así que intentaré dejar algo decente para las generaciones futuras. 

Hoy abandonamos el dominio del mago oscuro (¿cual? Lo sabreis cuando arregle el post anterior, lo de los flashback es muy buen recurso) e incluso el clima cambió drásticamente, privado de su maligna influencia. Tras presenciar un alba digno de las grandes gestas caballerescas rápidamente retomamos el camino.

Una pareja de medianos, acostumbrados a caminar más que nosotros, nos acogieron durante la jornada, alegrando con sus hostorias y chanzas el camino, reduciendo notablemente la fatiga del mismo. Su cordialidad y sonrisa reconfortó nuestros cansados corazones, imbuyéndonos de energías para continuar con la misión, qué alegre es esta pequeña gente. 

Juntos alcanzamos una nueva aldea, donde poderosas edificaciones milenarias albergan poderes ancestrales que podrían resolver nuestro problema.

En nuestra posada encontramos la sala de curas, rápidamente nos dirijimos a ella con la esperanza de encontrar al tal Karras, pese a que ya habíamos perdido la esperanza en encontrarlo, sin embargo pareció algún tipo de sala de "confesiones" inquisitorial dado el instrumental desplegado, así que optamos por hacer mutis por el foro. 

Hace un par de días, nuestro noble hidalgo recibió el dudoso regalo de un arácnido, llevamos un par de días esperando que sea capaz de adherirse a superficies o desarrolle superfuerza pero parece que no hemos tenido suerte, sólo le dejó un simpático recuerdo en la pierna (ya sabeis, como cuando te preguntn: "¿que te ha parecido mi amig@?" y respondeis " eehm...muy simpático" pues así). No todo iba a ser malo y, recordamos como, nuestro amigo y vecino, se deshizo en una ocasión del parásito que se había adherido a él. Puestos a probar métodos extraños y, sin saber realmente qué es lo que habita el Cachirulo, pensamos que lo que no mata engorda. Pues no creo que hayamos engordando subiendo la innumerable cantidad de peldaños hasta aquel campanario, pero lo hemos intentado. Veremos si a raíz de esto lo que sea que mora en el textil abandona su "cuerpo". Os mantendremos informados. 

Hoy haremos noche en Santo Domingo, feudo de la familia de un conocido noble malagueño, el conde Mor. Es buena señal, pues el humor de ambos ha mejorado a lo largo del día. 

Sin más dilación me retiro a dormir, el concierto está en marcha, no el que pensáis, sino uno de verdad que, por lo que puedo escuchar desde la ventana de la posada, les gusta mucho una buena "Barbacoa" ¿Y a quién no? 

Gracias a tod@s por leer y aquí seguimos.