Apenas las ves, ya se han escapado.
Tanto si es una mosca pequeña como si es un moscardón, cuando el matamoscas entra en acción, las moscas caen.
Se trata de un divertidísimo juego de acción y velocidad, dónde el jugador más rápido conseguirá mayor número de moscas y ganará.
El sistema es sencillo, cada jugador tiene una pila de cartas boca abajo y tiene que llevar cada turno una carta al centro de la mesa y darle la vuelta: si es una mosca (que las hay de varios colores y valores en puntos), se deja en la mesa, pero si es un matamoscas, de inmediato todos los jugadores tienen que matar las moscas del color que mayor número tenga sobre la mesa. Cuando en la mesa se junten moscas de cinco colores, también se puede iniciar otra caza de moscas.
El sistema para matar moscas es poner la palma de la mano sobre una carta de mosca, pudiendo utilizar ambas manos para matar dos moscas por turno, ¡pero cuidado! porque si a causa del frenetismo de la partida pones la mano sobre una carta de mosca que no pertenecía al color que más moscas tenía sobre la mesa, tendrás que descartarte de una mosca que ya hayas cazado antes.
Cuando la pila de cartas de un jugador se agota, se hace recuento de moscas cazadas, y quien más tenga gana la partida.
Este juego me ha sorprendido gratamente, pues en un principio pensé que sería un tanto aburrido, quizá engañado por los dibujos "infantiles" del juego, pero una vez empezó la partida me lo pasé pipa.
Cada partida es un cúmulo de nerviosismo, ya que las cartas van destapándose de golpe, y si sale matamoscas tienes que ir a matar las moscas del color que más haya, pero si se juntan moscas de cuatro colores distintos sobre la mesa y un jugador destapa una mosca de un quinto color, es como si hubiese salido matamoscas, y hay que matar de nuevo.
El frenetismo te hace muchas veces poner la mano sobre una mosca que no se correspondía al color que podías cazar en ese turno, por lo que pierdes moscas cazadas.
Además, el sistema para matar moscas poniendo las palmas de las manos sobre las cartas, asegura una buena sesión de manotazos entre jugadores, y todo para que al final se lleve la carta el que puso primero la mano.
Es un juego que merece el poco dinerillo que cuesta, ya que en cualquier momento puedes montarte una partidilla de unos quince minutos con dos jugadores o más, hasta ocho, que es el máximo.
Muy recomendable si te quieres echar unas risas con los colegas o la familia.
Pinta bien, ¿no? Eso sí, tiene pinta de ser uno de esos juegos con los que terminas llenos de moratones.
La verdad es que nosotros lo jugamos es un juego bastante simplón.
Hay que decir que no nos gustan los juegos donde hay cierto peligro físico, porque luego las cosas acaban mal por una tontería como en el famoso Jungle Speed.
Opino para que aparezca la puntuación que le doy.
No me canso de jugar a este juego, risas aseguradas con cada partida.