La sociedad humana odia a los slan y busca su exterminio, el jefe de seguridad de la nacion se encarga de organizar una busqueda sistematica para acabar con cualquier slan que encuentren. Cuando la novela comienza, Jommy es aun un niño, tiene que esconderse durante años, esperando a que llegue el momento en que debera tomar su lugar en la lucha por la supervivencia de los de su clase, siendo el mutante mas importante del mundo.
A.E. van Vogt
Temática:
Juegos a los que puede adaptarse: Mutantes
Cuelgo la opinión de Jean Mallart que comparto plenamente (y ni por asomo me hubiera explicado tan bien)
???Parece increíble que esta obra fuera escrita en 1940; no da esa impresión. Aunque comparte con la literatura de la época (la ???época dorada??? de la ciencia ficción) muchas características, como es natural, es una historia muy moderna; tanto en su temática como en el estilo de la narración. Han pasado sesenta y cinco años, pero ha envejecido estupendamente. Es una novela llena de oficio, fácil de leer y muy entretenida... La acción se desarrolla de manera trepidante, manteniendo el suspense en todo momento, a través de una compleja trama de secretos y misterios que incitan al lector a seguir leyendo para descubrirlos. Y, además, tiene ???mensaje???. ¿Qué más se puede pedir?
Bueno; se podría pedir que no compartiera con la literatura de la época tantas características... digamos ???negativas???. Algunas de las explicaciones teóricas y técnico-científicas de Van Vogt son, por decirlo suavemente, un poco ridículas; sus referencias a la entonces incipiente teoría atómica, por ejemplo, son sumamente ingenuas (por no hablar de la propia telepatía). La narración, un tanto atropellada, pasa con vehemencia de una escena a otra, dejándose bastantes cabos sueltos, y tiene un aire de novela juvenil que, aunque personalmente no me molesta, puede irritar al lector más exigente. Pero estos ???defectos???, tan típicos de la Edad de Oro del género, dotan a la novela de un encanto especial, de una pintoresca cualidad. Personalmente, me encanta el sabor añejo de Slan.
Con un estilo directo y sin florituras ni excesivas intelectualidades, explicando con cruda franqueza y claridad las acciones, motivaciones y sentimientos de los personajes, Van Vogt nos cuenta la historia de Jommy Cross, un niño huérfano de nueve años... pero no un niño cualquiera. Es un niño peligroso, miembro de una raza mutante de telépatas mentalmente superdotados creada por el genial genetista Samuel Lann... Los slans.
¿Cómo no identificarse con Jommy, solo en el mundo, odiado, oprimido y perseguido por ???gente inferior???, de baja estofa, envidiosa y temerosa del poder de los slans? Pero ese pobre niño es una bomba de relojería andante... ¡Y cómo deseamos que estalle! Porque sabemos que, por su superior intelecto y sabiduría, merece un puesto eminente... Curiosa manera la de Van Vogt de jugar con los deseos y aspiraciones del propio lector. Sin duda esto tuvo que ver con el gran éxito de esta novela.
Es notable también el toque negro que acompaña a la narración, algo normal si tenemos en cuenta el enorme éxito que tenía en aquella época el género policiaco. Slan es, además, una novela política, como Dune (asimismo teñida por lo paranormal), aunque debemos reconocer que en la novela de Frank Herbert los acontecimientos de esta índole están hilvanados con más sutileza y habilidad.
Slan tiene a veces la belleza de lo indelicado, de lo exagerado y radical, cierta bestialidad, cierta cualidad áspera que la hace atractiva, a pesar de sus defectos formales..., y así es como pienso que debe disfrutarse, sin ???comerse la cabeza???... Al fin y al cabo, nosotros no somos slans.???