Basada en hechos reales, narra la historia de un niño, hijo de un ingeniero americano que está construyendo una presa en la selva amazónica, que desaparece en la jungla sin dejar rastro. Convencido de que ha sido raptado por una tribu indígena y de que sigue vivo, su padre le busca durante años.
Productora:
Dirigida por: John Boorman
Protagonizada por: Powers Boothe, Charley Boorman, Meg Foster, Dira Pass, William Rodríguez, Yara Vaneau, Estee Chandler
Temática:
Juegos a los que puede adaptarse: Vampiro, RuneQuest, D&D, etc.
Tiene un comienzo prometedor y poco a poco se va desinflando. Da la sensación de que Boorman podría haber hecho mucho más. Con la participación de actores de segunda fila, que teóricamente deberían haber hecho destacar más la historia sobre las actuaciones, sin embargo no lo consigue. Dejando una narración casi esteril.
Finalmente parece más un documental que una película como tal.
Lo que enfoca muy bien es el choque socio-étnico de ambas culturas, que queda patente en las escenas (escasas) de acción.
Algo aburrida y sin ritmo.
No llega ni a palomitera. Pero muy emotiva.
Wow! Hacía la tira que no sabía nada de esta película!
Solo he visto desde aproximadamente la mitad hasta el final, y lo que puedo decir es que me encantó. Un día me la topé en la tele, por la tarde, y no pude dejar de verla hasta que acabó.
Disfruté especialmente porque da una visión refrescante sobre las tribus indígenas, dejando a un lado los lloriqueos -bujuju- y la morriña sobre la deforestación y el avance tecnológico y moderno del mundo a costa de los aborígenes. Me gusta porque no es que no se hable de coexistencia pacífica, es que el tema se pasa por encima. Son dos pueblos (el suyo y el nuestro) que de vez en cuando chocan. Y se deja bien claro que ni el nuestro es superior o más fuerte, ni el suyo es más débil o necesita nuestra caridad. Todo lo cual es, ciertamente, refrescante con tanto cine chingado de "minoría abusada que grita por sus derechos".
Otras cosas muy interesantes son la "vitalidad" que se respira en el mundo de los aborígenes y su concepción salvaje sobre lo que es el mundo, su lugar en él, y su forma de afrontar las situaciones y los problemas. Todo lo resuelven, efectivamente, según las reglas de la selva.
En cierto modo esta es una película sobre la masculinidad. Sobre gente que hace lo que tiene que hacer, sin miedo a las consecuencias, al dolor o a la muerte.
La fotografía también es espectacular, con algunas escenas como los atardeceres, los ritos, las proezas físicas o las batallas, que se te quedan grabadas a fuego en la mente.
Por último, no puedo dejar de hacer menos de la escena más asombrosa de la película:
Spoiler (marca el texto para leerlo):
Vamos, que la película rompe esa desagradable costumbre de holliwood de pintar a los salvajes como hombres infantiles, ingenuos o ridículos.
Gran película sin duda que seguro te dejará un buen sabor de boca al final. La peli recoge temas ecológicos y étnicos en una historia que transcurre por la búsqueda de un padre por su hijo a través de la selva del Amazonas. Dos civilizaciones completamente contrarias: la civilización moderna que avanza inexorable reduciendo con sus talas masivas a la otra civilizción, la trival, escondida en lo más profundo de la selva. En un principio la civilización moderna parace todopoderosa como un gigante destructor ante una civilización primitiva y reducida y sin ninguna posibilidad de supervivencia, pero con el transcurso de la película se van cambiando las tornas y se refleja que quién es realmente poderoso es el corazón humano; y que aunque construyamos las torres de cemento más altas, las presas más resistentes, las máquinas más potentes, nunca serán lo suficientemente poderosas como la fuerza interior del Hombre. Y en esa fuerza está la Naturaleza que una vez más, da una bofetada al Hombre en su prepotencia recordándole una vez más que es mejor confluir con Ella que intentar dominarla.
También la fotografía es espectacular y da sensación de frescor contínuamente; parece que te has dejado la ventana abierta un día de esos de tormenta de verano. El director es el mismo que el de Excálibur y se aprecia perféctamente en su fotografía y color.
Película recomendable.