Finbar McBride (Peter Dinklage) sólo quiere estar solo y que le dejen tranquilo, pero para él, nacido con enanismo, pasar inadvertido es una tarea casi imposible. La forma en que Fin se ha defendido siempre de la curiosidad que despierta es llevar una vida aislada presidida por una única pasión: los trenes. Tras la muerte de su único amigo y compañero de trabajo, Finbar se instala en una estación de tren abandonada en el campo, en Nueva Jersey, para vivir como un ermitaño. Pero, al igual que les pasó a los jefes de estación que vivieron allí antes que él, Finbar no tarda en verse involucrado en las vidas de algunos de sus vecinos: Olivia Harris (Patricia Clarkson), una artista que intenta superar una tragedia famiar, y Joe Oramas (Bobby Cannavale), un vendedor de perritos y hamburguesas de origen cubano con talento culinario y una sed insaciable de conversación. En la olvidada estación de ferrocarril, este trío tan dispar empieza a forjar unos lazos singulares, que en última instancia revelan que incluso el aislamiento es mejor compartido.
Productora:
Dirigida por: Thomas McCarthy.
Protagonizada por: Peter Dinklage (Finbar McBride), Patricia Clarkson (Olivia Harris), Bobby Cannavale (Joe Oramas), Paul Benjamin (Henry S
Temática:
Juegos a los que puede adaptarse: Cualquier juego narrativo
No conocía esta película, la vi en La2 esta noche que pongo la reseña. Y me sorprendió gratamente. Humana, resentida y emocionante. No puedes evitar sentirne en momentos como Finbar, un huraño hombre aquejado de enanismo, que es aburrido, borde y seco. Flipado de los trenes, como un auténtico friki. Finalmente se ve que su pasión ferroviaria es una salida de su cruel realidad, de la que por mucho que quiera no puede escapar, a pesar de ser consecuente con su situación.
A destacar las actuaciones de los 5 personajes principales, con auténticas secuencias donde McCarthy logra que los silencios tengan un peso demoledor. Explicando lo que no se podría con diálogos redundantes y simples.
Si hay que ponerle fallos, que los tiene. El más evidente es la pésima banda sonora de Trask, que en algunos momentos es desorientadora de la situación, a mi modo de ver.
La fotografía, a la que siempre le doy una importancia especial en cualquier película es sensacional, aunque se abusa de los primeros planos. En ocasiones, en especial al final, es algo lenta, pero deja muy buen sabor de boca.
Película para disfrutarla y comentarla con amigos. Muy entrañable y reivindicadora, a cualquier nivel social.
Disfrutadla.