Mundo Friki: Series

Argumento

Brisco County Jr. es un cowboy que va en busca de los miembros de la infame banda de John Bly, los mismos hombres que mataron a su padre, un famoso sheriff y figura legendaria del Oeste. Acompañado del cazador de recompensas Lord Bowler, en su camino encontrará pintorescos personajes que le ayudarán o le estorbarán en su misión.
No tiene nada que ver con "La ley del revólver" ("Gunsmoke", 1955), ni con "Bonanza" ("Bonanza", 1959), ni con "La conquista del Oeste" ("How the West was won", 1977). Quizá en todas ellas aparezcan vaqueros armados hasta los dientes, pero "Las aventuras de Brisco County" no tiene mucho que ver con los clásicos televisivos del western y, desde luego, no ha pasado a los anales de la historia del medio al igual que ellos.

Expuesta a la audiencia a la vez que "Expediente X" ("The X-files", 1993), "Las aventuras de Brisco County" nacía con la confianza plena de sus productores de que, en un corto espacio de tiempo, se transformaría en todo un éxito de audiencia que impulsaría a sus protagonistas a las más altas cotas de popularidad. Nada más lejos de la verdad. Y es que "Expediente X", la cual no poseía la confianza inicial de los expertos, acabó elevándose hasta el estrellato más rotundo a la par que el bueno de Brisco County Jr. se veía obligado a convertirse en espectador de la notoriedad de su compañera de salida y en testigo de primera fila del descenso de interés entre el gran público de sus propias y desastrosas aventuras.
Esa falta de atención por parte del telespectador era totalmente comprensible. Los culpables más directos de la gestación de "Las aventuras de Brisco County", Jeffrey Boam, guionista y productor del éxito cinematográfico "El Hombre Enmascarado" ("The Phantom", 1996) de Simon Wincer, y Carlton Cuse, creador y guionista de "Nash" ("Nash Bridges", 1996), una de las últimas papanatadas catódicas del desengañado Don Johnson, no supieron aprovechar gran parte del potencial intrínseco que su propio concepto poseía. "Las aventuras de Brisco County" pudo haber sido un cruce entre "El Llanero Solitario" ("The adventures of the Lone Ranger", 1949) y "Parker Lewis nunca pierde" ("Parker Lewis can't lose", 1990), una combinación de géneros divertida y sin pretensiones que, al menos, hubiese mantenido a un reducido pero justo grupo de espectadores pegados al televisor, obligando a los jefazos del canal pertinente a mantener la serie dentro de la parrilla de programación. Y es que era la amalgama de estilos guiada por el nuevamente desperdiciado talante de dibujo animado de su protagonista, Bruce Campbell, lo que la hacía sobresalir de entre la hornada de producciones estadounidenses de los años noventa, pero, eso sí, sin pasarse en exceso -ni mucho menos-. Todo muy discreto, aunque con constantes apuntes de atractivo. Los suficientes para obligarte a visualizar media docena de episodios -no más-, atento a los trajines del hijo del legendario sheriff Brisco County, un machote bautizado con el mismo nombre de su difunto padre y decicido a vengar la muerte que éste sufriera a manos de un puñado de execrables bandidos. El mencionado retoño es un tipo que, amén de manejar el revólver y los puños como nadie, está licenciado en derecho, juega a las cartas tan bien como el propio Maverick y posee una sonrisa coqueta que conquista a las pavas de una manera que no es ni normal. Tras limpiar la honra del hombre que le trajo al mundo para seducir a las mujeres y pegar tiros a los salteadores, Brisco se convertirá en todo un personaje en el Oeste, siempre secundado en sus correrías por Lord Bowler, un cazarrecompensas malasombra, gruñón y tal vez enamorado en secreto del protagonista. Por en medio, Socrates Poole, una suerte de erudito abogado, gazmoño y tontorrón, que añadirá al hilo argumental de la serie todo tipo de gracias y situaciones cómicas que intentarán alegrar la cosa, fastidiándola más si cabe.

Hay que reseñar la intromisión en algunos momentos de elementos fantásticos, como el del raro artefacto metálico venido del futuro que concedía asombrosos poderes a quien lo tocase. Éste rondó por la serie durante un buen puñado de episodios de manera bastante torpe, despistando a una audiencia extrañada por esta conjunción de estilos que, en lugar de resultar más atractiva, estropeaba todo de tan mal como estaba llevada a cabo.
Quizás habría que incidir en el estilo desaprovechado de "Las aventuras de Brisco County", que acababa adoptando un tono festivo de acompañamiento bastante estúpido e infantil, todo sea dicho, en lugar de decantarse por el exceso, los guiños cinéfilos al género y la parodia cartoon. Tenían al actor perfecto, repito, un genuino dibujo animado -no está a la altura de Jim Carrey, pero es ciertamente efectivo-, Bruce Campbell, que ya había demostrado en las entretenidas películas "Terroríficamente muertos" ("Evil dead 2" 1986) y "El ejército de las tinieblas" ("Army of darkness: Evil dead 3", 1992), ambas de Sam Raimi, que podía con todo lo que le echasen. Una pena.

Clasificación

Temática:
Juegos a los que puede adaptarse: Far West, cualquier juego del oeste.

Opinión de casares

Ésto es lo que ofrece la simpática serie "Las aventuras de Brisco County, Jr" protagonizada por Bruce Campbell.

La serie nos presenta a un cazarrecompensas del viejo oeste, Brisco County, Jr, al que contratan para detener a una serie de criminales fugados, todos ellos cómplices en la muerte del padre de Brisco, un sheriff que les llevaba a la cárcel.
Esa es la historia principal, pero además aparece una misteriosa esfera capaz de otorgar superpoderes y sabiduría a todo aquel que entre en contacto con ella.

Casi cada episodio se corresponda con la busca y capura de la banda de John Bly, el jefe y partícipe de los fugados que mataron al padre de Brisco.

A medida que avanza la serie (que si no recuerdo mal, constaba de 27 episodios), se van incorporando nuevos personajes, primero en cameos o pequeños papeles, y luego en habituales imprescindibles (tremendos los dos últimos episodios de la serie).

Destaca el sentido del humor, pues toda la serie hace alarde de no tomarse a sí misma demasiado en serio, y las situaciones surrealistas tienen lugar a lo largo de los episodios.

La relación de Brisco con su caballo Comet, o la amistad que irá surgiendo con el abogado que le acompaña, Socrates Poole, o con el cazarrecompensas rival pero con el que se lleva bien (poco a poco), Lord Boler, etc.