Ya apenas ninguno recordaba cómo llegaron a aquel pantano inmenso y umbrío. Parecía un continente sin límites precisos, y ya todos eran conscientes de que de allí no había escapatoria. Algunos, se dice, habían sido arrastrados a las profundidades de las aguas mientras llegaban, ahogados y devorados por criaturas que acechaban desde las sombras. Nadie los lloró. Alguna vez las habían visto, deformes, podridas y enfermas. Durante las largas noches hacían desaparecer a otros de los suyos en el rudimentario poblado donde apenas dormían. Aquellas eran figuras de pesadilla, contra las que Ella les enseñaba a luchar. Mefteh era su única Guía, su única Maestra, su única Familia. Ella, la que hablaba con los espíritus. Ella, la que miraba en la noche a los muertos. Eran los huérfanos del mundo que llegaban al corazón de las tinieblas para su entrenamiento en el arte de la espada. Y de la magia. Ellos eran los supervivientes.
Objetivo 1: Probar el sistema d6 de Mini-Six, en concreto con el objeto de ganar más libertad narrativa que respecto a otros sistemas mucho más exhaustivos desde el punto de vista mecánico.
Objetivo 2: Volcar un montón de ideas que siempre me han rondado la cabeza y que por un motivo u otro nunca he podido realizar. Participo en algunas partidas en Umbría desde hace tiempo y la genialidad de la gente que he conocido y con la que juego me ha animado a lanzarme.
Hay otros objetivos, pero no son públicos.