Partida Rol por web

Para Amber, que se iba a pasar con claridad de la Sevastopol, ver a JAck saltando hacia ella resultó todo un alivio, pero al ver que no conseguía acertar en la dirección y que su cuerpo continuaba moviéndose sin posibilidad de detenerse, su rostro evidenció lo que su mente había aceptado ya.

Que iba a morir.

El cuerpo de Jack se quedó anclado en el espacio, sujeto por la cuerda a la sevastopol, pero lejos, muy lejos de Amber, y cada vez lo estaba más. Ahora él no podía volver a intentarlo. Quizás algún otro sí, pero el tiempo, se les acababa.

Si no lo conseguían ahora, ya no podrían lograrlo jamás y su capitana se perdería... para siempre.

- Voy a intentarlo... - Dijo entonces Gabriella.

Se ató a un saliente de la Sevastopol con un arnés y se lanzó hacia la capitana con la esperanza de alcanzarla. Iba a ser difícil, cada vez lo era más. El tiempo apremiaba y la capitana estaba cada vez más alejada. No obstante... tenían que intentarlo. No la podían dejar morir. Una vez asegurada con la cuerda, se lanzó hacia el espacio infinito de nuevo tratando de acercase lo más posible a Amber. ¿Lo lograía?

- ¡Capitana, acérquese! - Dijo a través del intercomunicador.

El intento de Jack fue seguido por otro por parte de Gabrielle, que se quedó cerca, pero no logró su objetivo, con lo que Amber continuó flotando en dirección hacia la nada y el vacío más frío del espacio, y si nadie lo remediaba... hacia su propia y cada vez más inevitable muerte por asfixia.

Finalmente, fue Jerico quien se lanzó con todo, arriesgándose incluso a soltarse de la estación y perderse también, y con un certero salto, llegó hasta donde estaba Amber y la interceptó con un fuerte abrazo que muchos otros hubieran envidiado. Lo único que esperaba era que no hiciera lo que habitualmente y le diese un rodillazo en sus partes nobles.

Con ella en brazos, el resto del grupo empezó a tirar de ambos hasta atraerlos a la Sevastopol, junto con Jack y Grabriella, mientras veían como la Torrens era expulsada a una órbita extraña, lejos de la Sevastopol.

Por fin estabais a salvo, y ahora solo quedaba llegar hasta la esclusa, abrir manualmente las compuertas y entrar en la estación.

Parecía imposible que Amber salvara su vida. Todo dependía de lo que pudieran hacer sus compañeros por ella. Jack y Gabriella lo intentaron sin éxito y fue Jerico quien finalmente y contra todo pronóstico saltó con una trayectoria perfecta y se abrazó a la desquiciada capitana. Gabriella gritó de júbilo en el interior de su casco y alzó el puño en señal de victoria. No hubiera dado un solo céntimo de dolar por Jackman, pero allí estaba, siendo arrastrada por una cuerda a través del espacio para regresar con ellos.

Una vez todos se reunieron en la parte exterior de la Sevastopol, tenían que encontrar la exclusa que daba acceso a las entrañas de la misma. Tenían que ser rápidos y no cometer más fallos absurdos. Al fin y al cabo el oxígeno de sus trajes no era eterno y acabaría por agotarse tarde o temprano. Si habían logrado llegar hasta allí, no podían cagarla ahora que estaban tan cerca de poder sobrevivir, al menos por unas horas.

Realmente a Gabby le preocupaba lo que se iban a encontrar en la Sevastopol. Toda aquella destrucción no era normal. Si bien era su única esperanza de supervivencia, no podía dejar de pensar en que una vez dentro de aquella estación espacial, no iban para nada, a estar seguros. Fuera lo que fuer que había pasado allí dentro, todavía estaba allí y las consecuencias eran muy visibles a la par que explosivas.

- Vamos a por la exclusa. - Dijo con un tono de voz neutro, tratando de no poner nerviosos a los suyos.

Sin más dilación, empezó a desplazarse a través de la estructura de la Sevastopol. Buscaba la exclusa más cercana y en cuanto la localizase, se dirigiría rápidamente hacia ella tirando del resto de sus compañeros. Necesitaba quitarse el traje espacial y necesitaba volver a sentir el aplastante peso de la gravedad. Además, por alguna razón, tenía muchas ganas de abrazarse a sus compañeros de viaje, incluido el chulo, prepotente y enormemente atractivo Jack...

Agarrandoos a cada saliente de la Sevastopol, dado que vuestra vida dependía de ello, fuisteis avanzando, guiados por Gabriella, hasta que encontrasteis la esclusa de entrada. Una vez en ella, abristeis manualmente la compuerta y entrasteis, hartos de tanto espacio y vacío.

En contra de lo esperado, habíais conseguido sobrevivir a la destrucción de vuestra propia nave y también a la amenaza del vacío y estabais por fin en el que era vuestro destino inicial. Rápidamente, bueno, todo lo que vuestros trajes o spermitían, localizasteis el panel de control y pulsasteis para presurizar la sala.

La compuerta se cerró, todo se llenó de gas y poco a poco, fuisteis sintiendo la gravedad sobre vosotros.

Habíais llegado.

Ahora solo teníais que descubrir qué demonios había ocurrido allí... y cómo regresar.