Cuando asientes el hombre sonríe brevemente, después sale del pequeño cuarto y se asoma para comprobar que el camino está despejado. Te dedica una última mirada y asiente con la cabeza, no sabes muy bien que quiere decir pero al menos ya eres libre de marchar de esa pequeña sala.
Regresas a la zona mas poblada y no tardas en encontrarte con algunas personas, esta claro que el área visitada era tan restringida como poco transitada aunque la seguridad deja mucho que desear.
No ves a tu contacto pero sí a la mujer que te dio la bienvenida justo antes de que te llevasen a la enfermería. Está hablando con Nolane y ambas se aproximan rápidamente a ti en cuanto te ven.
- El doctor Simons dijo que te había dejado marchar, este lugar es seguro y no eres nuestra prisionera pero hubiera preferido que me avisasen para enseñarte como vivimos aquí y te acomodases debidamente.
El entusiasmo con el que la conociste parece haber desaparecido, aunque su trato no es antipático sí puedes notar bastante menos ilusión en la mujer. Puede que el alcohol tuviese algo que ver la última vez.
Nolane se marcha y te deja a solas con la mujer, con un gesto de la mano te invita a acompañarla por el refugio.
Llegáis a una pasarela desde la que puede verse casi todo el lugar, el sonido ambiental está lleno de ecos de pisadas y golpes, se puede ver a gente yendo de un lugar a otro pero casi todos tienen tareas asignadas y están en sus puestos de trabajo.
- Vivir bajo tierra no es precisamente nuestro sueño, sin embargo es la única forma que tenemos de eludir a los Dreki. Ellos tienen toda esa tecnología que nos puede arrasar en segundos, nosotros apenas tenemos armas para atacar sus vehículos y solo si no son blindados.
Su mirada se pierde en el vacío mientras apoya las manos sobre la barandilla.
- No elegimos esta guerra, nuestras comunidades eran pacificas hasta que ellos llegaron. Primero nos despojaron de nuestros alimentos, de nuestros recursos, después nos echaron de nuestras tierras y cuando ya nos habían quitado todo comenzaron a exterminarnos. Podríamos terminar con esta guerra en un solo día, lo intentamos varias veces, cada vez que aparecía un invocado lo intentábamos. Pero obviamente no lo hemos logrado, sin embargo creo que esta vez puede ser diferente.
Pone las manos a la espalda y se gira hacia ti, mirándote fijamente.
- Seguro que ellos te han soltado el mismo discurso, pero ahora que has visto como vive cada uno podrás juzgar quien dice la verdad y quien miente. Te pido lo mismo que ellos, que nos ayudes a terminar con la guerra. Actualmente eres la única invocada que hay en este mundo, solo tú puedes hacer que eso ocurra. Pero nosotros no te obligaremos a ayudarnos, es algo peligroso y tu vida estará en peligro, no podemos forzarte a convertirte en mártir de una causa que no es la tuya.
- En realidad no. No soy la única invocada.
Sofía no mira a la mujer, sus ojos pardos están fijos en alguna parte al frente, más allá de la pasarela, sobre la vasta civilización subterránea que ha crecido allí. De cualquier modo, no le hace falta ver la cara de la vieja para saber que en su gesto debe haberse dibujado una expresión de sincera curiosidad y tal vez también de genuina sorpresa.
O a lo mejor no, a lo mejor aquella doctora infiltrada les había puesto al tanto de todo y no les estaba contando nada nuevo, ¿Realmente importaba?
- Somos dos. Mi hijo Liam y yo. Yo estoy aquí, Liam está allí, con Ellos.
Tras un momento gira la cara hacia la mujer, el rostro de piel oscura de Sofía no muestra nada, ningún sentimiento, no está triste, ni ansiosa, no está contenta, ni enfadada. Una profunda nada inunda sus ojos que parecen vacíos. Su rostro de mujer joven es como una máscara de plástico. Ni siquiera su tono de voz deja entrever lo que piensa, siente o desea.
- Esos Dreki quieren desesperadamente algo que vosotros tenéis, y por ese motivo estoy yo aquí. Me importa una mierda quién gane o pierda esta puta guerra vuestra. Lo único que yo quiero es recuperar a mi hijo y largarme a casa, pero principalmente, recuperar a mi hijo, a ser posible, sano y salvo.
Ya había tenido tiempo de convencerse de que, muy seguramente, ni Liam ni ella, saliesen vivos de allí. También era consciente de la posibilidad más que probable de que no regresaran nunca a su casa, y que quizá, si ella lograba sobrevivir, no volviese a ver a su hijo nunca más. ¿Había sido una estúpida por hablarles a aquellos Dreki de la existencia de Liam? ¿Hubiese hecho mejor callándose? De poco valía ya torturarse con eso, lo hecho hecho estaba. Y las cosas estaban de ese modo, lamentarse por los errores cometidos ya no cambiaría nada, era hora de mover el culo en alguna dirección.
- Tampoco yo he elegido estar aquí, pero en fin, así es la vida. Cuéntame para qué quieren esos otros la pieza que me han enviado a buscar, y cómo vamos a lograr que esto vaya por el mejor camino esta vez.
En un principio la mujer parece sorprendida por la presencia de tu hijo, después ata cabos y comprende la situación.
- Sabemos por qué estás aquí, al igual que otros muchos antes que tú te han invocado para arrebatarnos nuestro mayor tesoro. No es un arma al uso, aunque como toda herramienta se puede utilizar para fines nocivos.
Mira despreocupadamente hacia los lados, como si lo que vaya a contar sea un secreto de poca importancia.
- Antes de nuestra era los habitantes de este mundo lograron crear una maquina que traía y enviaba personas a través de diferentes... realidades. A día de hoy no sabemos realmente si son distintos planetas, universos paralelos o cualquier otra cosa; nuestros científicos no son precisamente expertos en ese campo. Esa maquina se componía de dos dispositivos, uno enviaba personas y cosas a otros lugares y el otro los traía de vuelta.
La mujer hace una pausa para que deduzcas por ti misma quién tiene cada parte antes de continuar.
- El problema es que por separado el funcionamiento es errático. No pueden decidir a quién traer, aunque como ya has visto sí es posible invocar a descendientes de una persona que ya ha usado la maquina. No sabemos mucho de esa función, pero creemos que tiene algo que ver con la sangre.
Se queda unos segundos pensativa y asintiendo lentamente mientras su mirada se pierde en algún punto de lejano del suelo.
- Nosotros podemos enviar a personas a otro lugar, pero no sabemos donde acabarán. Y una vez enviados no hay marcha atrás. Si se juntan ambos dispositivos la información será completa y, al menos eso creemos, quién posea toda la maquina podrá elegir donde viajar. Y, si has visto un poco de este mundo te bastará, sabrás que tiene que haber al menos un lugar mejor. Por eso ambos queremos rearmar la maquina, aunque toda negociación es imposible. Créeme, hemos agotado esa vía.
Permanecéis en silencio unos instantes mientras pasan un par de personas a vuestro lado, por la caja de herramientas que llevan deduces que se trata de personal de mantenimiento, aunque en vista del estado del lugar poco pueden hacer.
En cuanto se han alejado la mujer retoma la palabra.
- Nuestra parte de la maquina es lo que nos mantiene vivos. Es nuestra fuente de energía y lo único que realmente nos protege contra los Dreki, sin ella todos moriríamos. De modo que entregártela no es una opción, y me temo que no podrás robarla tú sola.
Agacha la cabeza negando, de repente aparece en su rostro el cansancio de años de lucha y seguramente de grandes pérdidas.
- Ellos no van a entregarte a tu hijo, no hasta que tengan el dispositivo y hayan completado la maquina. Y seguramente para entonces os hayan matado a ambos, disculpa la cruda sinceridad pero me temo que es así. Sin embargo hay otra opción, temeraria y desesperada pero la única que te puede devolver a tu vida anterior. Podemos intentar rescatar a Liam, si tenemos éxito podrás quedarte en este lugar o volver a tentar la suerte con un envío a ciegas. Aunque antes tenemos que recuperar a tu hijo, por lo que necesito saber todo lo que hayas aprendido de los Dreki, sobretodo donde lo retienen y en qué condiciones.
- La cruda sinceridad no me preocupa, es más la agradezco.- Dice Sofía sin mirar a la mujer, con los ojos puesto en algún lugar frente a ella.- No soy mujer de remilgos, estoy acostumbrada al trabajo duro, a que la vida no sea fácil y a tener que esforzarme mucho para conseguir las cosas. Y, como digo, lo único que me importa, es mi hijo. Vosotros, vuestra guerra y vuestros problemas me dan igual, porque además me habéis capturado para intentar obligarme a hacer cosas que me importan una mierda, y eso no tiene ni pies ni cabeza. Pero el caso es que esos.... Dreki, o como mierdas se llamen, tienen a Liam, y es lo único que yo quiero.En este lugar o en cualquier otro, lo que yo quiero es que mi hijo esté conmigo y yo estar con mi hijo.
Miró alrededor.
- Mi mundo no es muy diferente a este, salvo que nosotros aún vivimos en la superficie, claro. Aunque al paso que vamos... - Suspiró- No sé un carajo de ese otro clan, apenas hace unas horas que desperté en su... Cuartel general, esa especie de barco hecho trizas en medio de la nada. Había una mujer con cara de rancia que fue quien se quedó con Liam, y un tipo con pinta de mercenario y la cara hecha puré. Luego esa doctora amiga vuestra...
Sofía giró la cara para observar a su interlocutora.
- Las condiciones no las tengo claras, apenas me dejaron verlo unos minutos antes de volver a llevárselo y luego me sacaron y me metieron en una furgoneta.
Mis conocimientos no eran gran cosa. ¿Con eso podrían hacer algo? Lo dudaba. Me daba la impresión de estar en un callejón sin salida.
De nuevo, disculpa la tardanza en responder. No puedo disponer libremente del ordenador y la falta de tiempo libre a veces me hace retrasarme, intentaré que no vuelva a suceder. Gracias por tu paciencia.
- Un barco...
Se queda pensativa unos instantes y entonces te deja terminar, asiente ante algunos datos como si supiera de quién hablas.
- Al menos sabemos donde se encuentra, dudo mucho que cambien de escondite. Ocultan su ubicación para todo el personal que trabaja en el interior, y aquellos que salen desconocen quién o qué hay dentro, de ese modo si hay algún espía no podrá dar toda la información.
Por algún motivo todas las estrategias de ambos bandos te parecen bastante precarias.
- Si intentamos un ataque directo nos verán llegar con suficiente antelación como para huir con el dispositivo y no puedo asegurar el destino de tu hijo. No dispongo de hombres capaces de realizar una incursión furtiva, de lo contrarío lo hubiera hecho hace tiempo en busca de terminar esta maldita guerra. Pero hay algo...
Se gira para mirarte mientras sopesa la opción poniendo un gesto de frustración que no augura nada bueno.
- Hay una persona que puede ayudarte, se hace llamar Caos y no se lleva precisamente bien con los clanes. No podré mediar por ti y tendrás que ir sola en su busca, el viaje puede ser peligroso pero al menos sabes que ninguno de los clanes te atacará. Te daremos víveres y las indicaciones adecuadas, pero estarás sola ahí fuera. Si logras convencer a Caos para que te ayude es posible que consigáis recuperar a tu hijo, pero eso dependerá de ti.
Por la forma de hablar está claro que no le gusta el plan, pero viendo las condiciones de sus tropas y sus habitantes es evidente que no podrán tomar la base enemiga.