Pues mi oferta sigue en pie, así también me doy un pequeño descanso.
En mi casa siempre me enseñaron a ser cortés, así que en parte me siento obligada a mantener mi invitación en pie. Además, también es verdad que mi irá bien parar un poco y desconectar.
Bien, será un placer. Tom entra a tu casa y espera a que cierres la puerta.
Me aparto para dejarle entrar y cierro la puerta a mi espalda.
Bien, que te apetece tomar? tampoco tengo gran cosa que ofrecer... Prefieres un café o alguna copa?
Le pregunto mientras nos dirigimos al salón, se pueden ver varias cajas dispersas por el piso, en un rincón de la salita se encuentran varias amontonadas, con grandes letras escritas indicando el orden de preferencia.
Un café estaría muy bien. Dice sonriente. Le traigo el billete de avión. Te tiende un sobre.
Gracias.
Le digo con una sonrisa mientras le cojo el sobre de las manos.
Ahora mismo te traigo el café, lo tengo recién hecho, me pillaste que estaba a punto de tomarme uno.
Digo mientras me dirijo a la cocina, una vez allí me quedo un momento en blanco... Disculpa, lo prefieres solo o con leche, y cuanto azúcar? Salgo un momento para formularle la pregunta, de repente me di cuenta que no a todo el mundo le gusta el café amargo como a mi.
Vuelvo a entrar en la cocina y preparo los dos cafés. Los traigo en una pequeña bandeja y los coloco en la mesita. Le ofrezco a Tom el suyo y empiezo a beber el mío a sorbos pequeños.
Lo siento si está todo desordenado. Le digo mirando a mi alrededor. Creo que sí que conseguiré tenerlo todo listo para mañana, a veces no te das cuenta de las cosas que tienes hasta que preparas un traslado.
Le digo con una sonrisa triste dibujada en mis labios.
Seguro que le van muy bien las cosas..Dice mientras se te queda mirando con una sonrisa en los labios. Tome, el billete de avión. Sale mañana a las 10 de la noche y viajará en primera clase.
De acuerdo, muchas gracias y perdona por las molestias que te he causado.
Le digo mientras recojo el billete y lo guardo en la billetera, para no dejarmelo con todo el nerviosismo del último día.
No es una molestia. Es un placer poder ayudarla. Dice sonriéndote.
De acuerdo, mañana sin falta cogeré el avión.
Mientras hablo me levanto del sofá y continúo poniendo cosas en cajas, no me gusta ser descortés, pero no puedo permitirme más demora. Me mantengo en silencio, mirando una fotografía que acabo de encontrar en unos papeles. En la fotografía salgo cuando era pequeña en brazos de mi padre. Con un suspiro la meto en la caja y levanto la vista encontrandome con los ojos de Tom.
Disculpa por mi descortesía, pero no te ofrecí pastitas con el café, con todo lo que tengo en la cabeza...
El hombre se toma de forma apresurada el café.
Bueno, yo no quiero molestarla más. Dice levantándose para irse. Que tenga mucha suerte en su nuevo puesto. Ha sido un placer conocerla.
Lo mismo digo.
Le digo mientras le extiendo la mano en forma de despedida. Cuando sale por la puerta, suspiro de alivio, por fin me he quedado sola, la diplomacia nunca se me ha dado bien. Termino el día recogiendo las cosas y dejandolas ya todas bien guardadas en cajas, para que al dia siguiente vengan a buscarlas y las lleven a mi nuevo domicilio.
Preparo la bañera con agua bien caliente y sales de baño. Me sentará bien después de la tensión de este día recogiendo cosas. Me meto en la bañera y me relajo, dejo pasar el rato vaciando mi mente y pensando en banalidades. Es el último baño en esta bañera, en el fondo me da lástima dejar este piso, he pasado muy buenos momentos en él. Pero se que es un buen cambio...
Salgo de la bañera y me pongo el albornoz. Me miro en el espejo, me veo bastante cansada. Unas ojeras marcan profundamente mi mirada, quizás será mejor que me vaya ya a dormir, mañana será un día bastante largo...
Llega el día siguiente, terminas de empequetar todas las cosas y de hacer tus maletas. Por la noche, te dirijes al aeropuerto y te montas en el avión sin ningún problema ni nada digno de mención. Viajas en primera clase.
Llegas a Nueva York, y cuando sales del aeropuerto, ves que hay un hombre con un cartelito que pone: Caitlin Wells.
Después de recoger mi maleta salgo y veo a un hombre con un letrero. Me acerco directame donde se encuentra.
Hola, buenas noches, soy Caitlin Wells.
Es un placer. Te abre la puerta del copiloto de un BMW gris y espera a que te subas. Luego sube él. Soy Jack y la llevaré a su nuevo domicilio, únicamente haremos una parada en una gasolinera.. siempre y cuando esté de acuerdo o no quiera realizar usted alguna parada más..
Por mi no hace falta hacer mas paradas.
Le digo con una sonrisa en los labios.
No me dijeron que vendría alguien a buscarme, menos mal, ya que no conozco New York y para ir al domicilio lo habría tenido algo complicado.
Me siento algo cansada después del viaje y el día que he tenido ultimando las últimas cosas. Aunque el cansancio se eclipsa con la emoción de ver mi nuevo domicilio...
Paráis en la gasolinera.
Puede ir a la tienda de la gasolinera en lo que lleno el depósito si quiere.
De acuerdo, iré al servicio.
Salgo del coche y me dirijo hacia los servicios. Al entrar me miro en el espejo, se me nota el agotamiento que siento. Cuando termino de hacer mis necesidades me lavo las manos, y salgo dirigiéndome de nuevo al coche.
Bien, nos marchamos ya?
Cuando te acercas al coche, ves que acercándose al de detrás hay un chico bastante guapo que te está mirando. Acto seguido, escuchas como de la tienda sale alguien gritando, un hombre.. Te giras, y lo único que ves es como el hombre dispara la pistola y da a un surtidor. Lo siguiente que ves, a cámara lenta, es como el fuego se expande a tu alrededor, lanzándote lejos. Notas como te quema, como ardes.. hasta que al caer de nuevo al suelo caes inconsciente.
A partir de ahí sólo recuerdas fragmentos de imágenes.
Luces azules y unas voces a tu alrededor. Ha sufrido una parada cardíaca.. Vuelves a sumirte en la oscuridad. Un techo gris, frío, un frío que te invade todo el cuerpo, estás tumbada sobre algo metálico. Más oscuridad. Unos hombres vestidos con un traje naranja ( que reconoces como un traje de protección contra agentes químicos ), te ponen una inyección en tu calcinado brado, algo azul brillante.Caes inconsciente.
Cambias de escena.