Partida Rol por web

-No debe hacer lo que puede, teniente. Debe darlo todo por Alemania. No nos sirve un sujeto a medias, debe afrontar las cosas como un buen soldado. Como usted, por ejemplo, que no ha dudado ni un segundo en jugarse la vida por el combustible. Es usted muy valiente, señor Strauss.

Le puso la mano en el pecho, lo miró a los ojos y luego se apartó.

-Verá, señor Strauss. Este es un secreto que el Tercer Reich guarda con mucho celo. Creo que usted es un hombre inteligente y audaz y un gran soldado. Como bien debe saber, descendemos de una raza prehístorica superior, los arios somos los primeros habitantes y toda Europa descidende de los mismos sujetos. Llevamos años estudiando el origen de esta raza y los últimos hallazgos demuestran que proviene de las estrellas. Existió, hace millones de años, colonos extraterrestres que llegaron a nuestra Tierra y la poblaron. ¿Cómo sino puede explicar los avances tecnológicos que épocas en las que era imposible? Todo demuestra que descendemos de aquellos colonos, hemos enviado señales al exterior para pedir ayuda a nuestros progenitores y esa aeronave es lo que necesitamos para ganar la guerra. Es primordial que la hallemos. Lo entiende, ¿verdad?

- Si... - Dijo con la mirada fija en la señorita Heinrich. La miraba ilusionado, como un niño al que acababan de hacer un regalo por su cumpleaños. - Eso, Johanna, tiene mucho sentido... - Le cogió de las manos. - Si, sí que lo tiene. - Sintió el suave tacto de la piel de las manos de aquella mujer y sintió si agradable calor. Le miró fijamente a los ojos, a aquellos bonitos ojos. - Ahora comprendo muchas cosas que hasta ahora se le escapaban. Gracias por confiar en mí Johanna. - Entonces se abalanzó sobre ella y le dio un cálido abrazo. - ¡Alcanzaremos nuestro objetivo, la victoria será nuestra! - Entonces se separó de Johanna y la miró mucho más serio. - Pero debemos actuar con cautela con von Agstein. - Le confesó a Heinrich. - Noto desmotivación entre la tropa. Podrían amotinarse en cualquier momento. Nos guste o no, el capitán es lo único que los mantiene en el buen rumbo. Si tú o yo diéramos un golpe sobre la mesa para auparnos en la capitanía, sería el fin de la misión... - Se mantuvo unos instantes pensativo. - Pero haremos que con Agstein cumpla con el deber de todos...