Partida Rol por web

Embla asintió ante las palabras que fueron surgiendo alrededor, comprendía muchas de las preocupaciones y las compartía. Ya había voluntarios para algunas de las tareas pendientes, incluso se iban vislumbrando cuales se daban prioritarias en el consejo.

- Estoy de acuerdo con dejar ciertas tareas para más adelante, por ejemplo el viaje a La Torre de Greyhorn, la construcción del camino, la investigación relacionada con las aguas termales y la lagunilla... - cruzó sus brazos y empezó de nuevo con su retórica.

- Otros asuntos, sin embargo, debemos priorizarlos, actuar ahora mismo en ellos. Aquí considero que nuestros cazadores deberían mañana mismo ir a las cuevas junto a Gunnar, cazar el oso y hacer una exploración a fondo. El puesto de avanzada en la lagunilla deberá esperar a terminar con las construcciones básicas - expresó todo aquello ladeando su cabeza ligeramente hacia el jefe de los cazadores. Le parecía que Mikklas ya estaba perdiendo prácticamente toda la timidez y se estaba comenzando a desempeñar como todo un miembro del consejo. De hecho, parecía estar claro que se necesitaba su voz vivamente ahora, pues la cacería era un punto clave para Lávidr.

- La investigación sobre los montañeses es algo que debemos comenzar cuanto antes, creo oportuno poner a Hjálmarr cómo líder pues él ya ha explorado varias zonas dónde se han asentado. Hay que encontrarlos y cazarlos pues no permaneceremos bajo la amenaza de unos bandidos en nuestras tierras - clamó de forma severa, su ceño estaba fruncido, dándole un terminación pétrea a su rostro. Sus cicatrices parecían se grietas que marcaban el paso del tiempo.

Sacudió la cabeza, como intentando alejar aquello que la ensombrecía - Otro asunto en el que parecemos concordar es poner a nuestros constructores ya mismo a con el Gran Salón. Las viviendas extra son necesarias pero creo que será pertinente discutir sobre ellas una vez terminado el salón -

Se puso de pie nuevamente, era claro que quería dar peso a lo que diría, extendió ambos brazos, como abarcando a todos los presentes - Finalmente, debemos concensuar ahora mismo nuestra respuesta para el clan Rotesnö, y esto debe decidirse en este concilio sin mayores demoras. Es mi deseo, por nuestro clan, mantener buenas relaciones y responder rápidamente a estas propuestas. Pienso que deberíamos responder afirmativamente a los tres tratados, les explicaré el porqué - mostró tres dedos a su audiencia.

- El tratado referente al camino no implica poner nuestra fuerza ya mismo en pos de construirlo, ellos al igual que nosotros necesitarán primero un hogar dónde pasar el frío del invierno. Decir que si es exactamente lo que mi esposo ha expresado: declarar nuestra intención de colaborar a futuro, comprometernos con ello -

- El tratado de comercio es realmente un compromiso muy débil, pues la cantidad será variable según lo que nos convenga en el momento y la tasa es para nosotros tan beneficiosa como la del poblado. No veo porque negarnos pues no perderemos nada y ganaremos estrechar nuestras relaciones -

- El tratado de aviso mutuo no requiere más que disponer inicialmente de un mensajero cuando haya algo que comunicar, las almenaras, postas y demás pueden esperar a que el camino esté en construcción o terminado. Por lo tanto es algo que no nos consumirá gran esfuerzo de confirmarlo ahora mismo -

Terminó mirando a todos, era claro que más allá de las preferencias de cada uno, esperaba un SI o un NO para cada potencial tratado con sus vecinos.

Gunnar miró a Embla cuando escuchó su nombre, frunciendo el ceño al escuchar cómo le daba una orden, algo que solo le permitía a Bjorn, o más bien que ignoraba cualquier orden que no viniese de él… sin embargo, Embla era la esposa de Bjorn, y sabía que a este no le gustaría que la cuestionase, así que se limitó a asentir con un gruñido. Además, era consciente que siendo el único que había estado en la cueva, acabar liderando la partida de caza era inevitable… lo cual no implicaba que le gustase.

La charla se prolonga y tiene muchos motivos para ello, son temas claves que van a definir nuestra suerte y Asbjörn ni participa. Quizás eso me posicione por encima de él y termine ganando la pulseada en quién lidere a los varls. Pero eso quedaría más adelante, paso a paso y esa meta se cumplirá.

Los puntos que plantea Embla son buenos, pero el camino me sigue haciendo ruido, se que hay que hacerlo pero por suerte también consideran tenerlo más adelante. Me acerco al centro para tener la palabra  - Con respecto a los tratados con los Rotesnö estoy de acuerdo, Hagamos el camino, afirmemos los comercios y el aviso mutuo. Pero el camino para mi viene después de las torres de vigilancia. Sepamos por donde vamos a hacer el camino, lo vigilamos y poco a poco lo vamos construyendo. Sería como una construcción cuando nos sobra tiempo porque nos falta todo un asentamiento que construir, prefiero tener un granero, molino, barracas y muchas cosas más a medida que vamos avanzando con el camino. Con respecto a los bandidos, que vaya el grupo de exploración y uno de ellos avisa a un grupo que esté detrás, me ofrezco a liderar ese grupo por si necesitan refuerzos y no pueden escapar sin pelear. - Miro a  Hjálmarr que parece afianzarse como un buen explorador y quizás este joven logre lo que tanto promete con su actitud arriesgada, pero freno mis pensamientos para que no vayan tan de prisa.

- Ahora hablando de la caza, me encantaría ir a cazar ese oso pero eso depende de lo que decida el resto con respecto a la expedición para averiguar más de los bandidos montañeses. Otra opción fuera que algunos varls nos quedáramos ayudando a construir el Gran Salón para acelerar los tiempos y luego hagamos todos los planes. -

Por un momento dudo de mi capacidad cuando Embla me nombra para liderar el grupo explorador que vaya tras la localización de los bandidos. Miro a Islab esperando su aprobación pero no logro entenderle el gesto y no se si fue aprobatorio o descalificador. Después de todo ella siempre fue la líder exploradora y ahora estaba tomando su lugar.

Las meditaciones fueron interrumpidas por Wulfrig que hasta se ofrece a ser un equipo de apoyo para los exploradores en caso de necesitarlo. Pero como decirle que son muy lentos, voluminosos y torpes haciendo que cualquier los viera desde una lejanía que podría tirar por tierra nuestros planes. No le respondo con palabras pero evito mirarlo a los ojos, es un gran baluarte para el clan y más después de lo que trajo consigo en su expedición, pero no se si está calificado para acompañarnos como retaguardia.

¿Cómo habían llegado hasta el punto de que era él de los que más estaban hablando?

No era una posición que le hiciese tanta gracia, teniendo en cuenta que los miembros más veteranos del consejo no lo estaban haciendo, seguramente porque tenían poco que reportar; pero aun así podían tomárselo mal, estaban en su derecho. Y sin embargo ahí estaba, quizá porque Hodur y él eran, poco más o menos, los héroes del momento para el pueblo después de haber traído suficiente como para llenar las fresqueras del Clan. Ese era un subidón de moral que le ayudaba a uno a hablar con menos complicaciones.

"Que lo mande la líder también ayuda!"

"El puesto de avanzada en la lagunilla deberá esperar a terminar con las construcciones básicas"

Mostró las palmas de las manos vacías y accedió. Estaba de acuerdo en que lo primero era lo primero y en que si los Rotensnö habían tendido esa mano sería casi suicida no aceptaarlo. Eso y que las casas para no morir en el frío invierno sonaban como una muy-muy prioridad. Desde luego podían empezar por no morirse de frío antes que establecer un campamento ventajoso: Mikklas estaba 120% de acuerdo con aquella lógica.

-De acuerdo con los tres tratados y con seguir las construcciones como prioridades. Ir por el oso...

Lo pensó. No era exactamente un aguerrido héroe de guerra como para que ir detrás de un oso fuera su idea de una saludable excursión, pero ir con un varl, que medían lo que un oso en buen año y tenían músculos como probablemente dos osos hacían que se sintiese cautelosamente más de acuerdo con la idea de ir de osería, incluso habiendo cazado un oso aquella misma semana.

-...es una buena idea. Merece la pena además; un lugar con un oso es un lugar rico para forrajear, con lo que debe haber suficiente alimento en la zona a su alrededor como para que lo tengamos en cuenta conforme estemos por allí -en el pasado habría abandonado ese sitio como la peste, pensó, pero ahora somos más. Y más varls- ¿Ccccreo que es una buena idea ir y eliminar al oso? Además, estará moviéndose mucho ahora que viene el invierno, con lo que será más fácil ver a donde va (y donde hay comida)...

Explicó. Después de todo buena parte de su trabajo, en realidad, consistía en saber qué hacían los animales para hacer algo similar (la otra mitad consistía en largos periodos de rotación y tolerancia al no tener nada que hacer) lo que hacía de él el equivalente a un "experto" en Asuntos Osados. Algo que aparentemente le había convertido de cazador a consejero y de consejero a uno de los que más tenían que intervenir en el consejo.

"Yeyjuuu..."

Cómo vienen las cosas.

Habiendo cumplido su cometido, Eindride sentía cómo la gente podía estar algo mejor gracias a su esfuerzo y a su vez tenía el empuje del deber de cumplir su promesa con la líder del clan.
Mientras el resto de los miembros del concilio hablaban, el equino consideraba cuál sería la mejor opción para contribuir con la supervivencia del clan, lo cual implicaba directamente su propia supervivencia.

- Doy mi confianza completa a confirmar los tratados con Rotesnö - expresó con una amplia sonrisa mostrando sus numerosos dientes caballunos - ...asimismo me ofrezco como voluntario para cabalgar a toda velocidad y dar parte a ellos de cualquier mensaje de nuestra parte, ya que he recorrido nuestros territorios y las fronteras lo suficiente como para no perder tiempo y llegar con presteza - dijo dirgiéndose principalmente hacia Embla.

- Mientras no sea necesario disponerme como mensajero creo que podría ayudar a rastrear a estos montañeses entrometidos, y reventarles el cráneo cuando los encontremos - acarició el mayal que colgaba a su costado siempre, que no se quitaba ni para descansar - Svartleggja necesita sangre - comentó enarcando una ceja como si el deseo de batalla creciese en él.

Tener a alguien dispuesto a romper cabezas si las cosas se tornaban peligrosas me daba confianza para la siguiente exploración, esta a diferencia de la anterior con un propósito específico y quizás con una buena recompensa para el clan. Eindride ya había demostrado en el último enfrentamiento ser un fiero guerrero que con sus coces había atacado con determinación a la gente de Rotesnö. Era mi turno de demostrar mi valía cumpliendo la misión aun si no hubiera enfrentamiento alguno pero para ello sería necesario alguien más a sumar y tiene que ser alguien incluso más rápido que nosotros, tiene que ser una cantref y pedirle a Islab que sirva bajo mi mando sería faltarle el respeto. Miro a los otros dos miembros de nuestro grupo y luego me acerco a Eindride para hablarle despacio pero con firmeza. - ¿Quién te parece mejor para acompañarnos?. - Le consulto para saber como piensa sobre estar por primera vez bajo mi liderazgo eventual y no busco generarle una incomodidad. - También tenemos que definir las zonas y la prioridad. -

El clan se había puesto al día tras una semana de mucho trabajo, la cual había traído consigo el fin del verano y el inicio del otoño, y las noticias que escuchaban, parecían alentadoras. Habían conseguido recursos y alimento, sobre todo alimento, el cual al parecer, escasearía con la llegada del invierno, pero que de momento les había caído muy bien y de forma inesperada; quizá con suerte podrían conseguir mucho más. Había no obstante, tres problemas que les preocupaban, sobre todo a Embla, su líder. Estos eran en primera mano el invierno y la necesidad de construir pronto el gran salón. Seguido de ello estaba el problema con el oso de las cuevas y la exploración de las mismas, y en un sentido similar, estaba el problema de proteger sus fronteras con los probables bandidos montañeses que merodeaban la zona.

Habría de ser un trabajo arduo, pero tenían que llevarlo a cabo, aun cuando implicase otra semana mas sin descanso; a final de cuentas, ya estaban acostumbrados. Así, la reunión se prolongó a lo largo de la noche mientras el clan definía todos los detalles importantes para los próximos días, el inicio del otoño.