Partida Rol por web

Asha escucha cada una de tus palabras con atención mientras los barcosluengos se ponen en movimiento al ritmo de los remos aupados por el viento. Volvéis a partir.

-Reconozco que sería buena opción ir a por la casa de la Luz para cortarle los suministros marítimos cercanos a Desembarco.Pero está demasiado lejos de Pyke, demasiado arriesgado. Aunque todo es discutible ¿no? Incluso ir a por Dorne ahora que su ejército se ha movilizado hacia Desembarco.Todo lo trataremos en la reunión, no te quepa duda-Te dice con gesto amistoso. Los años junto a ella han hecho que vuestros lazos se estrechen. Eres un hombre de su total confianza-Hay vientos de cambio, ¿los oyes?-dice mientras hace el gesto de oír y esboza una tierna sonrisa-Es mi turno Drake, así lo quiere el Dios Ahogado, así lo quiero yo. Es mi turno...

Das la orden de levantar el ancla una vez que la mayoría de los hombres de hierro ha podido embarcar. Asha te mira, con gesto conforme mientras sigue conversando con Drake. Remontáis el curso del río, aprovechando el sentido del viento y a ritmo acompasada por todos los remeros que ponen el máximo esfuerzo de su parte. No tardáis en alejaros de la ciudad en busca del mar. Parece tan pequeña desde cubierta y a la vez tan grande...¿Hasta cuándo el destino hará que no vuelvas a verla? Ahora importa el presente. Pyke os espera.

Para algunos hombres el mar puede resultar abrumador. Tan infinito, tan uniforme. Para Dagon era todo lo contrario. Nada más salir de la bahía miró hacia el suroeste. «Las islas del verano, Braavos, Volantis, Myr, Lys, Tyrosh,...» —fue recitando en su mente mientras paseaba su vista por el horizonte. Su sentido de la orientación era inaudito. Fue girando sobre sí mismo mientras pensaba en el nombre de la ciudad que tenía en ese momento delante de sus ojos hasta que llegó de nuevo a Desembarco del Rey y se encontró mirando cómo conversaban Asha y Drake—. 

«Saben tan poco. Aunque aparentan más de lo que en realidad saben y eso también es una cualidad» Dagon no era tan viejo, pero sus incontables viajes desde que era un niño, sus experiencias, la cantidad de gente con la que había hablado, aprendido y luchado, la numerosas veces al borde de la muerte y su aire de melancolía, hacían que él mismo se creyera más viejo. «Sólo Arianne* me cura de este espanto» Pensaba, mientras observaba todos los movimientos de los hombres mudos de Silencio. Hoy el viento no iba en su contra. Gran fortuna. 

Drake se apoya sobre la barandilla y espera la partida. La tensión y choques en tierra de los hombres de su Casa y los realistas lo inspiran a meditar. Claro que su señora tiene razón, Rocadragón está muy lejos de Pyke. Pero si realmente quieren llegar al trono deberán cubrir esa distancia tarde o temprano. La isla es la puerta de entrada marítima a Desembarco del rey y a las tierras de la Casa Arryn. Suspira hondo y se retira a su camarote. Le gustaría mirar algunos mapas más. Los puntos de provisión de las embarcaciones van a ser fundamentales.