El equipo voló como estaba planeado hacia el desierto del Gobi, acompañados de otros miembros del CMTU que habrían de servirles de respaldo. En total eran 3 naves, 2 mechas y una numerosa tripulación de hombres armados los que se dirigían hacia Mongolia.
Sin embargo, una hora antes de llegar a su destino, los radares alertaron sobre la presencia de varios objetos no identificados en el radar. Se acercaban muy deprisa y pronto estuvieron al alcance visual de los pilotos, quienes gritaron de horror al ver lo que se les iba encima. Un enjambre de criaturas monstruosas, cada una del tamaño de un helicóptero y que se lanzaron como abejas enfurecidas sobre las aeronaves.
Los cañones abrieron fuego y los misiles explotaron al alcanzar aquellos cuerpos monstruosos en el aire. Sin embargo, las bestias lograron derribar a las dos naves escoltas que los acompañaban y de proseguir la batalla en el cielo, el resultado estaba decidido a su favor.