Partida Rol por web

Miro a Cirem con las hombreras en las manos...¿qué hacer? Yo soy solo un ladrón con algo de magia que de pronto se ha visto sumergido  en una aventura que no tiene ni pies ni cabeza. Me encojo de hombros y miro al Viejo.

-Vale, acepto...Encontrar las hombreras va a ser un trabajo muy duro, y es probable que antes o después nos encontremos con Rongar y que tengamos que enfrentarnos a él. Gracias por los caballos, rey Muy. ¿Cuándo salimos?

Miro a los caballos y me acerco al que monté hace apenas un par de horas.

- Es precioso, - digo mientras lo acaricio. - Muchas gracias.

Monto a lomos del caballo.

- Gracias por todo. - Vuelvo a decirle al Rey Muy. - ¿Cuando nos vamos?

- So... soy un viejo afortunado... si te entreno, merecerá la pena seguir viviendo.

Pego un chiflido para llamar a mi liebre gigante.

- Partir vosotros. Yo iré a mi ritmo. Sabéis donde vivo. Si tardo mucho, esperarme allí.

Me acerco a Uriel mientras pongo mis manos sobre mi caballo, que es el que él va a galopar.

- Oye, Uriel... cuando termines con todo esto... ¿vendrás a pedir mi mano? Va... no te hagas el tonto.

Miro a Hcih sin entender lo que me está diciendo, ¿de verdad acaba de pedirme que me case con ella?

-Yo...estoy...eh...La verdad es que no sé cómo va a terminar todo esto, así que no creo que pueda darte una respuesta...Ahora tengo que irme -sin darle tiempo a responder monto en el caballo, pero antes de partir miro al viejo Troll Liebre -. En tu casa nos vemos, pero no nos hagas esperar demasiado. Cirem, vámonos. ¿Llevas las hombreras a salvo? -Y entonces galopamos para alejarnos de allí.

Rongar y su conejo llegan a la escena.

El muchacho hace un gesto a Magim y le comenta entre susurros: - Escóndete aquí. Y entonces sale ante todos. Porta la espada en el hombro, y con eso, ve aparecer a la chica que estaban buscando. - Mierda de paseo en balde. Ya verás como Nolo les cuenta que le agredí, en lugar de que le rescaté de ser asesinado por linchamiento. Y los otros que maté a la muchacha sin razón. Pues sea como fuere, no pienso explicarme. Que busquen las pruebas, ya que pienso defenderme hasta la muerte. Y ni muerto pienso rendirme. Una mirada de odio le dedicó a todos los presentes. E incluso de desprecio a los que no eran ... líderes de algo. Y con un notorio - Hola. Cargado de enfado. Luego, con el mismo tono añade. - Veo que hemos estado de misión de rescate para que de por si sola, la muchacha regresara por su propio pie.

Encima la chica, parecía ... que se inclinaba por un hombre. Le quemaba la envidia, ya que era la primera mujer que no era una estúpida integral. Solo algo ... idiota. - Igual es que todas tienen ... esos detalles.

Cuando veo aparece a Rongar me pongo en tensión, pero no retrocedo. 

-¿Se puede saber qué es lo que quieres ahora? ¿No has tenido suficiente con matar a Mlu? -de algún modo inexplicable consigo que mi voz no muestre ninguna emoción, entrecierro un poco los ojos, pero no hago ningún gesto que pueda parecer amenazante, no quiero pelear. -No, esto no ha sido una misión de rescate de ningún tipo, Hcih es capaz de cuidarse por sí sola...Ahora, si no te importa, estás en medio de mi camino.

Se apartó para dejarle pasar, pero se mantuvo firme y enhiesto.

- Cumplí con lo que me solicitó el Troll Liebre y el otro ... pareció dudar, como si no supiera el nombre, pero realmente, era si lo insultaba o no ... Rey de la Montaña. Suspiró: - Y la Señorita acumuló una condena a muerte que simplemente ejecuté, al igual que a Nolo, lo salvé de otra, que interpelé por él, y quienes lo condenaba, cedieron en que me hiciera cargo por un tiempo de él, así que ... ha roto su palabra. Parecía distante. Como un verdugo, que sólo hace su trabajo, y ha aprendido a no involucrarse en los asuntos de autoridades superiores.

Realmente estaba resentido. El Rey era un desagradecido, y el Troll Liebre ... jugaba a muchas bandas. - Igual por eso ha llegado a viejo, pero ha tenido que acumular enemigos y amigos en cantidades ingentes.

Cuando dice lo de la sentencia de muerte me giro para mirarle, ¿estaba hablando de Mlu? Me daba igual si Mlu tenía una, dos o trescientas penas de muerte sobre su cabeza, era mi amiga y él la había matado, aprieto los puños sobre las riendas de mi caballo y enseguida clavo la vista de nuevo hacia el frente, no era momento de discutir. Sin volver la vista atrás, comienzo a azuzar a mi caballo para que ande despacio.

Veo que Nolo me mira, suplicando ir con nosotros. Miro a Uriel, pero ya ha puesto a su caballo en marcha. Tenía ganas de matar a aquel tipo, pero Uriel era más calmado y por una vez, seguiría su ejemplo. Tiendo la mano a Nolo para ayudarlo a subir a mi caballo. Cuando está sujeto, cojo las riendas y ordeno al caballo a seguir a Uriel.

- Adios.

Le digo a los demás.

Cuando Cirem se despide, me giró y veo que Nolo está en su caballo.

-¿Se puede saber por qué te lo traes? -Preguntó cuando ya nadie puede oírnos. -Vamos a casa del Troll Liebre, a entrenar. Él está enfermo, no va a ser más que un estorbo -odio la manía de Cirem de hacer las cosas de manera impulsiva -además, no sé si al viejo le va a parecer bien. Pero bueno, haz lo que quieras, no sé ni para qué me molesto -estoy cansado y quiero llegar a la casa del viejo, han sido muchas emociones en muy poco tiempo y no me apetece discutir.

Agito las riendas de mi caballo y me pongo a la altura de Uriel.

- ¡Lo iba a matar ese loco! No podía permitir aquello. Y no te preocupes, si Troll Liebre no lo quiere en su casa, pues tomará otro camino. Pero lejos de Rongar. ¿no?

Y miro hacia Nolo para ver que opina. 

Asiento con la cabeza. Realmente me había salvado la vida. Estaba herido y no sabía si el Rey iba a permitir que me quedara allí a vivir. Sobretodo porque desconocía la amistad que tenía con Rongar. Según parecía, ese asesino, ya había trabajado con él anteriormente. 

Sujeto mi herida con mi mano. Me dolía, y el galope del caballo empeoraba el dolor. Pero debía disimular. Tenía que ponerme a salvo.

- No preocuparos por mi. Antes de llegar a casa de Troll Liebre, desapareceré de vuestra vista.

Hago un mohín pero no digo nada más, sigo galopando en silencio, perdido en mis pensamientos.

¡Ahora sólo las Escarcelas están en lugar desconocido! Las demás partes de la armadura las tiene Rongar, a excepción de las Hombreras, que están en poder de Uriel y Ciren. ¿Se acercará el momento de comprobar el poder de la armadura?