Sonny miraba impotente lo que sucedía y las lágrimas caían a raudales por sus mejillas. ¿Llegar hasta allí para ver a sus hijos...despedazados? Ya le daba igual dejarse matar por aquel ser, fuera lo que fuera. Había perdido la esperanza y las ganas de vivir.
- El amor...es...el amra...más poderosa...- Repitió en alto la voz que sonaba como un eco en su cabeza.
Matt intentaba desatarse de aquellas ataduras invisibles, pero no había manera. Ni toda la fuerza bruta podía ayudarle en aquel momento. Si tan solo su mujer estuviese allí, ella quizás sería capaz de hacer algo... si no hubiese perdido la cabeza al ver a su hijo desaparecer en aquella bula junto a Richard y los otros niños. No hubiese podido soportarlo, o quizás hubiese visto algo que él no.
En aquel momento posó la mirada en el altar de donde había salido el adolescente. No era un cuerpo al que le hubiesen reanimado con el espíritu de los sacrificados. No estaba antes, no había nada antes de él. Había surgido de la unión entre su antiguo compañero y los niños.
rompe con tu pasado carnal
—No...—Matt dejó de resistirse al creer comprender. Querían que los matasen, que rompiesen con su pasado carnal. Con ellos. ¿Y si había una parte de su hijo? No podía matarlo, no podía hacer daño a una criatura que llevaba una parte de su vástago. Aunque el mundo se fuese a la mierda. Prefería con mucho que su pequeño fuese un Dios destructor de la humanidad a hacer algo que pudiese dañarlo. Pero sus hijos eran bebés, no adolescentes. Aun así, la idea de que su hijo estuviese dentro, penetró con fuerza— ¿Hijo? ¿Estás...ahí?
Eso era. Lo que sus compañeros estaban diciendo coincidía con lo que Ab pensó: El amor es el arma más poderosa. Era lo que el sargento King decía y lo que en su cabeza resonaba una y otra vez.
-El amor es el arma más poderosa... ¡¡El amor es el arma más poderosa!! ¡¡¡EL AMOR ES EL ARMA MÁS PODEROSA!!! -gritó el cabo hacia su hijo o lo que ahora era aquella masa informa convertida en joven.
-¡¡Es que no lo veis!! ¡¡Lo que más amáis son vuestros hijos !! ¡en ese ser están dentro!! ¡¡Lo que quiere es cortad vuestro cariño, vuestro vínculo con ellos!! ¡¡Es un egoísta!! ¡¡Despertad de vuestro letargo!! ¡¡Amad a vuestros hijos y que sepan que lo que vosotros queréis son a ellos y no a ese maldito ser!! ¡¡AMAD A VUESTRO HIJOS!! -grito Ab a los allí presentes para que reaccionaran.
-¡¡¡HIJO MÍO, ESTOY AQUÍ PORQUE TE QUIERO!!! ¡¡¡HE VENIDO A RESCATARTE PARA QUE TE VENGAS CONMIGO!!! ¡¡ESTOY AQUÍ!! ¡¡VEN CONMIGO!!
Yo intento que todos piensen en sus hijos y que no amen a ese ser, si no que amen a lo que hay en su interior que son los hijos de todos ellos.
Roderick no era el padre de ninguno de los niños que habían sido secuestrados y ahora parecían que formaban parte de aquel ser, de echo nunca los había visto, pero había formado parte de aquel grupo de rescate desde el principio, había visto morir a los padres de varios de los chicos que allí había y por alguna razón que aún no entendía se sintió responsable de ellos y no solo de ellos sino del coraje que había demostrado aquellos padres que lo habían dado y lo estaban dando todo por ellos, y fue entonces cuando su corazón le dio un vuelco... Aquel capellán que habían cogido el hábito por quitarse de enmedio y tener una vida acomodada se había visto envuelto en algo que lo había superado en muchos sentidos pero ahí estaba y con un sentimiento tan fuerte que jamás habria llegado a imaginar que pudiese sentir.
- ¡¡HIJOS MIOS NO OS HEMOS ABANDONADO, NO OS VAMOS A ABANDONAR ESTAMOS AQUÍ, ESTAMOS AQUI POR VOSOTROS, OS QUEREMOS... OS QUEREMOS MUCHO!!- en aquella manifestación sincera de amor al prójimo deseo poder acunar al hijo de Nick y de Steffan ser el padre de ambos... Sería todo un honor.
En aquel momento con los ojos envasados en lágrimas miró a sus compañeros, con los sentimientos a flor de piel...
- ¡Y también os quiero a vosotros!- les confesó a moco tendido.
El adolescente se dispone a completar su destino acabando con vuestras vidas, pero tras escuchar las últimas palabras de Abraham su brazo se detiene, durante unos segundos parece vacilar, sin decidirse, hasta que por fin suelta el cuchillo y lentamente se retira el velo.
Según las escenas que visteis en el templo de Tartessos, su rostro sin forma debía estar formado por una cantidad indeterminada de esferas trasparentes, pero en su lugar veis el rostro de un joven adolescente.
Una lágrima se desliza por sus mejillas.
Sin lugar a dudas el rostro que tienes delante de tí podría ser el de tu propio hijo si tuviera dieciséis años.
Sin lugar a dudas el rostro que tienes delante de tí podría ser el de tu propio hijo si tuviera dieciséis años.
Sin lugar a dudas el rostro que tienes delante de tí podría ser el de tu propio hijo si tuviera dieciséis años.
Nooooooooo.- Grita desde el altar Nyarlathopep, interrumpiendo la emotiva escena, con una mezcla de miedo y fustración.
Fuera del templo vuelve a escucharse el sonido del trueno e inmediatamente después las paredes comienzan a agrietarse a gran velocidad. Tres segundos después el techo se desploma sepultando bajo su peso a todos los ocupantes del templo.