Este mismo podría ser yo, pensó Demetrius pasando cerca de la estatua del elementalista. Avanzó junto a sus compañeros mientras atendía a las palabras de Dámaso, aunque él ya se había imaginado algo así. Cuando el clérigo nombró aquella criatura, el rostro del hechicero brilló, pues ahora recordaba haber leído sobre esos monstruos alguna vez.
- Si, mejor será que avancemos, no me gustaría enfrentarme a nada monstruoso si puede ser - dijo en tono divertido, aunque en realidad sentía pánico en acabar el resto de su vida transformado en piedra.
- Esto cada ve zse parece mas a una representación de los dominios de Hades. ¿Estais seguros de que esto no es una entrada hacia el infierno? - y rebusco con mi lanza entre los huesos y las algas buscando algun indicio de heridas en los cadaveres.
Los restos de huesos se corresponden a la carcasa de lo que una vez fueron humanos. Parece que toda la estancia se trate de un cementerio donde los cadáveres se hubiesen dejado a la intemperie para que los peces devoraran su carne.
El lugar es siniestro y oscuro y la sensación de amenaza está muy presente, como si una presencia espiritual maligna estuviese esperando un desliz por vuestra parte para lanzarse por sorpresa sobre vosotros...
Acciones, ¿os internáis en la sala, hacéis algo más en la sala anterior o en la entrada donde está la estatua del elementalista?
No me gusta nada esta sala tengo un mal presentimiento acerca de lo que nos espera dentro y me giro hacia nuestro hechicero
- Demetrius ¿tendrias alguna manera de iluminar este lugar para comprobar si hay algo oculto al acecho? -
Demetrius negó.
- Bajo el agua no funcionan este tipo de conjuros, por eso nos dieron estos amuletos - dice señalando el suyo propio que colgaba del cuello. Luego siguió atento a su alrededor, sabía que esa zona no era segura.
- Lo que creo que deberíamos dejar esta estancia y buscar otra entrada, creo que lo que podamos encontrar aquí nos supera. - comentó mirando hacía los otros también. Cada paso que daban la sensación de peligro aumentaba, y esas estatuas le provocaban escalofríos solo de pensar la suerte que tuvieron esos aventureros antes que ellos. Que su muerte al menos le sirviera para alertar a otros.
- Quizas sea mejor dirigirnos a la entrada anterior e investigar alli. A lo que puedo ver puedo enfrentarme pero presiento algun mal oculto aqui - y comienzo a caminar hacia la estatua del elementalista para ver que hay mas alla - ¿Me seguis? -