Partida Rol por web

Roderick habái escuchado lo que todos decían, era normal que los que eran padres estuvieran en aquel estado de desesperación, era mucho el tiempo transcurrido sin saber nada de los chicos y muchas las cosas que habían pasado... entre ellas aquellos espantosos monstruos que acabaron con la vida de una de sus compañeros delante de sus ojos. Cada paso que avanzaban en la investigación más convencido estaba de que lo que en realidad estaba haciendo era volverse loco... estaba a tiempo de mandarlo todo al cuerno y volver a sus quehaceres como capellán, una vida tranquila y cómoda con la que se había estado ganando la vida desde hacía tiempo... sin embargo, estaba tan metido en todo aquello que si no iba la locura lo alcanzaría con mayor rapidez, de manera que cuando Keeper pidió que se manifestaran los que aún no se habían decidido levantó la mano con el cigarro a medio fumar, sostenido entre sus largos dedos.

- Yo voy con ustedes caballeros. Está claro que la pista se encuentra en España, un país con un clima agradable y una extraordinara gastronomía, estará bien realizar la visita... estoy seguro que yendo allí conseguiremos avanzar más en la investigación sobre el paradero de vuestros hijos y depués poner rumbor donde sea menester.

Para un vez que conseguía ir a una de las reuniones hablaban de volver a Europa. ¿Y como le digo a Mary Ann y al idiota del comisario que tengo que ir a Europa? - Mientras los demás iban dando sus opiniones yo no terminaba de ver como podría librarme y ir con mis antiguos compañeros.

- No sé. Con mi trabajo y la situación en la que está mi mujer desde que desapareció mi pequeño Devon lo voy a tener complicado. Pero desde aquí quizá pudiera ayudar. La verdad es que no sé.- Le dije a Keeper.

Yo mi quido, más di una simana en barco sin podir hacer nada mi volviría loco .- Contesta Samid exploniendo su postura.

Si tú dicides irti - Se ofrece a Nick.- Shara puidi hacir compañia a tu mujir para qui no isti sola.

No hace falta que vayas si no quieres.- Añade Keeper.- Aún queda mucho trabajo por hacer aquí, muchos piedras que levantar y muchas puertas a las que tocar.

No os preocupéis por el dinero del barco,- Os dice justo después.- yo pagaré los pasajes del transatlántico.

Puedo avisar a Daphne para que se queden juntas...aunque conociéndola es posible que las ponga más nerviosas haciendo conjeturas. De hecho no me creo que esté demasiado tiempo sin moverse... Nick, hermano, haz lo que creas conveniente, pero si es por Mary Ann creo que será mejor que esté con Daphne y Shara—el hombre se encogió de hombros—entre mujeres se entienden

- Si. Será mejor que avises a Daphne, por favor. - Dije a Matthew. Después me arrasqué la coronilla. - No creo que tenga problemas con el comisario. La baja es la baja, y para cuando se quieran enterar ya estaremos en el barco, camino de España.

Di una palmada y sonreí. - ¿Cuándo nos vamos? - Le dije a Keeper.

-Lo antes posible.- responde parcamente Derek desde su sitio en el sofá a la pregunta de Jefferson con la vista pavorosamente clavada en un rincón de la habitación, donde segundos antes le había parecido ver correr una cucaracha.

- Yo tengo suficientes cosas para viajar unos días aquí mismo. Lo demás podría comprarlo en España.- Lo más importante, su recortada estaba en su maleta. Lo que no sabía es si allí estaría permitido llevarla.

Estuve informándome antes de venir a la reunión.- Contesta Keeper.- Pasado mañana hay un barco que sale para España, desde aquí, desde el puerto de Nueva York. Según me han dicho en los muelles su destino es Cadiz y aún quedan pasajes disponibles. Una vez en España no creo que sea muy difícil llegar hasta Sevilla.

—Pues entonces no perdamos más tiempo. — exclamó Matt apagando el cigarrillo con tanta violencia que hizo saltar unas cenizas por la mesa. El hombre se levantó y se echó la chaqueta por encima del hombro, claramente dispuesto a salir.Mañana nos vemos en el barco, por cierto ¿En ese país de indigentes se pueden llevar armas?

Roderick terminó su cigarrillo mientras el resto hablaban sobre los pormenores del viaje, España era un país que gozaba de buena fama por su gastronomía y el señor Craven era amante de al buena cocina, ya que posiblemente terminara muerto en aquella empresa... reprimió un escalofrió al rememorar a los bichos que descubrieron en aquella maldita casa, morir con el estómago lleno y el paladar satisfecho no estaría del todo mal... tendría que conformarse con aquello.

- Señor Greywood, España no es un país de indigentes... es un territorio muy desigual. La riqueza está en manos de una parte minoritaria de la población, pero no debería hablar así de un país con una historia como el que nos ocupa. Puede que los españoles le consideren a usted el indigente y por lo que yo se, mientras no vayas como un cowboy luciendo tu arma en un cinturón, puedes llevar el arma que desees... ya sabes lo justo para que el común de los mortales no tenga miedo de que le vayas a pegar un tiro para mostrar tu buena puntería, de hecho todos haríamos bien en ir armados, después de todo lo que ha pasado el peligro que se ciñe sobre nuestras cabezas se intensifica a cada paso que damos...

Siento tener que contradecirte.- Interviene Keeper.- Según me han informado en el consulado, en España está totalmente prohibido el uso de armas de fuego sin la correspondiente licencia que "evidentemente"- con sus manos hace el símbolo de las comillas- no expiden a extranjeros a menos que pertenezcan a los servicios diplomáticos.

Aunque, por supuesto, eso no impide que podamos llevarlas ocultas entre nuestro equipaje.

-Señores...- dice Derek desde su sitio en el pequeño sofá -... que parecemos tontos. Llevamos las armas ocultas o las conseguimos allí, que da igual. Ahora deberíamos pensar en ponernos en marcha. ¿A alguno le queda algún contacto de cuando estuvimos por Europa?-

Lo que tú digas, hermano—respondió a Roderick con una sonrisa socarrona.—Pero eso fue lo mismo me dijeron de Utah...y bueno, ya sabemos todos como es Utah. De todos modos, nos viene bien que sea un país pobre. Los países con poca guita son más sobornables. Matthew pensó por un momento que quizás Leighton pudiese ayudarlos con la "diplomacia armamentística", pero en honor a la verdad, ya había hecho bastante por ellos. Su orgullo no le permitía pedirle más. Y seguro que hay algún cazador que nos venda su escopeta. O mejor, algún mauser. He oído que son más duros que los Remington. Viendo que no iban a salir en aquel mismo momento, pues el barco zarparía en dos días, Matthew volvió a sentarse y, mientras el resto hablaba se encendió otro cigarrillo. El hombretón escucho las palabras de su compañero, el escritor y asintió. Quizás Daphne pueda entrar en contacto con alguien de su "antiguo trabajo", quien sabe. Aunque no me suena que me dijese que haya estado en España. De todos modos, el tal Jordi Cabo ese debería bastarnos.

Tras escuchar a sus compañeros durante un buen rato, Abraham habló.

- Esto está muy bien, pero creo que ninguno de nosotros ha pisado suelo español y no sabemos a qué nos enfrentamos y qué es lo que podemos encontrar allí. Si bien podemos documentarnos y hablar con alguna fuente o algún inmigrante español, no tenemos mucho tiempo, así que yo optaría por ir allí cuanto antes y ver lo que podemos hacer insitu.- razonó el cabo.

- ¡Vayámonos cuanto antes, por Dios, necesito saber más, para poder dar con nuestro hijos!- comentó con un tono entre frustrado y nervioso Abraham.