No ibais a rescatar a George.- Dice mientras mira el cilindro metálico con dulzura.- Lo supe en cuanto entramos en la ciudad. Solo estabais interesados en vuestros hijos y no hubierais hecho nada por mi amigo. ¿Verdad?- Os pregunta retóricamente.
Ellos lo tenían, ahora está a salvo.- Algo en el tono del profesor Olive os dice que parte de su psique se ha fracturado en su visita a Tartessos, y sus siguientes actos lo confirman.- Ahora estás a salvo George.- Le dice al cilindro a la vez que lo acaricia con sumo cuidado como si fuera un gato doméstico.
Luego lo gira y al hacerlo podéis ver la parte de él que hasta el momento no habíais visto. Flotando en una especie de líquido flota lo que es sin el menor genero de duda un cerebro humano
Decidle hola a Geoge.- Os pide.
Matt estaba encendiendo un cigarro cuando aquel chupatintas profirió una espantosa acusación. Apretando los puños y mirándole ceñudo le espetó.
¡CLARO QUE LO HUBIÉSEMOS AYUDADO DE HABER PODIDO! ¡LE RECUERDO QUE NOS HEMOS RECORRIDO MEDIO MUNDO Y HEMOS VENIDO A ESTE PAÍS DE MIERDA PARA ENCONTRARLO!
Matt se indignó ante aquella acusación. Decir que él, o cualquier miembro de la unidad (salvo Craven) dejarían tirados a alguien era un insulto a su honor. El piloto iba a soltar una chanza sobre el estado mental de Olive cuando giró el tarro. Entonces no solo se lo pensó mejor, sino que le cayó el cigarro de la boca, incapaz de decir nada.
Olive estaba loco y no era el momento de discutir, aunque a Colt ganas no le faltaban.
- Mat, no es momento y lugar. Tenemos muchas cosas que hacer y no precisamente discutir por esto.
Luego mira al profesor y luego al tarro y sin decir ni hacer nada se gira con Steffan en brazos, mientras dice.
- Sigamos, necesitamos llegar a un sitio civilizado y hablar con quien teemos que hablar.
Aunque la indignación por lo que acaba de escuchar al señor Olive pensé que sería mejor seguirle la corriente. Se ha vuelto completamente loco, completamente.
Miré al profesor y no me podía creer que llevase en su regazo un… algo con el cerebro de Zarramenov dentro de él.
En algo tenía razón aquel desgraciado, lo único que me movía era encontrar a mi hijo. Y cada vez lo veía más complicado.
- Si, hay que irse. – Contesté a Colt sin dejar de mirar el frasco que portaba Olive.
El profesor Olive no parece reaccionar ante vuestras palabras. Continua en el suelo con la mirada perdida y solo os contesta un. - ¡Decidle hola a Geoge! ¡Ha regresado con nosotros!
Matt miró a sus compañeros y, con un leve temblor en las piernas logró agacharse al lado de Olive, agarrando de un brazo para tratar de levantarlo. Tras unos instantes logró superar el asco y no mirar aquella masa gelatinosa que flotaba en un líquido espeso.
Craven...ay..ayudeme...Ehhh-susurró al parroco momentos antes de disimular y seguir la corriente al loco. A los locos siempre había que seguirles la corriente. -Si Buenos días profesor Zarramenov...Creo que va siendo hora de irnos...¿eh?¿Verdad?
Los ojos de Steffan se abrieron como platos al ver el contenido de la vasija.
¡Qué horror!
El profesor decía tonterías. Se fue sin previo aviso haciéndole arriesgar su voda y ahora estaba herido pro su culpa. Le daban ganas de pegarle un puñetazo y dejarlo K.O. Sin embargo, los siguientes sinsentido le dejaron claro que no hubiera servido de nada. Aquel hombre parecía ya perdido.
- Déjame en el suelo.- Le dijo a su compañero mientras rebuscaba unos fármacos en sus pertenencias.
¿Puedo darle algo a Olive para atontarlo y que nos siga dócilmente?
El capellán no pensaba acerarse a aquel loco ni a aquella cosa ni muerto, de hecho ya estaba empezando a recular hacia atrás, cuanta más distancia entre ellos hubiera mejor... ¿Pero que puñetas le pasaba a todo el mundo? ¿Es que no se sabía cuando dejar de que aparecieran bichos infernales ni cosas de volverse loco? ¿O es que ya se había vuelto y eran visiones lo que veía?
Entonces Greywood el americano, que tanto lo quería... le pidió algo... como lo escuchó muy bien se acercó a él, más por curiosidad que porque realmente quisiera ayudarlo, ya que ese hombre era capaz de cualquier cosa... especialmente de ofrecerlo a él en sacrificio si la fuera necesario...
- ¿Eh?... Sí...- asintió mirando de reojo al americano- sí... claro que sí- comprendió pro fin... als neuronas a aquellas horas estaban en huelga, pero parecía que algunas de ellas si que funcionaban...- claro que debemos irnos- "Y tanto... no se que me detiene para salir de aquí corriendo..."
Para que veas lo majo que es... el capellán te ayuda en lo que sea ^^
- Claro- respondió a la petición de Steffan.
Al momento dejó a Steffan en el suelo con cuidado. Mientras veía como su compañero rebuscaba entre sus pertenencias algo. Debían de ser algún fármaco pues sonaba el tintineo de los botes de cristal cuando se entrechocaban entre sí.
Luego miró al profesor Olive y lo entendió. Seguramente querría dar algo al profesor Olive. Si realmente conseguía que mejorase, o por lo menos que no diera guerra, ganarían más tiempo del que estaban perdiendo ahora mismo.
Veis que bien. No es tan difícil ser un poco educados ¿Verdad?- El profesor se levanta del suelo y parece susurrarle algo al cilindro metálico.
Sin previo aviso, el cilindro comienza a hablar sobresaltándoos.- Cuchara, melón, verde, ropa, cuchurucho, tutifruti, estropajo, espantapajaro, papelera,
Eso no George.- Le reprende Olive en el mismo tono que usabais para reñir a vuestros desaparecidos hijos pequeños.- Cuéntales lo que me contaste antes, en la ciudad de los mi-go.
Id a la ciudad en el desierto, siguiendo los pasos del viejo loco. Encontraréis a vuestros hijos detrás de la puerta.- Dicho lo cual el cilindro se caya completamente.