Partida Rol por web

El de pies ligeros se quedo observando al hombre y bajo la cabeza, consternado. Cierto era que no habia hecho las cosas bien en el pasado, los dioses tenian razon en estar enojados, y el debia enmendar sus actos hacia ellos.
Llamo a su amigo. – Patroclo, mi mas apreciado amigo. Ve en busca del mejor y mas fuerte carnero. Aquel que tiene toda su lana de color negra, y sacrificalo en mi nombre a los dioses. Que zeus el tronante, oiga mi suplica, que Hades, el oscuro me conceda la victoria, que Poseidon nos traiga aliados y vientos favorables y que Dionisio nos tenga uan fiesta de victoria esperando a la vuelta. Ve, caro entre mis amigos, y con alas en las piernas, cumple mi encargo.-

Aquiles envió a su buen amigo Patroclo, quien lo admiraba bastante por las grandes proezas propias de este gran héroe. Obedeció sus demandas y la ofrenda fue realizada en nombre de todos los dioses.

Por supuesto, esto podría generar algún recelo entre las deidades. Pero después de todo, ¿quien cree en ellos?

Un hombre fue enviado a la localización que el explorador le había prestado en esa información tan privilegiada. Aquiles habló con Agamenon, líder del ejército griego, y con las demás altas figuras, como Menelao, Odiseo, entre otros.

Tras enviar al hombre, este logró abrir las puertas como se le encomendó. Entonces, así empieza la primer batalla decisiva para el asedio de Troya.

He aquí que Zeus cabilaba entre elevar al Peleida Aquiles por sobre el resto de los mortales, dándole la gloria de ser el primero en penetrar las  bien costruidas murrallas de Ilión, o preservar la ciudad  de Troya  y a los  troyanos domadores  de caballo. Y tomando del ánfora del destino que se encuentra a la diestra de su olímpico trono dos suertes, una favorable a Aquiles, otra favorable a los troyanos, las sopesó en la balanza del hado inevitable.

Prontamente, envió un águila majestuosa que se posó a la diestra del Peleida. Entonces, el augusto Cronida asumió la forma de un venerable augur, y acercándose al ejercito troyano, expresó:

- Oh, desgraciados troyanos, un mal hado nos espera!!! Observad el prodigio!!! Zeus tonante se manifiesta favorable a  los aqueos y prepara nuestra perdición!! huyamos, refugiandonos en las bien construidas murallas, tras las puertas Esceas, y demos por perdida esta posición, pues los dioses no nos son propicios.-

Prontamente, envió un águila majestuosa que se posó a la diestra del Peleida. Tomó la forma de un venerable Augur y este anunció:

- Oh, desgraciados troyanos, un mal hado nos espera!!! Observad el prodigio!!! Zeus tonante se manifiesta favorable a  los aqueos y prepara nuestra perdición!! huyamos, refugiandonos en las bien construidas murallas, tras las puertas Esceas, y demos por perdida esta posición, pues los dioses no nos son propicios.-

Los troyanos temieron ante el anuncio de los dioses a favor de los griegos. Abandonaron la posición y se refugiaron dentro de las murallas internas de la ciudad. Poco serviría porque el ejército griego ya estaba allí, acabando la vida de cada troyano que se acercaba. 

Aquiles, quien seguía sintiendose cada vez más adolorido en su corazón, logró avanzar metro a metro, haciendo retroceder a los troyanos.

Pronto, la guerra terminaría si seguía ese rumbo.