Me encogí de hombros, sin duda no tenía sentido discutir algo que un enano conocería sin duda mejor que yo
Sea pues- añadí ajustándome el escudo en el brazo izquierdo y colocándome en vanguardia. Si había algun ser impío sería mi martillo quien le diera el primer golpe, por la gracia de Maelgor
- Yo ire a la derecha, si nadie tiene inconveniente, - me dispuse a desenvainar mi espada, mientras me cubría con el escudo, listo para avanzar y deseando ajustar cuentas.
—En ese caso yo cubriré la retaguardia, nunca se sabe lo que puede aparecer por las espaldas.—
Empezáis a subir la montaña que tiene tramos difíciles y senzillos, parece que Erik receurda bastante bien el camino que hay que seguir y llega el medio día sin ningún incidente remarcable, hora de comer.
Tirada oculta
Motivo: Encuentros
Tirada: 2d6
Resultado: 6, 5
Mientras mastica alguna de las raciones que llevaba dice:
- Bueno señores, y señora, esta podría ser la última comida tranquila en algún tiempo, y de alguno, quizá, la última comida, así que no tengamos prisa y disfrutemos de las vistas, mucho no hay que ver, y de las viandas y bebidas.
Tras sus palabras mira hacia arriba en un punto concreto y sonría y afirma con la cabeza mientras masculla algo inentiligible para cualquiera.
Dado lo funesto, aunque más que probable, discurso de Erik me dedico a orar a mi Dios en silencio antes de dedicarme a degustar la comida; si he de llegar a los salones de Maelgor quiero hacerlo en harmonía con migo mismo.
Me senté para disfrutar de las viandas y del merecido descanso, deseando que las previsiones de Erik no fuesen acertadas, Johann parecía orar, la fe de ese hombre era enorme en su Dios, el resto nos dedicabamos a reponer nuestros estómagos y descansar. Las heridas de Durcan mejoraban y no pude apreciar signos de cansancio en él durante estas jornadas, siguiendo mis principios, lo que tenga que pasar mejor con la barriga llena y si es regado con una buena cerveza, mucho mejor.
Tras terminar vuestra comida os preparáis para hacer el útlimo camino hasta las salas de Ig-Nagor.
Erik Hunar se sitúa al frente para abrir el camino.
Me levanto al ver que la comida y la bebida se ha dado por acabada y me coloco a la derecha de Erik pero un poco retrasado para guardar la formacion.
Tras la comida, había que emprender la marcha de nuevo, Durcan se situó a la derecha, así que retrase mi posición, cubriendo ese flanco, el resto del grupo se veía decidido y tranquilo, cada vez estaba más seguro de que esta extraña compañía podría solventar cualquier problema que se avecinará. A pesar de ir pensando como sería el lugar del que tanto había oído hablar, mantenía mis sentidos alerta ante cualquier eventualidad que pudiera surgir.
Me vuelvo a colocar en el mismo lugar en el que iba, presto para lo que se avecinara
Subís hasta una gran roca y detrás de esta aparece un pequeño camino, al principio de tierra pero pronto aparece adoquinado y se abre a una gran abertura, no inmensa, que da a un puente y más adelante a un arco con lo que antaño debió ser una magnífica puerta de piedra, que ahora yace derruida en el suelo y permite la entrada de cualquiera, lo suficientemente valiente como para entrar, su paso hacia las salas de los enanos.
Tirada oculta
Motivo: Encuentros
Tirada: 1d6
Dificultad: 1-
Resultado: 3 (Fracaso)
-Bueno, amigos, ha llegado el momento de volver a las salas robadas, ¿Todos estáis seguros o alguno se marcha?- Os mira con el semblante serio uno por uno a la cara.
El que no diga nada lo doy por abandono, los demás que digan que quieren hacer.
Maelgor me ha guiado hasta aquí para emprender una búsqueda en su nombre. No renegaré de mis creencias en este momento. Yo sigo... aunque deberiamos llevar un farol o, al menos, una antorcha. No todos vemos en la penumbra tan bien como los enanos o los elfos -dije asegurandome que el escudo estaba en su sitio, bien firme, y aferrando con fuerza el martillo mientras alzaba una oración a mi Dios para que nos protegiera de los oscuros secretos que nos aguardaban
Sea como sea seria mejor entrar en el mayor silencio posible... hay muchos o pocos nos será más sencillo llevar a cabo nuestra misión sin tener sobre nosotros a una marabunta de enemigos
Avanzo con mi hacha en las manos, preparado y con semblante serio, cuando Erik habla, Durcan unicamente asiente con la cabeza con un severo gesto afirmativoy y sube un poco su hacha en señal de guardia y decision.
Por fin hemos llegado, ante las ruinas de lo que fue nuestro gran reino, suenan en mi cabeza las conversaciones de los mayores, es el momento de ajustar cuentas.
- Después de llegar hasta aquí, no me voy a dar la vuelta, podeís contar conmigo.- Preparo mi espada, el escudo en la mano, dispuesto a avanzar a cualquier precio.
Me encojo de hombros y toqueteo distraidamente mis armas, dando por respondida a la pregunta del enano.
—Por supuesto que iré— Una vez aquí arriba no pienso darme la vuelta.
Cambiamos de escena.
Parece que la señorita nos ha abandonado, la dejo ahí por si vuelve, lleva casi 20 días sin entrar en la web. Si vuelve ya la haremos aparecer.
The Show must go no!