— Un poco de agua. Muy agradecido — Dijo sentándose en la mesa y dejando su maletín en sus piernas.
— Verá señor Thomas, represento a una de las personas más ricas e influyentes de la ciudad. Mi cliente es muy celoso de su intimidad; por lo que soy yo el que acudo a usted con la intención de que acepte un encargo de mi representado. Tengo entendido que lleva poco en la ciudad, pero este tiempo ya ha colaborado en un importante caso, como es la defensa del caso Cobb, y se ha significado en el rescato de los mineros tras el terremoto además de otros pequeños trabajos —
El hombre colocó bien sus gafas tras las palabras hacia Michael y prosiguió.
— Por este motivo mi cliente cree que puede ser usted el hombre adecuado para realizar este encargo, más aún teniendo en cuenta el equipo de personas con las que tengo entendido que trabaja — Miró al resto haciendo una especie de saludo con la cabeza.
— No quiero quitarle más tiempo del necesario, así que iré al grano si no le importuna. Hay una vieja mansión en las afueras de la ciudad, cerca de Hillsburg. La propiedad pertenecía hace muchos años a un familiar de mi cliente. Lo cierto es uqe nadie reclamó la propiedad de la herencia que dejó esta persona, por lo que la mansión Belasco quedó abandonada y cayó en el olvido. —
— Recientemente parece que algunos sujetos sin identificar trataron de entrar en la casa, no sabemos si para vandalizarla, robar o simplemente por diversión. El hecho es debido a esos altercados y que mi cliente tiene ya una edad avanzada, quiere hacerse cargo de la propiedad y listar su contenido para incluirlo en el legado familiar que dejará cuando fallezca. Además, el recién terremoto ha podido producir daños que deben ser comprobados. —
El señor Brewer esperó un poco antes de proseguir con algún detalle adicional.
— Mi cliente desea el máximo rigor con el inventario de la mansión, por lo que, sin dudar de su honorabilidad tendrían que entrar en la casa y permanecer en ella hasta que terminen el trabajo. Una vez tengan listado todo el contenido de la casa, podrán salir y entregar su informe a uno de mis empleados. No les voy a engañar, el trabajo puede tener ciertas complicaciones peculiares, ya que el señor Belasco era de creencias bastante poco... ortodoxas. Por ello mi cliente quiere encargar el trabajo a alguien como usted. Como ustedes. Y está dispuesto a pagar una buena suma por ello —
Abrió ahora si el maletín y sacó varias hojas con una especie de contrato, en donde al final especificaba una buena suma de dinero. Bastante superior a lo que se pagaría por un encargo de este tipo. [1]
— Realizar este inventario no debería llevarles más de una jornada de trabajo. Si le parece dejaré que lean el contrato y hablen lo que consideren. Contando con el señor Miles no dudo que revisarán el contrato concienzudamente y lo encontrarán en orden. —
Sacó una pequeña tarjeta también del maletín que dejó sobre la mesa.
— Si tienen alguna pregunta la responderé encantado dentro de mis posibilidades —
Perdonad el tocho :/
[1] Si aceptáis os supondrá (además de poder entrar legalmente en la mansión que parece que teníais cierto interés xD) un +2 a la siguiente tirada de evolución económica semanal.
Mientras Justice hablaba, Michael cogió la jarra y llenó uno de los vasos de cristal del mueble que acabo poniendo en la mesa junto al abogado.
—Muchas gracias señor Brewer. Puede decirle a su cliente que si el contrato está en regla, como seguro estará, aceptaré encantado el encargo y que lo realizaré con la mayor diligencia.
Michael alargó la mano para estrecharla con la de Justice Brewer dejando que Howard se encargara del contrato.
—Antes de irse, ¿cómo de reciente es ese intento de asalto a la casa? ¿Se consiguió finalmente o solo intentaron forzar la puerta?
Dejo un rato por si alguien quisiera preguntar algo más y si no saco al tipo de la casa :)
Howard examinó el contrato con cuidado.
—Todo parece en orden.— informó a Michael —Aunque es una suma inusual por un inventariado. Cuando se refiere a creencias poco 'ortodoxas' ¿de qué estamos hablando exactamente Brewer? Hay quien dice que la mansión está embrujada. ¿En serio nadie de la ciudad quiere hacer este trabajo porque tema que haya fantasmas con cadenas o algo así?
Dejó el papel en la mesa.
—Yo lo aceptaría compañero, sin duda alguna. Aunque su misterioso cliente no quiera darnos su identidad1 no veo nada ilícito en este contrato.
[1] ¿Pero yo sé si es McKenzie o si puede ser otro?
Parecía mentira, una señal del destino o un guiño de Dios. Apenas unos días atrás habían tratado de encontrar cualquier tipo de información oculta en la mansión de los Belasco, por medios mas bien poco ortodoxos, y ahora les iban a pagar por ello. Meredith tuvo que contenerse para no soltar una carcajada.
Por otro lado, les estaban obligando a firmar un contrato, y eso suponía obligaciones con su contratante, lo cual hizo que la enfermera tuviera sus dudas.
– Tengo entendido que la familia Belasco paso a mejor vida de manera bastante trágica, señor Brewer. Supongo que ya se hicieron las investigaciones oportunas en su día, pero… si acaso encontráramos indicios que pudieran aclarar lo que les sucedió en su día, entiendo que estamos obligados a acudir con ellos a la policía, ¿no es cierto?
Hizo su exposición, hablando con el señor Brewer, pero en el momento de hacer la pregunta se giró hacía su marido, que todavía tenía el contrato en sus manos.
Brewer miró a Howard, no enfadado, tampoco resentido... pero estaba claro que había dado en el clavo con una pregunta incómoda para su compañero de profesión.
— La verdad es que otro grupo ya intentó hace unos meses realizar este encargo. Por desgracia tuvieron que salir de la mansión precipitadamente, con uno de sus miembros en coma. Siendo que la compañera del señor Thomas, la aquí presente de Eva Brown es una mujer versada en lo sobrenatural creo que puede ser determinante para mantener la cordura del grupo. —
Se giró entonces a Meredith, cambiando el semblante por una sonrisa y asintiendo con su cabeza.
— En efecto, lo que le ocurrió a la familia Belasco fue una desgracia sin duda. Aunque no creo que haya nada que aclarar al respecto; pues me consta se hicieron las investigaciones oportunas. En cualquier caso nuestro contrato solo detalla lo referente al inventario. Son libres por lo tanto de realizar lo que crean conveniente siempre y cuando no incumplan el mismo. —
Respondió finalmente a la pregunta de Michael.
— Creo que no hace más de un mes. Al parecer los agentes no vieron a nadie, pero la puerta de servicio así como la verja exterior habían sido forzadas. Se rumorea que fue una pareja... pero como le digo nada se sabe. Al parecer han puesto algo de vigilancia, pero tras unas semanas sin nuevos indicios van a retirarla esta misma semana. —
Estrechó la mano de Michael sonriendo y haciendo un ligero saludo con la cabeza.
— Cuando se decidan yo mismo los acompañaré hasta el lugar y les abriré la puerta de la mansión. Les recuerdo que salir de la misma sin un inventario detallado de los artículos que contiene invalidará nuestro acuerdo. Está todo detallado en el contrato por supuesto, pero no me quería ir sin recordarlo. —
Se colocó su sombrero y tendió de nuevo la mano al investigador.
— Muchas gracias por su atención. Les deseo que tengan un muy buen día —
Y tal cual vino... se marchó.
Motivo: Voluntad Howard
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 9(+2)=11 (Exito) [6, 3]
La tirada es para saber si Brewer cedía a tu pregunta y te revelaba algo de información al respecto o no.
Edito para responder a la pregunta de Michael que se me habí pasado.
—Mi vida no hace más que mejorar —dijo mostrando una media sonrisa a la vez que servía un poco más de whisky—. Si todo está en orden me temo que aceptaré sin dudar el contacto siempre y cuando ustedes, que a fin de cuentas son parte implicada, quieran acompañarme. Por supuesto, repartiremos equitativamente el pago.
Levantó el vaso y se mojó los labios con el whisky. Estaba nervioso y trataba de disimularlo tomando algo de alcohol. Pero Howard lo conocía bien y sabía como se sentía Michael. Nadie regalaba el dinero y si ese era el pago, es que en realidad el trabajo lo valía. Si nadie quería realizar el trabajo, por algo sería.
—Ustedes han estado antes en esa mansión o sus alrededores, ¿no es cierto? Creo recordar que me hablaron de ella hace unos días.
—Mucho me temo que somos esa 'misteriosa pareja' que irrumpió en su interior.— dijo Howard sin poder contener ya la risa — Al final aquella pareja de policías cumplió su palabra de no dar parte. Cariño: creo que deberíamos enviarles algún presente de agradecimiento. Diría unas botellas de whisky pero tampoco quiero provocar. Que Bedows piense en algo más inofensivo, ¿quizás unas entradas para algún evento deportivo? Las vueltas que da la vida ¿eh? Y encima el que nos pagará será Mackenzie Williams. ¿Lo recuerdan? El dueño de la mina que tan chulescamente se nos encaró al salir.
Se recostó pensando en lo que Brewer había dicho tan seriamente.
—Bueno, así que Eva se sumará a nuestro grupo de investigadores de lo desconocido. ¿No os sentís como los protagonistas de una de esas novelas de Conan Doyle o Stevenson? ¡Intrépidos aventureros que se adentran a desvelar los misterios de una somnolienta ciudad! Prefiero esa perspectiva a la de que seamos personajes de un relato de Poe, por supuesto.
Dicho lo cual levantó una copa para brindar:
—Por los intrépidos de Bloomfield.
—Por los intrépidos de Bloomfield —dijo también Michael acercando la copa a la de Howard—. Si todo está correcto, mañana le llevaré el contrato firmado al señor Brewer y, si no tenéis otra ocupación, empezaremos lo antes posible. ¿Qué os parece si le digo de entrar el sábado por la mañana? ¿Meredith?
Meredith se llevó la mano derecha a la boca y tapó así una risita que sonó algo ahogada, cuando Howard declaró abiertamente que habían sido ellos dos quienes habían entrado de manera furtiva en la propiedad de los Belasco.
Dejó que Michael la sirviera un vasito de licor de avellana y brindó de buen gusto con Eva y los hombres para celebrar la suerte que parecía sonreír ahora al grupo, deleitándose con el sonido cristalino de los vasos al chocar.
– Si. Creo que el sábado será un buen día. –contesto a Michael–. Tendremos que hablarlo con Bedows, pero no debería de ser ningún problema.
Norman había permanecido en silencio y con rostro severo durante toda la conversación. Las insinuaciones de que podría haber algo sobrenatural en la casa trajo a su memoria antiguos recuerdos. Ya lo sintió también en la mina, y ahora le atormentaban de nuevo. Hacía años que no pensaba en ello, y este caso estaba trayendo de vuelta su terrible experiencia. Casi pudo oír con nitidez el gruñido del bosque. Ese maldito gruñido...
El chocar de los vasos le devolvió a la realidad. Trató de disimular, respiró hondo y tomó de nuevo su vaso para unirse al brindis.
-Cuenta conmigo, Michael. Necesito urgentemente una paga extra.
Fueran o no ciertos esos rumores sobre la casa, estaba tan necesitado de dinero que Norman era capaz de pasar la noche con el mismísimo diablo si hiciera falta.
La velada continuó mientras discutían como y cuando encarar este encargo. Disfrutando de la comida y de la bebida pronto pasó el día y finalmente cada uno volvió a su hogar...
Continuamos en: [4.0] La mansión Belasco