Partida Rol por web

Meredith dedicó una sonrisa maternal a aquellos dos rapaces. Tenía la sensación de que podrían serles de ayuda. Pero además ellos, o al menos así lo veía la enfermera, se encontraban también en un peligro invisible, desconocido, mas no por ello menos presente y terrible, lo cual hizo que las intenciones de la mujer de llegar hasta el fondo de aquel asunto, y tal vez evitar así más muertes de pequeños inocentes, se asentaran. Con los conocimientos que había adquirido, no podía ahora dejarles expuestos a un posible destino tan funesto como el que sufrió su pequeño compañero de juegos.

Echó la mano a su bolso y encontró allí lo que buscaba. Sacó una barra de chocolate, la partió por la mitad y se la dio a los chavales, poniendo luego las manos sobre sus cabezas y revolviendo el pelo rebelde.

Les dio la dirección del hospital y les dijo a que horas podrían encontrarla saliendo de él. Por algún motivo pensó que era mejor eso que indicarles donde vivía.