Partida Rol por web

   - Ciertamente.- Respondió asintiendo con un gruñido.- Cuanto antes comencemos antes podremos dirimir quien es el culpable de todo esto.-

Se despidió de Ray con un formal gesto con la cabeza y sin hacerse de rogar se adentró en las ruinas del local evitando ir tras los pasos del ventrue en parte para expandir la zona de búsqueda y en parte para evitar poner demasiado peso en un solo punto de la debilitada estructura del edificio.

Aguzando sus sentidos procedió a buscar cualquier pista que pudiese serles útil, intentando calibrar que había sucedido en aquel lugar en la medida de lo posible.

El sitio te parece bastante estable, pero algunos tablones amenazan con desplomarse. Nada inusual al margen de un suelo demasiado sólido como para tener un sótano.

Un par de vigas amenazan con desplomarse en uno de los laterales, pero por lo demas, parece estable. Te llama la atención el suelo, extremadamente duro. Un poco más de atención entre las cenizas y trozos de carbón revela que está hecho de hormigón, lo cual inequivocamente significa que hay un bunker o refugio antiaereo bajo lo que fue la tetería, dado que esta estaba hecha de sillería y madera, no un material tan resistente. Los testigos vieron al hombre salir, pero ni la mujer ni el dependiente salieron, así que podrían haberse refugiado allí, dado que los bomberos no encontraron cadáver alguno. Esto último tampoco significa gran cosa, puesto que si el lugar era regentado por un vampiro, podría haberse convertido en cenizas al morir sin dejar rastro alguno.

El caso es que, de haber supervivientes distintos del hombre que abandonó la tetería aquella noche, solo podrían estar refugiados allí dentro.

Morgan no veía nada especial en el suelo: tablones, sólida arquitectura, familias destrozadas. Un poco lo de siempre. Su conocimiento de la arquitectura se limitaba a conocer horribles estilos modernos; sólo que decir en una ciudad llena de Toreadores, y demás malpensados, "el estilo que Hitler tan correctamente deploraba" no ayudaba en absoluto.

-¿Debería acompañarle, Worthington? Usted es el experto.

Por otra parte, era un Ventrue, Su trabajo estaba en organizar a otros con cualidades puntuales oportunas en el pequeño esquema de las cosas, como era el caso. Que creyera que era seguro no implicaba que no fuera a entrar tras el gangrel. Además... era el Alguacil. Hubiera sido rudo. Demás que su trabajo seguía siendo supervisarle, incluso ahora, y no puede hacerse desde la vanguardia.

Después de tantear el suelo para comprobar su teoría Ernest se volvió hacia Morgan y asintió.

   - Si, puede venir.- Le respondió finalmente.- Aquí el suelo es firme. Parece que que debajo de la estructura del edificio hay un bunker de paredes de hormigón. Teniendo en cuenta que no se encontró ningún... "resto" de la mujer y el dependiente del local, es posible que si están de una pieza se encuentren refugiados en su interior.-

Volviéndose de nuevo, intentó dilucidar por donde se podía acceder al bunker, o al menos por que lugar podría encontrar unas escaleras que llevase al mismo.

En la zona que observáis, no hay trampilla alguna, y más alante hay muchos escombros y madera carbonizada. De estar, tendría que estar allí, sepultada.

Escucháis, de forma bastante clara a vuestros oídos, unos gritos provenientes del interior de la pila de escombros delante vuestra.

Observando la pila de restos, Ernest valoró los pros y los contras y en cuando escuchó las voces al otro lado de los escombros se decidió rápidamente a tomar cartas en el asunto.

Quitándose el sombrero y la chaqueta se los extendió junto a su bastón a Morgan sin muchas ceremonias.

   - Aguante esto por favor.- Le dijo con un tono de voz cordial.

Entonces se dirigió hacia la pila de escombros y comenzó a retirar los restos con diligencia.

Morgan emitió un quedo suspiro y se remangó.

-No -dijo tras este- Temo que no.

Empezó a escarbar con él, ahí debajo podía haber alguien vivo. Alguien que tuviera respuestas, principalmente, pero también alguien vivo. Lo sentía por el chaleco de Worthington, esto es lo que se pasaba cuando no se organizaban las cosas bien y no se traía servidumbre: ser vampiro es un estado horrible y acivilizado a vecez.

Entre los dos, conseguís de forma rápida apartar varios pilotes desplomados hasta descubrir una puerta en el suelo de hormigón, metálica con refuerzo, lo suficientemente resistente para aguantar altas temperaturas, que da a un piso inferior. Las voces, femeninas, provienen sin duda alguna de ahí dentro.

Sin demasiado esfuerzo, encontráis la cerradura, hecha añicos, por lo que solamente tendríais que tirar de la puerta en caso de querer abrirla. Por dentro había sido imposible hasta el momento, con un par de cientos de kilos desplomados por una puerta que se abría hacia fuera.

¿Quién aguardaría allí dentro?

Ernest observó la puerta con cierto recelo.

Dada la situación, no sabía en que circunstancias habían acabado las mujeres encerradas en aquel bunker, en que estado anímico se encontrarían en aquel momento, ni como reaccionarían si alguien abría la puerta. No es que temiese que le atacasen, pero si eran tremere, y la mitad de las cosas que había escuchado sobre ellos y sus magias eran verdad, sería mejor pecar de precavido.

Así pues picó a la puerta de una manera que no resultase amenazante, casi como si picase en el portal de una casa.

   - No se preocupen señoras.- Dijo con tono amable.- Somos amigos, ahora mismo les dejamos salir al aire libre.-

Y tras una espera de varios segundos comprobando de que nada explotaba en llamas ni nada parecido, abrió la puerta con dramática contención.

La puerta se abre hacia arriba, y ves algo de luz ahí abajo, de un pobre candil de aceite, que ilumina dos formas en el interior. Una de ellas esta recostada sobre la pared, con el brazo muy ensangrentado, una herida muy fea en él, y la mirada perdida. Cuando vuestros ojos se acostumbran a la penumbra interior la reconocéis como la Tremere de la Coronación de la Reina, que acudió en auxilio del ghoul moribundo.

La otra figura os observa en pie, desafiante. Se trata de otra mujer, tampoco especialmente atractiva, pero vampiro igualmente. Tras pensar un poco, recordáis que era la violinista de la Coronación, con aquella melodía fantástica, aunque todo aquello os resuena en la mente muy lejano ahora, como si hubiera pasado un siglo ante vuestros ojos, aunque realmente solo hayan sido un par de noches.