Partida Rol por web

Los recuerdos de las flores de Cerezo.

II ~ La segunda Semana de Abril.

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14/10/2023, 23:53
Sensei Takagashi

Después de hablar de la abuela de Yua se centraron en ellos mismos. No había mejor manera de conocerse más íntimamente que descubriendo la respuesta de sus cuerpos en el contacto del otro. Luego de unos intentos fallidos, la chica pudo deshacer el agarre de la camisa de Tatsuya y descubrir su torso desnudo. Él hizo otro tanto con ella, con la diferencia de que su vestido era fácil de quitar.

- La próxima vez vestiré una camiseta si hace falta. 

-Enfatizo el que hayas dicho “la próxima vez”-acotó ella con dulzura, es que era un trato implícito de seguirse viendo, cosa que realmente quería.

En un movimiento el chico logró que el vestido se estirara hacia abajo y cediera, revelando una figura de infarto. El ver que la sensei no tenía nada debajo fue como echar gasolina al fuego ya desmedido de su deseo y la entrepierna le creció en respuesta. Entre susurros, como una ofrenda, el recitó su Haiku. Ella, besándolo con dulzura, le respondió con otro.

Amor florece,
un lazo que no se rompe,
almas se entrelazan.

-¿Eso podremos ser nosotros? Yo creo que podemos serlo.

En los ojos de Yua existía un anhelo también, el deseo de algo más. Eso era bueno porque indicaba que no estaba usando al chico como un instrumento de placer, al que luego descartaría. También indicaba que era sincera cuando le había dicho que había visto al hombre en él. Tendría que descubrirlo, con paciencia, tal como su madre le había indicado. Sí, podría ser Yua o quizás la sensei era un escalón más en la subida hacia la persona que lo haría sentir pleno. Lo iría viendo de camino, era aun demasiado joven, un cerezo trémulo intentando buscar la tierra en donde sujetar sus raíces.

Pero lo cierto es que por lo pronto estaba siendo sumamente feliz con la mujer que tenía delante.

Entre besos llegaron al suelo, los tatami eran una superficie cómoda para recostarse sobre él y la intimidad que daba la casa, se parecía a un velo sagrado. Podían ser ellos mismos, sin nadie que los juzgue o presione. En un primer momento fue ella la que quedó apoyada boca arriba, mostrando al chico las perfectas formas de sus senos. Su cabello enmarcaba el rostro ondeando sobre el tatami como una marea oscura alrededor de su piel de durazno. Ella tomó su rostro entre las manos y lo acercó para besarlo una vez más.

-Tu haiku está aprobado, y tú también –bromeó, atrayéndolo con esa dulzura y femineidad tan propias. Lo besó en la barbilla, en la frente y luego buscó el magnetismo de su boca. Los muslos suaves de la muchacha se enredaron en su cintura, aunque él aun conservase el pantalón. Increíblemente eso era seductor, como si alargase el momento, jugase con las sensaciones que esas barreras débiles aun opacaban.

 

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15/10/2023, 22:10
Tatsuya Rukawa

Las manos de Yua luchaban por desabotonar su camisa y revelar el torso del muchacho desnudo. Tras una pequeña puja Yua consiguió desabotonar tres, lo suficiente para sacar la camisa por encima de la cabeza. La chica dijo que era un poco torpe, y Tatsuya, para tratar de no hacerla sentir torpe, le dijo que la próxima vez traería una camiseta. Lo dijo sin pensar en lo que implicaba, que volverían a verse y que volverían a repetir aquello, pero cuando la muchacha le contestó fue plenamente consciente y se sonrojó de pies a cabeza.

Había sido arrogante al pensar que ella lo querría volver a verle, pero al ver como le contestaba con tanta dulzura consiguió rehacerse. Debía tener confianza, debía creer en él mismo, era digno de ser amado, en lo más profundo de su corazón lo sabía. Carraspeó. Sus manos estaban en la cintura de una chica preciosa, no había motivo para tener vergüenza, sonrió y le dijo

- Siempre que quieras, yo voy a querer. Habrá más veces, siempre que tu quieras que las haya.

Y lo reforzó con un beso lleno de dulzura antes de que sus manos subieran hacia los pechos de la profesora, para con cuidado estirar del vestido hacia abajo para revelar una figura que parecía no poder ser real. Estaba desnuda, completamente desnuda, y eso ya fue demasiado para él. Su erección se hizo evidente en el pantalón mientras que sus manos se deleitaban con la suavidad de la piel de su amante. No supo de donde le salió la idea, ni como se atrevió a hacerlo, pero cuando se acercó a ella con la intención de tenderla en el suelo le susurró un haiku improvisado en el oído, un haiku en el que pedía que se le entregara. Ella lo besó, haciendo que se estremeciera y le respondió con otro que le erizó el vello de la nuca

La pregunta de Yua era concisa y en ella había muchos anhelos, los mismos que volcaba Tatsuya en aquella relación. Sonrió

- Podemos serlo. Sé que podemos serlo, no quiero pensar otra cosa.

Sabía que debería tomárselo con calma y con paciencia, ¿Pero como hacerlo?. Una diosa quería estar a su lado, quería llevarle a un cielo lleno de dulzura y deleites. ¿Dónde iba a encontrar algo mejor? ¿Lo había acaso? Imposible, la sensualidad de Yua no se podía igualar, por mucho que la trataran de imitar. Se sonrió y dijo

- Creo que el tuyo era mejor, no debería usar haikus con una profesora de literatura, es como jugar a baseball contra un profesional. 

Pero daba igual, estaba feliz, no le importaba perder. Nadie le había recitado un haiku al oído jamás, nunca nadie tan atractivo. La llevó hacia el suelo con dulzura y Yua lo siguió con docilidad, entregándosele, como lo había pedido, y allí siguieron los besos como una sucesión infinita que los enardecía. El tatami era cómodo, y, por un segundo, tuvo la inquietud de mancharlo, pero esa preocupación fue borrada con un beso que lo enardeció. Yua tenía la capacidad de volverle loco, besaba con una dulzura y una sensualidad a la que no encontraba respuesta. Quedó sobre ella, mostrando sus senos orgullosa. Se quedó hechizado por unos momentos, y ella, sonriente, volvió a cogerle por el rostro para besarlo de nuevo. Le besó la barbilla y la frente, para acabar en su boca. Notó como los muslos de la muchacha lo rodeaban, como si temiera que se escapara, pero no era así, sus formas se cernían sobre su miembro, de forma seductora, haciendo que cada movimiento que hiciera lo sintiera entre la entrepierna. 

- ¿Aprobado? - sonrió - ¿Y quien quiere aprobar solamente? Creo que lo mejor es exponer argumentos razonables para que consideres el subir mi nota. sonrió divertido - No quisiera que me bajara la nota media, así que... ¿Qué podría hacer?

Era una pregunta retórica. Ella quería jugar, podía darle juego, con suerte vencerla en su juego. Acarició sus brazos con ternura hasta llegar a sus manos, que entrelazó con extrema dulzura. La miró a los ojos, sonrió, y llevó sus manos detrás, sometiéndola a él. Comenzó a besarle el cuello, con pasión, mientras notaba como las piernas se apretaban más a él. Gimió, aquello no estaba funcionando, ella lo estaba enardeciendo más que él, tenía que hacerlo mejor, y así lo hizo. Sus senos estaban a su alcance, dulces y jugosos, y tenía el hambre de un náufrago en una isla yerma. Los lamió con fruición, los llenó de besos y los mordisqueó, dejándose guiar por las reacciones de Yua. Las manos de Yua intentaba escapar débilmente de él, se notaba que ella también quería tocarle, pero Tatsuya no la dejó, estaba en medio de un examen, y quería sacar buena nota.

Las piernas de Yua empezaban a temblar. Se la notaba excitada y eso le gustaba. Estaba consiguiendo excitar a su amante, y aun no había acabado con ella. Se acercó a su oído, ella lo intentó besar y el se apartó con una sonrisa. La mujer protestó y Tatsuya se apiadó y se acercó para ser besado. Había fuego en ese beso, su mente se estaba quedando en blanco, tenía que hacer algo, y lo hizo. Soltó su presa y bajó las manos por el costado de Yua mientras se besaban, y entonces deslizó la mano hacia su vientre. Estiró uno de los dedos y notó la humedad de su entrepierna. No tuvo que buscar mucho hasta encontrar lo que buscaba. Con un gemido se rompió la presa de sus piernas. Habría bastado con uno, pero Tatsuya prodigó la caricia mientras Yua trataba de acallar los gemidos que escapaban de su boca. Se acercó al oído y le dijo

- ¿Va subiendo mi nota? ¿Sí? Pues tengo algo con lo que creo que te puedo terminar de convencer. - Introdujo un dedo en su vagina e hizo un movimiento circular, lento y explorativo - Tú me tomaste, y ahora te voy a tomar yo. - Ardía, no podía esperar más y empezó a retirarse el pantalón - No puedo esperar más Yua, te voy a tomar hasta que grites mi nombre.

Su entrepierna ardía. No había estado tan excitado en su vida. Se colocó el condón con rapidez y se tumbó sobre la mujer, mirándola a los ojos. Estaba lista. Él volvió a tomarla por las manos y empujó, despacio, para sumirse en la estrechez y humedad de la intimidad de una Yua que se retorcía del placer. Tatsuya gimió y sonrió, miró hacia abajo y no se creyó lo que veía. Era tan hermosa, tan sexy, y no solo era eso, era buena, era tierna, era inteligente, perfecta, sencillamente perfecta. Empujó despacio de nuevo, sintiéndola, dejándole espacio a ella para que se acostumbrara, y se sorprendió al comprobar como las caderas de Yua le seguían al mismo ritmo.

Era maravillosa. No sabía como podía tener tanta suerte, pero le daba igual, pensaba disfrutarla, disfrutarla de arriba a abajo, las veces que hicieran falta para dejarla satisfecha.

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17/10/2023, 08:44
Sensei Takagashi

La idea de ser algo más rondaba la mente de ambos pese a saber que la situación era complicada, pero al menos allí había un interés mutuo. Con Megumi, nunca le había quedado claro qué pretendía ella realmente, Yua en cambio lo estaba haciendo ver. Claro que no era un momento para pensar, sus hormonas eran más fuertes que los percherones que tiraban una carreta. Igualmente logró meter una broma mientras se enredaban más y más sobre el tatami.

- Creo que el tuyo era mejor, no debería usar haikus con una profesora de literatura, es como jugar a baseball contra un profesional. 

La risa de la sensei brotó natural, estaba un poquito en lo cierto. 

-Bueno, pero como buena educadora, es mi intención que el alumno supere al maestro. -Ella deseaba que él no dejara de escribir, pues veía mucho talento en donde Tatsuya no se sentía más que muy poco curtido. Y entre besos y caricias, él quedó entre sus piernas contemplando la majestuosidad de su cuerpo desnudo. No era cuestión de aprobar, había que subir la apuesta. Este nuevo Tatsuya iba a poder con ello, poseía una mayor confianza, otra perspectiva sobre sí mismo. Además sabía que la mujer preciosa que yacía bajo él había elegido estar consigo. ¿Cómo no sentir un poco de orgullo, aunque sea el mínimo, cuando la joven deseada por la mayoría de su clase, lo había escogido a él? 

Su fuego lo condujo hacia el juego, y una vez que dejó las dudas fuera, todo fue más simple. Sujetando las manos de la muchacha comenzó a besar su cuello. Un leve aroma a flores, muy tenue, llegó hasta su nariz. Los gemidos dulces que huyeron de esos labios de fresa lo enardecieron más así que se sumergió en la marea de sus pechos. La reacción de ella fue intensa: sus quejidos escapaban uno tras otro mientras la boca del joven degustaba la dureza de sus pezones que sobresalían erguidos en la punta sus suaves colinas de seda. Escucharla expresar el placer que él le entregaba era un afrodisíaco en sí mismo. El adolescente se perdió en el hombre que reclamaba más, que quería cada parte de ella. 

Necesitaba seguir así que deslizó una de sus manos por el costado de su amante, acariciando su abdomen descendió hasta la conjunción entre sus piernas. Los gemidos se hicieron frenéticos; así era  como la chica respondía sobre su nota subiendo, las palabras eran algo verdaderamente complicado de coordinar en estos momentos. Pronto sus dedos se llenaron de humedad, y podría hacerla estallar solo con esos movimientos. Aquello lo hacía sentir genuinamente varonil. Si había todavía subsistido alguna duda sobre si podía complacer a Yua, estaba más que contestada.

Pero necesitaba más. 

Mientras era ahora él quien le explicaba lo que iba a pasar, ella respiraba aceleradamente. Su dedo no encontró resistencia al ingresar entre sus tensas paredes, y en sus palabras halló una total entrega. 

No puedo esperar más Yua, te voy a tomar hasta que grites mi nombre.

-Hijo del Dragón... ese es el significado de tu nombre. Ahora sé que adoro la caricia de tus llamas -se refería al significado de Tatsuya, literalmente era "hijo de Dragón", aunque había otras acepciones, esta parecía más que indicada en este momento. Su cuerpo hervía y su sexo quería nadar en las aguas de su femineidad. Así que, necesitado de alivio, se quitó la prenda que estorbaba impidiendo la unión, se colocó la protección con mucha más facilidad que las anteriores veces y se sumergió en ella con devoción. 

En ese momento Yua llevó la cabeza hacia atrás, gimiendo de gozo. Entonces empezaron a danzar el baile de los amantes: ella lo tomó de los hombros y comenzó a acompañar su vaivén con el propio meneo de sus caderas. Siguió mirándolo, conjugando el cariño con la pasión, haciendo de este momento algo casi de otro mundo. 

-Oh... Tatsuya...

Sonrió solo para abrir luego más su boca en una "O" amplia, la que disminuyó para repetir su nombre. 

-Ah ahh Tatsuya!!

Y la diligencia en su forma de amarla, junto con la pasión en cada estocada de su sexo, elevaron la palabra a un grito, Yua gritaba su nombre acercándose más y más al orgasmo. 

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19/10/2023, 06:35
Tatsuya Rukawa

Su risa era como ella, encantadora, con ese toque femenino y sensual que desprendía. Quería hacerla reír más, quería hacerla feliz. No sabía si aquello era amor, el amor del que hablaba su madre, pero a él le parecía lo más bonito que había tenido nunca. Le acarició la nuca y sonrió, no creía que pudiera superarla, pero lo intentaría, si le hacía feliz lo intentaría.

- Estoy segura que tienes herramientas suficientes como para motivarme, creo que sí, indudablemente. Puedes ser bastante - dijo riendo - bastante persuasiva, sí.

¿Quién no se sentiría motivado ante la maravilla de su cuerpo? ¿A quien le bastaba un aprobado? Quería más, un notable, un excelente, una matrícula de honor, y hacer otro examen, uno detrás de otro. Confianza, a Yua le gustaba que fuera atrevido, y aquella mujer, por algún accidente del destino, lo había elegido, a pesar de todos los argumentos racionales que podían pesar en contra de aquella relación. Se sentía confiado, orgulloso, como un hombre, y un hombre solo podía hacer algo con aquella mujer, amarla, amarla hasta la extenuación.

Y a ello se entregó, con la energía de los corazones jóvenes, con la pasión de un fuego abrasador, y, porque no decirlo, con cierta torpeza exploratoria de la falta de experiencia. Era la tercera vez, así que se dejó guiar por los sonidos de su compañera, de los estremecimientos de su cuerpo. Escucharla gemir, reclamar más, fue algo tan hermoso, tan sensual, que lo enardeció más todavía, hasta sentirse casi explotar. Parecía que su nota estaba subiendo, poco a poco, pero nada dijo, solo sonreía y le dejaba ver su sonrisa a Yua, una sonrisa llena de confianza, incluso un ligero descaro. Lo estaba consiguiendo, o era la mejor actriz del mundo o estaba consiguiendo dar la vuelta a la tortilla y hacerle sentir lo mismo que él había sentido, como las caderas de una mujer se apropiaban de su cuerpo y corazón. Y aun faltaba el plato fuerte, aun faltaba lo que llevaba esperando. No pudo esperar más, y así se lo dijo. La iba hacer gritar, gritar su nombre. No sabía de donde salía esa confianza, esa arrogancia, pero se sentía capaz, en aquel momento se sentía capaz de cualquier cosa: Volar, parar balas con la boca, enamorar a una diosa.

Y allí le reveló el secreto significado de su nombre, era un hijo del dragón. No lo conocía, su madre siempre le había dicho que su nombre significaba "el perfecto", pero igual era de esas cosas que decían las madres para dar confianza a sus hijos. Era un hijo del dragón, y su fuego la estaba derritiendo.

- Hijo del dragón... - Susurró entre su pelo antes de sumergirse en ella, sin apenas contener más sus sentimientos, su impaciencia. Empujó despacio, y pronto se maravilló como sus cuerpos se sincronizaban como si lo llevaran haciendo toda la vida, como si fueran piezas de un viejo puzzle que se reúnen de nuevo después de mucho tiempo. Ella lo tomó de los hombros, él de los pechos, y su vaivén de caderas hicieron que su mundo se redujera a aquella habitación.

Empujó con más fuerza y la boca de su profesora formó una O, mezcla de la sorpresa y de la pasión, aquello le había gustado, aquello le había puesto aquella expresión. Más fuerte, podía hacerlo más fuerte, ella lo quería. Gritaba su nombre, solo tenía que aguantar un poco más, solo un poco más.

Cogió las piernas de su amante y se la colocó en los hombros y se acercó más a ella, mientras doblaba su cuerpo ligeramente para poder llegar a lo más profundo de ella. Estaba perdiendo la cabeza, el fuego del dragón también lo estaba devorando a él. Le daba igual, podía morir en aquel fuego sin que le importara. Empujó, con fuerza, con pasión, mirándola a los ojos y perdiéndose en ellos. Más, más, más, no bastaba, solo oía sus gemidos, solo sentía el estar a punto de derramarse. Su cuerpo estaba perlado de sudor, pero no conseguía apagar su fuego. Un fuego que no cesaría hasta un minuto después, cuando no pudo aguantar más y se derramó en ella. Emitió un gemido largo, lastimero, pero sonreía, sonreía mientras la miraba a los ojos. Se acercó a su oído y le dijo

- Ahora eres mía Yua, ahora eres mía.

Cerró los ojos, sintiéndose lánguido y se tumbó a su lado para abrazarla. ¿Aquello era el paraíso?. Se sonrió y le dijo

- Ha sido increíble, tú eres increíble.... - Y no dijo nada más, ahora que había acabado, las dudas le volvían a atenazar. Se sonrió, ensortijó sus dedos en su pelo y le dijo.

- Tengo que contarte muchas cosas. Sé que te gusto, bueno, lo creo, pero necesitas comprender muchas cosas, siento que debo contártelas, que es lo justo. - Suspiró - Es complicado. Lo que quiero decir es que, antes de estar contigo, estuve con Megumi, una vez, solo una.... No es que no me gustaras de antes, pero, bueno, jamás había pensado que esto se pudiera dar.... No ha pasado nada más, te lo prometo. También.... bueno, esto me avergüenza más, pero te he mentido, varias veces. No estoy orgulloso, pero nunca lo hice por mi..... Sabía donde estaba Aiko, y callé por su seguridad, y dejé que todo el mundo se angustiara, y cuando me preguntaste por Ichiro, cuando el falso incendio, sabía donde estaba, y cuando escapé no tenía miedo, salí a pelear con él. Amenazaron a Aiko, y me dijeron que por hacerme daño podían hacer daño a toda la clase, así que la única manera de que nadie resultara herido fue escapar......y cuando me encontraste no podía denunciar a Ichiro, o la podía haber tomado con Aiko, o con cualquiera. 

Suspiró. Sabía lo mal que sonaba eso, pero tenía que decirle la verdad

- Si quiero que nuestra relación sea distinta a la de estudiante y profesora debes saberlo. - Suspiró - Sé que para ti es más difícil, ya no solo por la escuela, por la sociedad, el como tus amigos pueden ver esta relación, o tu familia, así que, si te metes en ella tienes que saber que no te voy a volver a mentir, y que realmente quiero que funcione, y no se puede construir desde la mentira, aunque sea pequeña o pueda estar justificada. - Suspiró - Esto es lo que soy Yua, solo te prometeré una cosa, si te quedas conmigo haré todo lo que esté en mi mano para hacerte feliz.

Y no tenía más que decir. Le había puesto su corazón en la mano, ahora era el momento en que ella se decidiera, con toda la información en su mano. Así de en serio se la tomaba.

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21/10/2023, 09:00
Sensei Takagashi

Perdió el correr del tiempo mientras amaba a Yua con una libertad desbocada, lo hacía como si no hubiera problemas o miedos: con libre albedrío de verdad. Ella le correspondía de la misma manera, le permitía sentirse un hombre completo, olvidando la brecha de los días que faltaban (días nomás) para acceder a la mayoría de edad. Y así consiguió desatar su pasión sobre ella hasta el punto en el que esos bellos labios exhalaron su nombre una y otra vez, elevando el tono hasta gritarlo como una invocación.

Él se ubicó de manera en que sus caderas embistieran toda la belleza de su sexo, y le salió natural. Tal vez era que con Yua no había esa sensación de que podría juzgarlo, ni mucho menos. La sensei era una chica amándolo encima del tatami, ofreciéndole los frutos tanto del placer como de la dulzura. Entonces él pudo derramarse, al menos en su acto pues por fortuna el preservativo evitaba que todo terminara en algo para lo que no estaban preparados. Pero sí, sí lo habían disfrutado enormemente y era suya, esa preciosa joven estaba entregada a él.

Ella asintió.

-Soy tuya, no lo dudo –un beso tierno que ella le da en su frente, para luego descender a sus labios y quedarse un momento allí, presionándolos contra su boca.

Estaban abrazados, unidos en la intimidad acogedora de la casa de la muchacha. Tatsuya quería hablar, tenía cosas que decir.

A pesar de lo bien que se sentía, el muchacho sabía que una relación sana requería de honestidad y por eso le relató las cosas, todo aquello que había ocultado. Como había pasado en otras oportunidades, Yua no lo interrumpió. Esperó a que él pausara su narración para decir lo que pensaba al respecto.

-Estuviste con otra chica, y eso es lógico. Me refiero a que esto –refiriéndose a la relación entre ambos –recién empieza. Lo otro… ¿qué derecho tenía a pedirte explicaciones? No es que no me gusta o no quiera que me digas la verdad, pero debe ser a tu tiempo.

Con sus jóvenes años igual la sensei poseía una visión del mundo mucho menos limitada que otros; no había posesividad en ella aunque sí apego.

-Respecto a lo nuestro, quisiera que esperes a cumplir dieciocho para que podamos hacerlo “público”. Sé que es duro, tanto para ti como para mí. No deseo esto de esperar, tampoco me avergüenzo de nada: te quiero.

Otro beso fundió sus labios contra los del chico, estaba lleno de afecto, de apreciación… de deseo. Este beso reforzaba sus palabras.

-No saldré con nadie mientras esté contigo y te pido lo mismo, no creo que sea necesario decirlo, pero como lo has puesto: tenemos que ser francos y abiertos con el otro. Yo he salido con otra gente, creo que lo supones... mas no ha salido bien.

Su mirada triste confirmaba aquella confesión.

-Yo te prometo no mentirte nunca, ir descubriendo esto junto a ti, tomarte en serio. No puedo prometerte que somos el uno para el otro aunque lo sienta así. Soy ya una mujer, y he visto que las relaciones suelen complicarse; no obstante quiero serlo... ser tu chica.

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22/10/2023, 12:35
Tatsuya Rukawa

Había pasado, había pasado y había sido como en un sueño. Se sentía languidecer mientras se tumbaba a su lado, incapaz de separarse de la tibieza de su piel, como si no hubiera un sitio mejor en el mundo que aquel. Sonrió, cansado, con su fuego agotado, pues Yua había reclamado todas y casi una de sus llamas. Se besaron, derramando dulzura sobre sus cuerpos, y entonces Tatsuya le dijo que era suya, a lo que Yua reaccionó asintiendo. Lo besó, y el se dejó transportar por unos labios que le robaban la razón. 

Se quedó enroscado a su cuerpo, a su pelo, acariciando su cuerpo aun caliente, aspirando su perfumen, sonriendo, con una felicidad que le desbordaba el corazón. Aun así sentía que tenía que hablar, ser honesto con ella, a pesar de que aquello podía romper la relación. Si tenía que pasar algo entre ellos, tenía que ser sobre unas bases sólidas, honestas y sobre todo sinceras. Aquello no era un juego para Tatsuya, sabía lo que estaba en juego, sabía lo que se jugaba ella, y quería que a ella lo viera así, que viera que era sincero en sus intenciones. Y se lo dijo, todo, abriéndole su corazón y confesando su historia con Megumi, los pequeños engaños, y el porqué.

Tatsuya negó con la cabeza y le dijo

- No me las has pedido, te las doy yo porque quiero hacerlo. No quiero que te llegue el rumor en la escuela, y que pienses en algo que no es. Solo lo sabes tú, bueno, Katsumi también, pero ella lo adivinó, no es algo que yo le contara. Sé que es el pasado, y yo no te voy a pedir explicaciones de nada que haya pasado, pero, para mi es importante que pienses que soy honesto y que no juego con tus sentimientos, y solo sé esta manera, dar la cara y decirte toda la verdad.

Sonrió, y acarició su pierna mientras ella le decía que esperara a cumplir 18. Reflexionó, sobre ello, y finalmente negó con la cabeza. No estaba de acuerdo, no podía estarlo, y así se lo dijo

- Creo que deberíamos esperar un poco más. Tal vez a mi graduación, tal vez un par de meses después, para guardar las apariencias. Sé que la enseñanza es tu vida y tu sueño, no quisiera que tuvieras problema por mi causa. Yo no se lo diré a nadie - sonrió - Aunque no sé si se lo creerían de todas maneras. - Acarició su pelo con ternura - Será duro, pero creo que es lo mejor. Si fuera por mi 18 cumpleaños, ya casi estaríamos ahí, pero podemos esperar, ¿Qué son unos meses en comparación con años?.

Las palabras de Yua le tocaron el corazón. No se avergonzaba de estar con él, no le importaba lo que pudieran decir su familia, sus amigas, los vecinos. No tenía nada que ver, ella le quería y él, él la quería también, aquello debía ser amor, estaba seguro, casi. No veía un futuro sin ella, un futuro donde vivirían juntos, en la misma casa, y viajarían, y verían mundo, haciendo todos esos viajes que aparecían en las novelas, dos amantes alrededor del mundo, eso era lo que veía. Fue a decirle que él también le quería, pero lo besó, lo besó de tal manera que le quedó claro, lo deseaba, a pesar de haber quedado saciada volvía a tener hambre, y a juzgar por la reacción de su entrepierna, él también lo estaba. Sonrió, avergonzado por la reacción de su cuerpo, aun así le recorrió la espalda con sus manos y le dijo

- Yo también te quiero, Yua.  -Nada dijo de lo que había sentido con ese beso, de que hubiera pasado si no siguieran hablando. Asintió

- Te lo prometo, serás la única. - sonrió - y no, no creo que haga falta decirlo. Otra cosa hubiera sido si hubieras decidido mantener otro tipo de relación, pero, si estoy contigo, lo estoy. - Torció el gesto cuando le dijo que no había tenido suerte en sus relaciones. No sabía como, ¿Cómo alguien podía tener problemas con ella?, era dulce, preciosa, inteligente, no se lo imaginaba, pero aquello la ponía triste. Acarició su larga melena y besó su cuello tres veces antes de apartarse.

- No te voy a tratar mal Yua, no te voy a hacer daño. No sé que pasó en el pasado, si quieres que lo sepa te escucharé, y si no quieres lo respetaré, pero no voy a repetir esos errores, no haré lo mismo que hizo esa gente. - Sonrió - Ahora estamos juntos, y vamos a estar bien, vamos a hacer que funcione, y si no puede funcionar, lo hablaremos. No quiero que sufras por mi culpa.

Sonrió

- Yo tampoco te mentiré. - sonrió - Aunque es mejor que algunas cosas de clase no me las preguntes a mi para no ponerme en un problema. Ya lo sabes, hay códigos, confianzas, que no se deben traicionar. No te mentiré más, y si hay algo de lo que no puedo hablar te lo diré, y asumiré el castigo, pero no te mentiré. - Sonrió - Yo solo te puedo prometer que haré lo que pueda por hacerte feliz, y si no lo consigo me apartaré para que lo seas. No he tenido ninguna relación como esta, así que no te puedo decir que lo sepa, pero quiero ser tu hombre, ser digno de ti, todos los días, siempre. 

Sonrió y preguntó

- ¿Estamos solos por mucho tiempo? No querría que nos sorprendieran, pero.... ejem..... No deberías besarme así si no quieres que mi cuerpo reaccione. - Sonrió - Yua, soy muy feliz de estar aquí, de poder estar relajados, aunque sea solo para estudiar escritura. 

Sonrió mientras su cabeza trazaba planes de futuro. No podría ir a la universidad, no si quería ir a vivir con ella. Tendría que cocinar, pero era algo que le gustaba, y donde creía que tenía cosas que aportar al mundo. A ella le disgustaría, pero ir a la universidad requeriría de más años sin poder concretar su relación. Sin casarse. Sin tener hijos.

Estaba en una nube, en la nube de Yua, y no podía estar más feliz.

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24/10/2023, 08:55
Sensei Takagashi

Los ojos de ensueño de Yua lo miraban con devoción mientras él le explicaba el por qué decidía confesarle su breve relación con Megumi y el hecho de que poca gente lo sabía. La joven asintió, entendía el poder de la honestidad en una pareja, cosa que ellos eran aunque recién hubieran empezado. 

-Aprecio que me cuentes esto, quisiera darte otro tanto de mi parte -le miró con seriedad -tuve una relación sola. Sé que suena raro, no soy una chica extrovertida y él fue mi primer amor. -Es ojos brillantes antes se volvieron ahora un poco opacos -no funcionó. Era un hombre que había planeado mi vida sin pedirme mi opinión. No... no fue fácil dejarlo y saltar al vacío, porque lo quería mucho. Pero mi vida es la literatura, la libertad de elegir. Por eso siempre te diré que no renuncies a tus sueños y que busques tu verdadero potencial. -Era entendible entonces por qué ella le hablaba de estudiar, de crecer, de encontrarse. Desde su sitio había aprendido por las malas lo que era que quisieran cortar tus alas antes de iniciar el vuelo. 

El tema del cumpleaños y de aguardar hasta hacerlo oficial, fue simple de comprender. 

-No voy a negar que quisiera poder presentarte a mi hermana antes de eso, por otro lado comprendo que es mejor esperar. También nos dará una madurez a lo que estamos viviendo. Es que, como te he explicado, pese a lo que aparento realmente no he tenido tanto de relaciones. Por eso me parece bien lo que planteas, aún cuando no será fácil. -Lo besó en los labios: un breve beso lleno de tibieza, de cariño y aceptación. Sí, no iba a ser fácil, pero las cosas que valían la pena no solían serlo. Los besos que siguieron despertaron nuevamente el deseo, pudieron pasar de él porque era importante la comunicación verbal (ya les había quedado claro que la corporal era más que excelente).  

Él le aseguró no solo que ella sería la única sino que no la lastimaría. Yua sonrió ampliamente.

-Lo sé, cariño -era la primera vez que lo llamaba así. -Yo tampoco lo haré. Y si... en estos largos meses que compartiremos en secreto hasta tu graduación algo te hace cambiar de parecer, te pido lo mismo que te ofrezco: decirte siempre la verdad. No podemos saber si alguien más aparecerá, pero nos debemos el ser honestos con nosotros mismos y con el otro si eso sucede. Yo solo sé que para mí tú eres la persona con la que me veo compartiendo un futuro. Eres un chico especial, estupendo... un alma afín. -Su firme alocución no dejaba dudas de que era sincera, no había motivos ocultos: lo quería, se había enamorado y punto. 

Ante la mención de que no le preguntara cosas que pondrían a sus compañeros en evidencia, ella río de golpe. 

-Jajjaja, no te pondría en esa disyuntiva. Además tengo mi espía personal -se lo comentó primero en un susurro para pronto reír de nuevo -Sana me cuenta si se copian, etc. Todos los chicos lo saben, pero el pobre intenta ser mi ayudante. Ahora, sabiendo lo que sé, me alejaré un poco de él... no solo porque no me gusta lastimarlo sino porque ya estoy tomada -enfatizó, guiñando un ojo a Tatsuya. 

Sobre si iban a estar solos mucho tiempo, la muchacha asintió. 

-Mi hermana viene a la noche y me llamará primero. ¿Qué te parece si nos duchamos y compartimos luego un momento en la tina? -Era la forma de bañarse en Japón: primero se duchaba uno en un sector para tal fin y luego se relajaba en una tina con agua caliente. 

 

 

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24/10/2023, 11:51
Tatsuya Rukawa

Le explicó su corta vida amorosa con la intención de que no hubiera sombras de dudas entre ellos. No se lo debía, pero aun así lo hizo. La relación con Megumi podría haber florecido como aquella, pero la chica había marcado sus distancias, había jugado con él a ser la diva, y, sin pretenderlo, había acabado entre los brazos de una mujer mucho mejor, con una mujer de hecho. No esperaba que su sinceridad fuera pagada con sinceridad, así que sorprendió cuando lo hizo. 

- ¿Una? ¿Solo una? ¿Tú? - Y aunque lo miraba con seriedad en su cabeza no parecía posible. Era sexy, inteligente y divertida, podría ser que fuera voluntario, que estuviera centrada en sus estudios, pero una eran pocas para lo que él pensaba. Tatsuya sonrió y dijo - Pues yo si creo que eres extrovertida, no sé porque dices eso. - Sus ojos se opacaron al recordar a su antiguo amor. Tatsuya frunció los labios, pero pronto volvió a sonreír. Le revolvió el pelo y le dijo - ¿Quieres que le dé una paliza? No me costaría mucho, ¿eh?. Soy especialista en dar costillazos en los puños a cualquier maleante. - La besó con dulzura, apenas un roce antes de volver a mirarla - Yo no he planeado nada, pero si lo hago te pediré la opinión, o mejor dicho, planificaremos juntos. - La acarició, recordarlo le hacía daño, y no quería verla triste.

- Nunca es fácil. Cada vez que he cambiado de escuela ha sido así, pero al final te acostumbras, tu corazón sana y vuelves a empezar. - Sonrió - En cuanto a lo de los sueños, bueno, es posible que alguno tenga que cambiar, si estás en mi futuro tendré que sacrificar algún sueño propio para construir sueños conjuntos. - Sonrió - Ahora mismo no he decidido que hacer con mi vida, ya era difícil antes de que dijeras que tenía talento para escribir, ahora tengo una cosa más entre las que elegir.

Comentaron sobre la posibilidad de hacerlo oficial y rio negando con la cabeza

- En conocer a tu hermana no es ningún problema para mi. Me refería más a hacerlo público en algún sitio que te pudiera complicar en la escuela. - sonrió - Pero iremos todo lo despacio que necesites, no tengo prisa. Cuando llegue el momento se sabrá. - Se fundió ante su beso. No iba a ser fácil, iba a doler, pero podría soportarlo, al menos eso creía.

Tatsuya negó con la cabeza aunque ser llamado como cariño hizo que se derritiera. ¿Estaban corriendo mucho? Podía ser, pero se sentía tan bien que no podía dejar de disfrutarlo. 

- Nada podría hacerme cambiar de parecer. Si alguien aparece en tu vida lo aceptaré, pero mis ojos solo van a estar puestos en ti. - Se sonrojó, aquello se suponía que no se debía decir en esos momentos, pero aun así lo dijo, bajando la mirada - Quiero envejecer contigo, que leamos libros en una mecedora en una tarde de verano, y que veamos el mundo, el mundo entero. - Sonrió - Tú, eres demasiado, pero haré lo que pueda para merecerte, todos los días, hasta que alguien celoso me haga vudú y me elimine, como en ese manga de Death Note. Hasta ese día te voy a querer, porque eres increíble.

Sonrió con ternura, y tocando el tema de la sinceridad le pidió que no le preguntara según que cosas. Tatsuya alzó las cejas y le dijo

- ¿Sana? ¿Un espía? Y parecía tan formal - dijo riendo pero pronto su tono se hizo más serio, y algo de tristeza inundó su voz, a pesar del guiño - Una parte de mi se siente mal por él, pero, bueno, cuando Katsumi vuelca sus encantos con él, se le olvida que te quiere, aun así, es un buen chico. No se merece sufrir.... Aunque, si no te tuviera yo, sería yo quien sufriera. - sonrió brevemente - Cuando lo hagamos oficial será el primero en saberlo, y le pediré perdón, pero no puedo evitar quererte, no puedo evitar desearte, porque me has embrujado el corazón.

Y entonces le preguntó cuanto tiempo estarían solos, si su hermana vendría pronto o no. Al saber que llegaría tarde sonrió

- No sé si podré quedarme hasta tan tarde, pero si quieres presentarme a tu hermana pediré permiso. - Ante la posibilidad de ducharse con ella Tatsuya no respondió. Se soltó, se puso de pie con una sonrisa y le tendió una mano

- Me parece bien, la mejor literatura se enseña en la bañera. - La dejó que pasara delante para que lo guiara al cuarto de baño y no pudo evitar quedarse prendado de su forma de andar, de como su cuerpo parecía flotar sobre el tatami con una elegancia y sensualidad imposible de igualar. Llegaron al cuarto de baño y dejó que la muchacha pasara primero. El agua salió fría, pero no le importó, le bastaba con pegarse a ella para no notar el frío. Su piel ardía, ardía como un volcán, aunque sabía que nada debía hacer en aquellas circunstancias si no quería correr el riesgo de un embarazo o una enfermedad. Parecía difícil que la sensei estuviera enferma, menos habiendo tenido una sola relación, pero un embarazo no era imposible, y eso precipitaría las cosas, unas cosas que para el bien de los dos debía llevar sus tiempos. Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra la pared, tratando de mitigar la excitación que sentía, concentrándose en el agua cayendo en su cuerpo. Sonrió

- Es culpa tuya por ser tan atractiva. No has hecho nada y mira como me has puesto - y es que la erección era difícil de esconder - mejor acabamos de ducharnos y nos metemos en la bañera, a ver si consigo relajarme.

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26/10/2023, 10:03
Sensei Takagashi

Yua negó con la cabeza cuando él le preguntó si deseaba que le diera unos costillazos a su ex, sin embargo se sentía halagada al respecto. 

-No era un mal hombre. Entiendo que en nuestra sociedad existe aún una idea muy reforzada sobre las mujeres siendo amas de casa y cuidando a los niños mientras el varón es el proveedor del dinero. Yo no quiero eso, necesito seguir mi vocación, sé que sería igual una buena madre. -Tatsuya recordó que en Japón también era normal que el marido le entregase toda la paga a su esposa para que ella la administrara. Había mujeres que estaban muy bien con esa forma de matrimonio; otras, como la sensei, tenían una visión más occidental de la vida en pareja.

Ella entendió lo de no haberse decidido aún -eres muy joven, debes probar. Yo también lo soy, lo sé... pero mi amor por la literatura y la enseñanza siempre ha estado allí. Y sí, deberemos sacrificar cosas pero nunca más de la mitad. Será cuestión de hallar la manera. -Como de costumbre, la muchacha poseía una madurez especial, incluso en su tierna primavera, a veces tenía una sabiduría de alguien mucho mayor.

La joven lo condujo al baño luego de hablar sobre cosas como la posibilidad de conocer a su hermana, lo que Tatsuya quería evitar tenía que ver con hacer su relación pública en lugares como la escuela. La chica accedió, era entendible... no debían ir tan rápido. 

-Pasa, es un baño amplio. Podemos ducharnos juntos primero. 

La joven entonces se refirió a su declaración de amor, a aquella tan bonita que le había dicho hacía nada.

-Yo también siento igual, no me habría arriesgado a tener este contacto entre los dos si no fuese tan intenso lo que siento. Sin embargo recién estamos empezando y prefiero saber que podremos decirle al otro... si las cosas no salen como esperamos, todo civilizadamente. 

De nuevo lo asaltaron las palabras de su madre instándolo a no apresurarse. Yua era sabia, ella conocía un poco más del amor y evidentemente deseaba que, incluso si se acababa, pudieran al menos seguirse hablando. No era algo lindo de pensar, no obstante ahora era mejor decirlo que cuando los sentimientos los hicieran no ver con claridad. 

La sensei se ubicó en la porción correspondiente a la ducha, y con un gesto de su mano lo invitó a pegarse a ella. El agua fría viajó por sus cuerpos volviéndolos aterciopelados. Yua sonreía, estaba radiante. La temperatura pronto se adecuó, no solo por el calefactor que calentaba el agua sí por el ardor de sus anatomías.

-Soy muy feliz, gracias. Oh sí, no me olvidé de tu inquietud sobre Sana-colocó un dedo bajo la barbilla, en gesto pensativo y dijo:

-Estoy convencida de que él está encandilado conmigo más que enamorado. Creo que es debido a que, exceptuando por Emi o Hina, en general es muy solitario -Tatsuya recordó la confesión en el bus, de verdad que ese chico no parecía tener muchos amigos por lo que tal vez, al prestarle la maestra mucha atención, más siendo una chica joven y hermosa era muy posible que confundiera sentimientos. -Como Katsumi, creo que tras su fachada de come hombres es un ángel incomprendido. -Sí, definitivamente Yua era muy observadora, otra señal de que le importaban sus alumnos. 

La atención de la joven fue hacia el cuerpo de su acompañante, él intentaba controlar su deseo. Era obvio que ella estaba bien con la idea de repetir, pero esperar hacía las cosas más interesantes. Llenó una esponja de jabón y empezó a lavar la espalda del chico. 

-Entonces te presentaré a mi hermana otro día, respira hondo... ¿ves, a qué se siente bien? 

Su cercanía era intoxicante, Tatsuya tuvo que hacer acopio de toda su voluntad para no írsele encima, sobre todo porque ella no parecía encontrar inconveniente en eso. 

-Luego métete en la tina; te diría de lavarme tú a mí, pero creo que sería peligroso. Por cierto, tomo pastillas para eso, bueno hoy empecé -se refería a métodos anticonceptivos, no obstante ella no forzaría nada. Era una tranquilidad extra el saber que no tenía que probar nada, no debía ser nadie más que él mismo. 

 

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27/10/2023, 08:03
Tatsuya Rukawa

Yua no apreció la broma que había hecho de pegar costillazos a su ex, pero se sintió halagada al pensar que sería capaz de hacerlo por ella. El tipo no parecía un mal hombre, pero tenía una forma de pensar arcaica, en que las mujeres tienen un único papel en la vida y es estar supeditado a un hombre. Tatsuya asintió, comprensivo y dijo

- Creo que lo entiendo. Ganes mucho o poco ejerciendo de profesora quieres seguir haciéndolo, y te haría tremendamente infeliz reducirte solo al papel de ama de casa. - Sonrió - No te tienes que preocupar de eso conmigo, yo cocinaré, limpiaré de nuestra casa, y si tenemos hijos - dijo divertido - los cuidaré, solo necesitaré un poco de ayuda con lo de la gestación, pero bueno.... - rio, tratando de quitarle hierro al asunto y finalmente se encogió de hombros - Al final son formas de ver la vida distintas, y creo que a él le irá mejor con una mujer más, bueno, chapada a la antigua, y a ti con una persona que sea más liberal. - Sonrió con dulzura - No serías feliz si no pudieras enseñar, y creo que, en una pareja, el mayor de los objetivos es ser felices. Hay que hacer sacrificios, seguro, pero si no hay felicidad el resto carece de sentido.

Hablaron de sus sueños, de lo que harían después, y ella le dijo que debía probar. No sabía si esas cosas se debían probar, o si tendría tiempo. No podía ser cocinero hoy, escritor mañana e ir a la universidad al otro, debía centrarse, elegir una y poner el corazón. Disfrutaba con muchas de esas cosas, pero de poder escoger solo una, no sabía cual de ellas debería hacerse. Se sonrió

- Me gusta cocinar, creo que es lo que me hace más feliz, pero sé que podría ir a la universidad, y estudiar algo que ayude a la gente, no sé, tal vez trabajador social, puede que profesor - dijo con una sonrisa - o filología, si finalmente apuesto por la escritura. Esa es la parte complicada, parece que solo ser un cocinero parece poco en la sociedad de hoy en día, en que si no eres ingeniero o médico parece que no tienes éxito en la vida. - Sonrió divertido - Para mi padre lo que debería hacer es ser profesional del baseball como él, dice que tengo talento, aunque no juego desde los 12 años. Según él, no había visto un jugador mejor a tan tierna edad en su vida, pero es mi padre, y al baseball le guardo un poco de rencor.... - Suspiró - Hallaremos la manera, y cuando lleguemos a ese río ya veremos como lo cruzamos.

Hablaron sobre hacer su relación pública y dijeron que podían esperar, aunque a Tatsuya le parecía bien conocer a la hermana de Yua. Podía ser un poco injusto, pero Tatsuya no iba a tener problemas por conocer a la familia de Yua, y ella, en cambio, podía tenerlos de hacerse pública su relación. Así que convinieron que mejor no hacerlo público en la escuela, e ir despacio, sin prisas, hasta que la graduación llegara, idealmente unos meses después, para que no hubiera susceptibilidades y Yua no perdiera el trabajo. Después, Yua le inventó a pasar al cuarto de baño, donde le ofrecieron una ducha conjunta, y no solo por ahorrar agua. 

E igual no era el sitio más romántico del mundo, pero después de haberla tomado, teniéndola entre sus brazos en el cuarto de baño, compartiendo algo tan íntimo que se lo dijo, todo lo que sentía. Quería envejecer con ella, recorrer el mundo, y quería merecerla, todos los días, aunque pudiera ser difícil. Tatsuya sonrió al saber que ella se sentía igual y se permitió una pequeña broma

- Si hubiera sabido del efecto que causa la escritura en las chicas habría empezado a escribir antes, sí - guiñó un ojo y la abrazó con fuerza - Podemos hablar de todo, y si las cosas no salen como esperamos, hablaremos. Tu felicidad me es muy importante, pero, no hablemos de fracasos cuando estamos empezando, mi madre decía siempre que había que esperar lo mejor. Si llegamos a ese rio, lo cruzaremos, intentando que el dolor sea el menor posible. No pensemos más en eso.

Y dejó de pensar en cuanto su amada le hizo una señal para pegarse a ella mientras se duchaban. Su piel era tan suave, su pelo tan largo, su aroma tan sensual, que ni siquiera el frío del agua consiguió despegarla de ella. Ardía, ardía por ella, un fuego que se renovaba al verla tan feliz, al ver como estar con él la hacía feliz. El trasero de la mujer rozó su miembro y lo volvió a enardecer.  Intentó que no se le notara, apartándose un poco de ella, y hablaron sobre Sana, que hacía las funciones de espía para ella. A Tatsuya le dolía no poder decirle la verdad, pero no era algo que hubiera elegido él, no había elegido gustarle a Yua, ni podía resistirse a ella. Cuando le dijo que solo estaba encandilado Tatsuya negó con la cabeza y le besó en la sien

- Cariño - dijo llamándola así por primera vez - creo que no eres consciente del efecto que causas en los hombres. Creo que si le pregunto a toda la clase, todos querrían estar contigo. Eres dulce, hermosa, inteligente y... - sonrió extendiendo las manos, como si todo quedar explicado. - Creo que si te quiere, pero uno no da rienda suelta a sus sentimientos cuando sabe que son imposibles. Es cierto que es bastante solitario, pero creo que su sentimiento es genuino, que haría cualquier cosa por ti. - sonrió - Estoy seguro que no le dice al profesor Kimura quien copia creo que es bastante legal. En cuanto a Katsumi -suspiró - creo que te quedas muy corta. Nos hemos hecho amigos, y si bien es cierto que utiliza el sexo para poder controlar a los hombres no lo utiliza con nadie que no merezca ser dañado. Me ha contado su historia, y es muy personal, y explica el porque hace lo que hace. Solo te diré que junto a Hina son mis mejores amigas, y que me ha ayudado mucho a proteger a Aiko de su padre. Sin ella no podría haberlo hecho, es algo más que un ángel, de verdad.

Ella vio como su cuerpo reaccionaba a su contacto, pero disfrutaba haciendo crecer su llama, así que utilizó la esponja para frotarle. Refrenó un suspiro mientras ella le frotaba la espalda con la esponja, no evitando el contacto de sus senos contra su piel. Tatsuya respiró hondo y contuvo la respiración hasta que exhaló con fuerza, notando como Yua sonreía a su espalda. 

-Se siente bien. - dijo sin poder decir mucho bien.

Lo invitó a entrar en la bañera, y lo retó de alguna manera a lavarla a ella, mientras anunciaba que estaba tomando pastillas. No sabía mucho de pastillas, y si eran efectivas o no, pero ella parecía tenerlo claro. Gruñó y extendió la mano

- Dame esa esponja y ponte de espaldas, te voy a lavar. Si me he enfrentado a la yakuza creo que me podré enfrentar con tu espalda.

Yua rio, divertida mientras le tendía la esponja y Tatsuya la llenaba con jabón. Le apartó el pelo con cuidado, pasándoselo hacia delante y empezó a frontar con calma. Parecía que le gustaba, así que descendió hacia sus nalgas y se arrodilló para limpiarle las piernas. Volvió a subir y le pidió que se inclinara un poco. Llevó la esponja a la parte delantera y empezó a frotarle los pechos con un ritmo lento y paciente hasta que dejó caer la esponja al suelo. En cuanto Yua se agachó a cogerla, le puso las manos en las caderas y empujó su miembro a su interior, sin que ofreciera ningún tipo de resistencia.

El sentimiento era mucho más cálido que sin la protección, mucho más íntimo, mucho mejor. Empujó tres veces más, arrancándole un gemido y entonces le dejó que se levantara, elevó una de sus piernas y le dijo

- ¿ves. a qué se siente bien? - Sonrió - Esto es lo que te pasa por andar provocándome. 

Y comenzó a mover sus caderas frenético, sin intención de tomar prisioneros. Lo había enardecido, y ahora, debería pagar por sus actos. La amaría con el fuego de 100 dragones, la abrasaría con el ardor de su corazón.

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27/10/2023, 23:33
Sensei Takagashi

La visión de Tatsuya era mucho más madura que la de su ex, por eso Yua sentía esa afinidad romántica con el chico: ella sabía que él iba a ser (lo estaba siendo aunque no se diera por enterado) un gran hombre. Ella había vislumbrado aquello, tal vez desde el principio había visto algo en el muchacho que él todavía no reconocía.

-Lo haremos los dos, paso a paso. No te preocupes, hay mucho por delante y quiero que disfrutemos cada momento. Pero me alivia, no temo reconocerlo, el que entiendas que siempre seguiré queriendo enseñar.

Cuando hablaron de lo que les gustaba, la sensei se dio cuenta de que ya había nombrado su gusto por cocinar antes.

-Entonces estudia cocina. Mira, tú escribes muy bien, y me gustaría que lo siguieras haciendo… pero es como dijimos: nuestros sueños tienen que respetarse. Si cocinar te hace sentir muy feliz deberías hacerlo. Como dices, hallaremos la manera, cariño -nuevamente repetía aquella palabra, y cada vez se sentía más natural -lo haremos porque tenemos la comunicación como aliada.

Siguieron hablando, encontrando con los minutos más puntos en común. Recién empezaban un camino que no estaría libre de desafíos, pero en el otro encontraban el cobijo necesario para ponerle ganas a la relación. Se pusieron de acuerdo en no ir tan adelante, ir viviendo el día a día y viendo cómo lidiaban con las situaciones a medida que iban haciendo aparición.

Pegados se ducharon sin por ello dejar de conversar un poco más a pesar de la enorme atracción entre ambos. Realmente Yua no entendía el efecto que causaba en la mayoría de su alumnado, pero se dispuso a aceptar que lo hacía. Era evidente que el chico no tenía ningún motivo para exagerar siquiera. 

-Mmm... entonces veré cómo manejo la situación, sí... algo se me ocurrirá sin que tenga que implicar nada drástico. Tal vez usar ropas más amplias u oscuras sirva un poco. -En verdad la mujer no se vestía nada provocativamente, pese a ello su figura natural era muy hermosa. Por más que tuviera atuendos simples y prácticos, las formas se dibujaban por debajo. Tatsuya podría creer que lo de amplias prendas no serviría de mucho, aunque no perdía nada con intentarlo. Se notaba que era importante para ella no transmitir un mensaje erróneo. Por sobre todo no deseaba herir a Sana. Respecto a Katsumi, la muchacha iba asintiendo con cada cosa que Tatsuya le relataba, -ella escribe bien, es muy reflexiva... no me extraña. En cuanto a Hina, siempre está feliz, es como una píldora de luz. En las materias aprueba con lo justo, pero estoy convencida de que cuando encuentre su vocación, será única. -Los conocía y quería, seguramente podría decir algo especial de cada uno de sus estudiantes. Es que la sensei Takagashi era también luz a pesar de que no lo reconociera.

Ya dentro de la tina la conversación se hizo a un lado para darle rienda al lenguaje del cuerpo. Aunque primero inició como la limpieza de su delicada anatomía por parte del muchacho, no tardó nada en convertirse en un intercambio sensual en el el sexo de Tatsuya se sumergió en los interiores cálidos de su amada. Sus caderas se movieron frenéticamente, encontraron el ritmo abrasador que le arrancaba las más sublimes sensaciones de placer. Yua se asió a sus hombros y ahogó los dulces gemidos entre el hueco que formaba este con su cuello. Él se derramó sin recelos pues la chica inteligente que tenía delante, la sabía joven, le había asegurado que estaba bien. Ella jadeó con fuerza en ese magnífico momento en que los dos cuerpos se estremecieron casi a la vez.

-Te amo, cariño... que sea lo que sea, estoy feliz de enfrentarlo contigo. 

Él también le había dicho así hacía unos instantes. Tal vez luego escogieran otra palabra, más personal, pero por ahora era mucho mejor que simplemente llamarse por sus nombres. Y así, mientras la tarde transcurría en paz, hicieron el amor otra vez más luego de esta. Porque habían descubierto que cuando se unían lo hacían en cuerpo y espíritu. 

Y porque se sentía condenadamente bien. 

 

Notas de juego

De aquí podemos relatar la vuelta a lo de tu padre a menos que desees conocer a la hermana de la sensei y su pequeño. 

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29/10/2023, 07:44
Tatsuya Rukawa

Por la expresión de Yua parecía haber dado la respuesta correcta. Para él era obvia, Yua era una docente, disfrutaba de ello, y era buena, tal vez la mejor que había tenido. Se preocupaba por los alumnos, se esforzaba en hacer sus clases divertidas, era del tipo de profesoras que creaban vocaciones, que tocaban las vidas de los alumnos, y no creía justo solo por ser pareja de alguien cientos de alumnos perdieran la oportunidad de ser enseñados por ella. Tatsuya sonrió

- Quien no puede ver que naciste para enseñar es que no tiene ojos. Eres la mejor profesora que he tenido, y no me atrevería a quitar a los estudiantes del futuro la oportunidad de que les enseñes. - Sonrió - Pero si eso cambia, y tu sueño resulta ser otro también te apoyaré. No sé mucho de esto, solo he tenido una novia antes, hace unos años, pero sí que entiendo que para que 1 + 1 es siempre más que 2, y lo que se consigue juntos es mucho más que lo que se consigue por separado. 

Y es que Tatsuya no pretendía cambiar a nadie, y menos imponerse. Vivían en el siglo XXI, y aunque Japón siguiera siendo Japón, creía que el modo de vida occidental era mucho mejor para algunas cosas. Tras haber dejado claro que Tatsuya no le impediría seguir con su sueño hablaron de los suyos, donde Tatsuya no lo tenía tan claro. Yua le animó a dedicarse a la cocina si eso es lo que quería, el problema era que Tatsuya veía más allá, y por eso no lo tenía claro.

- Mi problema es que - dudó - ¿Cómo explicarlo? Creo que puedo decir que podría hacer varias cosas bien. Siempre me ha gustado ayudar a los demás, pero podría hacerlo de muchas maneras. Por ejemplo, podría ser cocinero y dar de comer a los más necesitados, o podría ser trabajador social y aprender cocina solo para que la disfrutaran mis amigos, o podría escribir libros que hicieran felices al mundo, o jugar a baseball y hacer feliz a la gente - Sonrió - Solo quiero hacer felices a la gente que tengo alrededor, y no sé cual es la mejor manera... si solo mirara por mi, sería un poco egoísta. Tengo tiempo hasta la graduación, de todos modos, tengo claro que tengo que sacar buenas notas, para tener más opciones y poder elegir. Sea como sea nos apañaremos. Estoy seguro

Y siguieron hablando de las necesidades de mantener aquella relación en secreto, al menos en el colegio. Vivir al día y resolver los problemas como fueran apareciendo. Se ducharon juntos y el tema de la atracción de Yua con el alumnado surgió, especialmente con Sana. Ella no parecía ser consciente de como influía su sensualidad en los alumnos, por lo que, cuando Tatsuya se lo dijo la hizo reflexionar. Tatsuya sonrió y dijo

- No creo que sirva de nada, te tendrías que tapar el pelo, los ojos, los labios, te lo tendrías que tapar todo - dijo riendo - Creo que podría ayudar si en algún momento alguien te pregunta y dices que tienes novio. Tal vez así Sana se desilusione y pueda rehacer su vida, no lo sé. - Suspiró- Yo también tengo ese problema, Aiko se me declaró, y no quiero hacerle daño. Tendré que aprender a separarme, por su bien, y es lo que tu puedes hacer, separarte un poco de Sana y poner tu atención en otros estudiantes, por ejemplo en Emi. - Entonces le guiñó un ojo y le dijo - El ser tan hermosa te ayuda a captar la atención de los alumnos chicos. No cambiaría la forma en que das tus clases, creo honestamente que funciona, y sé que no lo haces con intención de provocar ni de enamorar a nadie. - Sonrió - Creo que una de tus sonrisas captan la atención mucho más que los gritos del sensei Kinura. No cambies nada, por favor, si te vistes menos provocativa tendrías que ir de monja. Tú no trasmites el mensaje incorrecto, solo, bueno - se sonrojó - supongo que es difícil no poner los ojos en ti.

Hablaron sobre sus compañeras, y Tatsuya destacó a sus mejores amigas, Katsumi e Hina. Tatsuya sonrió, estando de acuerdo con todo lo que decía su amada. Solo apostilló

- Y Katsumi está cambiando. Antes estaba sola, solo se rodeaba de hombres, ahora deja que otras chicas se acerquen a ella, y está haciendo amigos. Sus heridas son muy profundas, pero tengo esperanza de que sanen, si alguien lo merece es ella. - sonrió - En cuanto a Hina, es el sol, y estoy seguro que conseguirá lo que quiera. Es una persona muy especial y soy feliz al tenerla de amiga.

Y ya en la ducha se dedicaron a limpiarse, y Yua le retó a limpiarla, y lo hizo, aunque su cuerpo optó por responder a su desafío tomándola sin encontrar resistencia, abrasándola con sus llamas de dragón. Se derramó en su interior, haciendo que su unión fuera mucho más íntima, uniendo sus cuerpos para siempre.

- Te amo, hoy y siempre. No podría ser más feliz que enfrentando a tu lado lo que el destino nos envíe.

Y tras amarse por segunda vez se metieron en la bañera para hablar de cosas sencillas. Tatsuya le habló de sus cambios de colegio, de su padre, de las cosas de clase y de como había conseguido con mucha suerte arrancar a Megumi de las garras del padre de Aiko. Le preguntó sobre su ex, pero Yua cambió de tema, tal vez era demasiado pronto para hablar de ello, y él no le insistió. 

Se vistieron y llegaron al comedor para dar su clase de escritura. Al principio le costaba concentrarse, con ella allí le costaba más, así que le pidió que lo dejara solo y entonces pudo escribir.

Yo creía saber lo que era ser feliz

No tenía dudas sobre mi vida

Sin vacilación, sin mirada perdida

Creía ser maestro, pero era un aprendiz

 

Porque un día te conocí

Lo que creía dulce era amargo

me despertaba de un largo letargo

al conocerte por fin comprendí

 

Que hay besos que queman el alma

que hay caricias que alegran y no dañan

que hay palabras que nunca te engañan

que hay ardores que llevan la calma 

La releyó un par de veces y finalmente no se le ocurrió otra cosa mejor, así que escribió al pie.

Profeosra Takagashi estos son los criterios de evaluación:

  • Menor de 5. Una patada en el culo
  • 5/10: Una palabra amable
  • 6/10: Una sonrisa amable
  • 7/10: Una palmada en la espalda
  • 8/10: Una caricia
  • 9/10: Un beso en la mejilla
  • 10/10: Un beso

Se sonrió y entonces siguió escribiendo notas imposibles

  • 15/10: Un beso, con lengua
  • 20/10: Muchos besos, sin sexo
  • 50/10: Un stripteasse
  • 100/10: Hacerme el amor hasta que caiga inconsciente
  • 10000/10: Ser mi esclava sexual por toda la eternidad
  • 10000000/10: Casarte conmigo.

La llamó y Yua leyó la poesía, o mejor dicho la devoraba. Entonces vio los criterios de evaluación y explotó en una carcajada. Se mordió el labio, anunciando que tenía que pensárselo. Se levantó a escribir un boligrafo rojo y cuando se sentó a ver que nota le ponía. Sonrió y escribió un 1 y un 0, Tatsuya sonrió y cerró los ojos para recibir su premio. No vio como Yua trazaba otro cero, solo notó que sus labios ardían y como su amada lo tumbaba en el suelo con impaciencia. 

No escribiré sobre que pasó en ese comedor, no podría, tantos besos y caricias no cabrían en un post. Solo diré que, si bien Tatsuya no se quedó inconsciente, no le faltó demasiado. Yua se derramó sobre él, demostrando que ella también tenía un fuego abrasador detrás de su dulzura. Una pasión tal que podría derretir un corazón, por muchas capas de hielo lo recubrieran.

Se despidieron felices, prometiéndose que la próxima semana conocerían a su hermana, dándole tiempo a prepararse y que las hermanas hablaran. Tatsuya volvió a casa, ya era tarde, y su padre lo estaba esperando. Algo debió ver su padre en los ojos porque se le escapó una sonrisa. 

- ¿Qué tal ha ido el partido papá? ¿Habéis ganado?

Su padre se encogió de hombros y dijo

- Por una vez sí. Te he traído un regalo - Tatsuya esperaba una gorra, como las que le solía traer siempre, pero en esta ocasión era una pelota de baseball con una cordura deshecha. Su padre sonrió

- La otra no la encontré, pero esta la pude recuperar de las gradas. Me pediste un par de homerums, he hecho tres.... esto es mi regalo.

Tatsuya lo abrazó y juntos celebraron. Pidieron pizza a domicilio y rieron juntos, tomándose el pelo entre ambos, más amigos que padre e hijo.

No se podía ser más feliz, era imposible.

 

Notas de juego