Partida Rol por web

El inicio del combate lo habían marcado ellos y, como hasta ahora, habían resultado tremendamente eficaces. En un solo movimiento combinado, habían eliminado a casi todas las amenazas del hangar. Pero no todo eran buenas noticias. "Maldita sea... No sabía que era tan potente este proyectil." Pensó Belak preocupado por los daños inesperados que la explosión había causado en la estructura del muelle  mientras cambiaba arma.

Por otra parte, el mercenario notó como su escudo desviaba algunos proyectiles y otros se estrellaban contra su armadura. Belak hizo una ligera mueca de dolor al notar los impactos, pero no dejó de caminar hacia la cobertura de los contenedores. En el recorrido, alzó su arma para abrir fuego contra los mechas restantes. -¡Maat, Aornis! Corred hacia la nave. Yo os cubro.- Dijo a la vez que se pegaba a la pared del contenedor y apuntaba con su arma. Cambia la modalidad de la munición a 'choque' y se prepara para abrir fuego. 

Al parecer había llegado el momento de correr. La situación arriba no era buena y en la parte del hangar el suelo se estaba cayendo a pedazos. No faltaba mucho tiempo para que aquello se derrumbase.

- ¡Mierda, saltemos a bajo!- gritó a sus dos compañeros mientras corría hacia una ventana que diera a los contenedores del hangar.

Kirzo soltaba gritos ridículos cada vez que se oía alguna explosión o algún alarido de dolor extremo. Al darse cuenta de que el lugar se estaba cayendo a pedazos, casi se volvió loco de nervios. Oyó a Belak y Maat gritando y dando la orden de correr hacia la nave, y entonces fue cuando dejó la cobertura y observó el campo de batalla por primera vez. Muchos muertos, sangre, disparos. Tenía que salir de allí.

Asintió cinco veces cuando Kyros les recomendó saltar, y le siguió casi al instante. Una vez abajo, miró a su alrededor de nuevo y se quedó quieto unos instantes, horrorizado al ver la mancha de sangre que había quedado de los krogan. Negando con la cabeza, se obligó a si mismo a moverse y echó a correr hacia la nave.

- No me disparéis, no me disparéis, no me disparéis...- repetía, cubriéndose la cabeza con las manos.

Kobar se estaba preparando para soltar otra ráfaga cuando sintió como el suelo se estremecia bajo sus pies, no le hizo falta ver como sus compañeros saltaban para entender que era hora de salir de allí. Sin dudarlo saltó hacia abajo y tan pronto pudo empezó a correr con rumbo a la nave-corred insensatos-dijo mientras empezaba a correr

Todo se convierte en un jaleo magnífico, en un maremágnum terrible... y de pronto, como una catástrofe bíblica, el suelo comienza a resquebrajarse. Escorpión ríe, feliz, ante el caos creado. Belak nos grita, a Maat y a mí "Yo os cubro", y la maliciosa Escorpión decide tomarse esa frase en el sentido más retorcido. 

- ¡No tienes arma suficiente para eso, cariño! - se burla, divertida y maliciosa, y me da tiempo a lanzar una Alteración hacia nuestros enemigos en lo que se ríe. Cojo la mano de Maat y tiro de ella hacia la nave, para asegurarme de que no se queda masacrando gente-. ¡Vamos, reina! ¡La fiesta se ha terminado!

Estaba concentrada en matar Vorchas con determinacion. No con ansia o rencor como con los Batarianos si no con la frialdad y la normalidad de alguien que hace algo rutinario. De pronto noto como Aornis me agarra de la mano. Y me apremia a que nos vayamos. Soy un monstruo y mis compañeros han sido los mas cercanos que han estado a verme de verdad como soy si exceptuamos a mis victimas y aun asi , Aornis me agarra de la mano para que nos vayamos. Hacia mucho tiempo que no tenia un contacto con alguien que pareciera preocupada por ella. La ultima fue Nadia y cuando vio mis demonios me apunto con una pistola en la cabeza. Aornis los ha visto y quiere que me salve. 

-Vamos. respongo casi sin voz y durante un segundo me siento...viva.

A cada segundo el hangar se iba rasgando cada vez mas, las paredes se rajaban y doblaban, el hueco del cada vez era mas grande y las vigas del lugar empezaban a estar a la vista. Detras de todo esto estabais vosotros corriendo como posesos para alcanzar la nave.

Los dos vorchas restantes antes de si quiera que les alcanzaran vuestros disparos intentaron salir de alli como alma que lleva el diablo, con la mala suerte (para ellos) de que el suelo se abrio a sus pies y nunca mas se supo de los vorchas. Por otro lado  los mechas seguian disparando, poco les importaba lo del suelo, pero sin acertar tiro alguno, dado el suelo no se estaba quieto; tambien podeis ver como a uno de los mechas le cae encima una de las vigas haciendolo chatarra, pero tampoco teneis tiempo como para ver lo que pasa a vuestro alrededor.

Solo os quedaban unos pocos pasos para llegar a la nave y poder salir de alli relativamente a salvo.

Kirzo corrió como si le fuera la vida en ello... porque de hecho así era. Después de haber saltado del balcón, se dirigió a la nave dándose tanta prisa cuanto pudo.

Kyros se puso a la carrera en dirección a la nave, todo alrededor se estaba yendo a la mierda y no les quedaba mucho tiempo para salir de allí. Intentó correr todo lo que pudo sin perder de vista a sus compañeros por si tenía que ayudar a alguno de ellos aunque parecía que todos estaban lo suficientemente entrenados como para salir de allí por si solos.

Belak abrió fuego hacia uno de los drenes, pero el propio muelle parecía dispuesto a hacer el trabajo sucio. Tras ver como una viga aplastaba a uno de los robots, un crujido que no auguraba nada bueno hizo temblar el hangar. -Esto no me gusta nada.- Dijo a nadie en concreto.

Al ver que los vorcha que quedaban se preocuparon más por salir de ahí, el mercenario salió corriendo hacia la nave. -¡Sigil! ¡Abre las compuertas! ¡Ya!- Gritó en medio de la carrera ante el peligro que corrían si seguían ahí fuera.

El suelo comienza a romperse a nuestra carrera. Aprieto el paso en direccion a la nace. Y escucho a Belak gritar a Sigil para que abra las puertas. Sigo corriendo y me percato que sigo agarrada a la mano de Aornis. Por alguna razon no la he soltado y tampoco quiero hacerlo. No quiero que se quede atras. La miro mientras corremos.

-Corre corre corre.

Con Maat cogida de la mano, corro como una loca... casi es divertido, como si estuviéramos en el colegio, huyendo en el patio de recreo.

Evidentemente el hangar donde ellos habían aterrizado nunca había conocido lo que era el mantenimiento pues de otra forma era imposible de creer que un sólo misil (por muy poderoso que pudiera haber sido) hubiera logrado dañar la estructura al punto que el lugar prácticamente se les estaba viniendo encima-bueno al menos nunca podrán decir de nosotros que no sabemos hacer una salida con estilo-dijo intentando sonar despreocupado mientras intentaba no chocar con nada, un segundo de retraso sería su fin.

Para vuestra suerte ninguno del equipo tiene problemas y tropieza con nada de la chatarra habia por todo el hangar.

No habia tiempo para destrozar a los mechas, aunque tampoco es que fueran a durar mucho mas, tampoco os dieron ningun problema, entre vuestra carrera y el desnivel del suelo los disparos se perdian a la distancia.

Lo mas destacado de la escapada fue la velocidad de Kobar y Belak, que llegaron a la nave adelantado a todo el que se pusiera por delante, pero tambien vigilando si algun compañero caia al suelo o estaba en peligro, que por suerte no fue asi. 

Ya todos en la nave salisteis de alli como alma que lleva el diablo, escuchando a la distancia como el hangar se destuia al completo y la explosiones a cuenta del hangar destrozado.

Por fin estabais todos en la nave y a salvo, ahora solo faltaba contactar con el corredor para ver donde entregabais aquel artefacto que habiais recuperado.