Partida Rol por web

Les respondo que me apunto a su viaje, si ahi sitio para uno mas. Devoro la cena e intento buscarme un buen sitio donde dormir cuando sea la hora.

- Sí, claro. Pero voy a tenerte vigilado. Seguro que lo comprendes – dijo el hombre viejo tomando una llave del bolsillo de su pantalón y abriendo la reja. Sin embargo, en ese momento un coro de aullidos y gritos estallo en el aire, junto con un fragor de disparos que provenían de las cabañas.

- ¡Malditos saqueadores, estoy harto de ellos! – grito el viejo corriendo hacia el lugar.

No tienes más remedio que seguirlo y al acercarse puedes ver a toda una banda de ladrones y asesinos luchando contra la gente del viejo. Muchos cuerpos yacen ensangrentados en el suelo, atravesados por balas, flechas o lanzas y ahora la gente combate cuerpo a cuerpo contra los merodeadores. El viejo va al encuentro de 4 salvajes armados con machetes y hachas. Puedes ver una hoja de acero tirada en el suelo frente a ti.

- Deja todas tus cosas y luego márchate – te ordena la joven aun apuntando con el rifle a tu cabeza. Pero entonces, un coro de gritos y aullidos la hace girar el rostro para ver a otros 6 de los salvajes merodeadores que acaban de aparecer a unos 12 metros, seguramente atraídos por los disparos

-  ¡Corre!  - grita entonces la muchacha, que huye a toda prisa sin mirar atrás, tratando de alejarse de las ruinas de la ciudad, tomando rumbo hacia las afueras de esta.

Intento agarrar uno de los machetes que tengo y trato de situarme cerca de uno de mis compañeros para poder hacer frente a los merodeadores.

Tomo el rifle de la chica y disparo al primero que se acerca en la cabeza

No era de mi agrado dicha situación, pero este es el momento de desatar las molestias que me han venido azotando últimamente. Al ver el Arma la tome y me abalancé en dirección al viejo para ayudarlo a deshacernos de esos cuatro bandidos.

Sentía que no tenía más remedio que hacer lo que no me gustaba hacer, si los dejaba vivos serian una amenaza después así que me decidí a que todos los que se metieran en mi camino yacerían sin vida en el suelo.

-Espera viejo que voy tras de ti- grite, para que supiera que estaba tras de él y que no me atacare pensando que fuere un enemigo que le toma por sorpresa.

Obedezco a la mujer sin dudarlo, pues todo lo importante lo tengo guardado en el almacén donde pasé la noche. Así, me vacío los bolsillos, mostrando las cuatro pelusas que llevo dentro y dejo el revólver en el suelo. Sólo tiene una bala... pero su capacidad intimidatoria era lo que le hacía útil... Al terminar, la miro fijamente mientras vuelvo a poner las manos en alto. - Esto es todo.

Por último, me alejo un par de pasos del revólver, para que ella se acerque a por él sin miedo. Yo me mantengo sereno, aunque hay algo que me desata los nervios por dentro: llevo el machete encima, escondido en la parte de atrás del pantalón. Espero que no insista....

Justo en ese momento, un montón de aullidos y gritos de ira irrumpen en escena. Son los compañeros de los hombres que hemos matado. Mierda... En cuestión de segundos la mujer sale corriendo y yo, sin perder los nervios - al fin y al cabo me han dejado de apuntar con un arma. - recojo el revólver y me dirijo lo más rápido posible a mi escondrijo. ¡Rápido, rápido, rápido!