Partida Rol por web

Pokemon Un mundo de Ilusión

Capitulo 1: El inicio de un nuevo viaje

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24/09/2021, 19:48
Director

Aquella ciudad de antaño donde un día nació y se crió aquel entrenador de ahora fama mundial. Un niño que no tenía nada en especial más allá de un Poliwhirl, una mochila cargada de cosas y una inmensa aventura por delante. Pueblo Paleta es la ciudad donde se crió, y actualmente la Ciudad donde todos los entrenadores de nueva generación viajan para seguir sus pasos bajo una herencia dejada por el paso del tiempo.

El peregrinaje, o la aventura de los entrenadores pokemon, donde cada cual puede alcanzar el culmen de su meta soñada. Ser grandes entrenadores, grandes coordinadores, cuidadores sin parangón, criadores dulces y amables, lideres de gimnasio, protectores de la ley y el orden e incluso de la vida y el bienestar de los pokemon. Y por supuesto, campeones y afamados de las ligas regionales de todas las partes del mundo. Sin olvidarnos de lo más básico y esencial, maestros de los pokemon.

Aquel día lucía hermoso y brillante, sin una nube en el cielo y con un montón de bandada de Spearows, Pidgey, Taillow, Pidove, Fletchling y hasta Wingulls y Ducklett volando por toda la zona iniciando el día en aquella hermosa ciudad.

Los trenes hacían su entrada después de una noche larga conduciendo a través de todas las distintas regiones trayendo a los más lejanos y nuevos entrenadores a Ciudad Paleta. Lo mismo hacían los aviones, que teniendo cuidado con los pokemon voladores, aterrizaban en las afueras de la ciudad.

Autobuses, coches, barcos y otros pokemon mayores también traian a algunos de estos niños, algunos por agua, otros por aire y otros por tierra a grandes velocidades o a través de agujeros en la tierra. Muchos de esos chavales que comenzaban su aventura venían con sus familiares, padres y madres preocupados porque sus hijos comenzaran bien su viaje, y hasta simplemente aquellos que querían despedirse antes de empezar a verlos como autenticos entrenadores...

Pero de la misma forma que mucha de las personas que iban acercandose a las puertas de la verja del laboratorio del profesor Oak venían de fuera, otras tantas venían de la propia Ciudad Paleta o los alrededores más cercanos, sean estos Ciudad Verde o simplemente las afueras de la misma Ciudad... Y es aquí donde comienza la aventura de nuestra heroina: Ginger.


El sol empezaba a levantarse por el horizonte y cual travieso niño a colarse por la ventana de tu habitación y empezar a molestar. Con el tiempo alcanzó levemente uno de tus ojos, mientras que empezó a gobernar tu nariz suavemente generando ese tipico picorcillo que se genera cuando miras directamente a los ojos y finalmente atacó más intensamente a tu otro ojo como queriendo despertarte.

Por si no fuera poco, y con esas sensaciones no te lograban hacer despertar en absoluto, menos mal que estuviste preparada para este día y el despertador que preparaste la noche anterior sonó a todo volumen inundando tus oidos.

El mundo te esperaba, y si bien no es que vivieras cerca del laboratorio del profesor Oak, si lo veías desde tu ventana podías observar como ya empezaba a haber una cola desmesurada. Niños y niñas de las edades que permitían para iniciar una aventura, estaban allí formando una cola para prepararse para un viaje nuevo y sin igual... Solo faltabas tu.

Por suerte, y tras prepararte y bajar las escaleras, estaba allí presente tu madre, quien con una sonrisa te miró de forma cariñosa y amable.

Con Chuchu sobre la mesa, Yellow tomó un bocadillo envuelto en aluminio para que no ensuciara y se acercó a ti para luego abrazarte - Ay, mi niña que ya se ha hecho tan mayor. Hoy empieza tu viaje pokemon ¿Verdad? Toma anda, no llegues tarde. Me he despertado un poco antes para poder preparártelo - No obstante no se quedó ahí la cosa, pues el Pikachu de tu madre se acercó con una fiambrera en la boca - Chuchu también ayudó un poco. Queremos que empieces bien el día y eso significa que no puedes llegar tarde. Mucho animo hija mía, y se fuerte en esta aventura. Tu padre querría que también lo fueras - aquellas últimas palabras las dijo tomándote de una mano, antes de darte un suave y cariñoso beso en la frente.

Fuera de tu casa, estaban los pokemon de tu madre, como ya sabías, y también el resto de los cuales cuidabais y ayudabais a crecer fuertes, pero ahora tu mirada debía ponerse en dirección a otros tipos de pokemon, y el primero se encontraría en el Laboratorio de Oak.

Una vez llegaras allí, verías un sin fin de personas, totalmente distintas unas de otras, algunas quizás más similares. Algunos grupitos ya formados otros que parecían más autistas, incluso había quien estaba con auriculares puestos.




Por supuesto eran muchos, muchisimos, y apenas conocías a nadie... Quizás Jade, el hijo de Green que se encontraba entre los de en medio como quien no quiere la cosa, pero el resto podían ser practicamente desconocidos para ti.*

Justo entonces salieron entonces el Profesor Oak, junto a su hijo Green y un par de ayudantes más del laboratorio para anunciar algo ¿Quizás el inicio de la aventura? - Buenos dias a todos los nuevos principiantes que hoy vais a empezar vuestra aventura como entrenadores pokemon, quisiera que todos entrarais a coger vuestro primer pokemon, pero no puede ser asi, tendremos que ir uno a uno, asi que por favor quedaros ordenadamente como habéis ido llegando y se llamará por el nombre a cada cual para entrar al laboratorio, mis aprendices os ayudaran a resolver las dudas que tengáis mientras esperáis. ¿Así sin más, quien es el primero que ha llegado? - Green dijo un nombre y el primero de muchos empezó a entrar al laboratorio. Por la cola iba a ser larga la espera, pero por suerte no estabas sola esperando y podrías hablar con la gente del lugar.

Notas de juego

*El del último sin todo los pokes detrás XD

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26/09/2021, 07:55
Ginger

Todavía dormía cuando los traviesos rayos comenzaron a colarse en su habitación repleta de posters sobre pokémon y objetos con forma de estas mismas peculiares criaturas, y es que claro, cómo no estar así cuando la noche anterior se había quedado despierta bastante rato pese a la insistencia de su madre en que debía descansar. Con solo un breve descuido Ginger habría podido quedarse relegada de ese día tan importante para la vida de cualquiera que deseara hacerse de un nombre en aquel mundo tan especial, pero ese no iba a ser el caso…

¡¡¡¡DUUUUUOOOOOO!!!!

La prueba fue que, pese a que el sol no estaba logrando demasiado por sí mismo, repentinamente sonó aquella alerta viniendo desde un despertador con forma de Doduo, el pokémon “ave gemela”, que con su volumen hizo estremecer a la de cabello naranja al tiempo que sus ojos se abrían como platos. — ¡Es hoy! — esta misma gritó.

Tras ver por su ventana la larga fila de otros que estaban en su mismo caso, todavía un poco despeinada, la chica se apresuró a lavarse la cara y medio arreglarse al tiempo que se desperezaba como podía, pues por el número de personas ya reunidas en la lejanía sabía que precisamente temprano no era. Una vez estuvo lista tomó una poké ball que había sobre la misma mesa donde estaba el despertador que solo entonces apagó y ya luego salió de la que obviamente era su muy poco ordenada habitación. — ¡Es hoy Do-chan, hoy! — le dijo a la ball mientras bajaba a prisa por las escaleras que llevaban a la primera planta, siendo que a medio camino de su meta pegó un ágil brinco que la llevó hasta el final. Una vez allí, no obstante, Ginger miró con algo de nostalgia el hogar en el que había permanecido durante toda su vida, pues si todo salía bien ese día, tardaría un tiempo indeterminado en volver allí, y eso la hacía sentir nostálgica desde incluso antes de partir.

Aun así la de ojos como castañas avanzó más pronto que tarde impulsada por el objetivo que había tenido claro durante años, pues este no lo iba a alcanzar quedándose en un solo lugar, ¿verdad?

Sus pasos la llevaron más pronto que tarde hacia aquella mujer tan importante en su día a día, un gran ejemplo para ella, pues la había educado sola y sin quejarse: su madre, misma que por si lo anterior fuera poco, contaba con una deslumbrante historia detrás…

¡Hola, ma, Chuchu! — saludó tanto a la rubia como a su compañera, misma que era parte integral de la odisea de su madre. A pesar, pues, de que la roedora se encontraba en su etapa “adolescente”, para la de cabello naranja la pikachu era una criatura que la cuidaba y que de cierta forma representaba una parte del amor de su madre, pues la conocía desde siempre. — G-gracias, ma, no te hubieras molestado… — le dijo a la mayor luego de tomar el bocadillo y atesorarlo, obviamente con su brazo libre la estrechó efusivamente y hasta dejó salir un par de pequeñas lagrimitas, pues en ese momento había muchos sentimientos involucrados: emoción, nostalgia, felicidad, ilusión, prisa, orgullo, expectativa…

Ruborizada la chica contempló el rostro de su progenitora, pero cuando notó que la roedora se acercaba, no tardó en pasar el bocadillo a su otra mano para así poder acariciar la pequeña cabeza amarilla de la pikachu. — Gracias a ti también, Chuchu — expresó con una gran sonrisa que sin embargo desapareció al escuchar a su madre. — Soy fuerte, ma, todo debido a ti que siempre has estado para enseñarme… — y es que ella nunca había conocido a su padre, al menos hasta donde recordaba, lo que hacía que no tuviera ninguna opinión sobre él… o al menos eso sería lo normal, pues sabiendo que se trataba del desaparecido entrenador legendario de Ciudad Paleta, Ginger realmente tenía muchas dudas e incomodidades, pero no iba a torturar a su madre con ellas. — ¡Verás que te enorgulleceré! — prometió al momento del beso en su frente que luego correspondió con uno sobre la mejilla ajena. Solo entonces salió, aunque no sin despedirse muchas veces de las dos que formaban el pilar emocional de su vida.

Así mismo ya en el exterior también le dijo hasta luego a las otras criaturas que la habían acompañado a lo largo de su crecimiento, siendo amigos y guardianes para ella, en especial Dodosuke que hacía más o menos un par de meses, un día la sorprendió entregándole un huevo del que salió Do-chan, la Doduo que llevaba dentro de su única poké ball, esta última regalada por su madre.

Desde su casa, la que parecía tener energía infinita corrió a toda la velocidad que pudo hacia el laboratorio, cuidando solo lo suficiente sus movimientos para no arruinar la mochila y los alimentos que llevaba. En este punto cabe decir que le era un alivio llevar shorts de lycra bajo la falda, pues esta de por sí no era muy larga y con tantas prisas volaba con facilidad.

Ginger siempre fue una niña medio “salvaje”, más adepta a “jugar pesado” y a explorar que a las sutilezas, y si bien estas tampoco le eran desconocidas precisamente, la de cabello teñido de naranja siempre terminaba por amoldarlas a su modo, pues quisiera o no la sed de aventuras corría por sus venas. Debido a ello la chica tenía un par de banditas adhesivas en una de sus rodillas, así como una que otra cicatriz prueba de sus andadas, pero nadie podría negar el brillo que emanaba de ella solo con existir; cualquiera que la viese en su carrera de esa mañana, sería capaz de decir que había tenido que apartarse del camino para dejar pasar a un destello naranja que igual corría sobre la acerca como saltaba pequeñas cercas, se impulsaba en postes para doblar en las esquinas o incluso zigzagueaba ayudándose de las paredes para evitar tirar los botes de basura y no molestar a los trubbish. En más de una ocasión algunos pidove levantaron el vuelo asustados por su repentino paso o el ruido que su avance causaba, incluso llamó la atención de un growlithe que por un momento parecía dispuesto a perseguirla, solo que el canino de fuego estaba tras la reja de una casa y por ello solo pudo ladrar y agitarse mientras veía cómo la chica se alejaba. Finalmente la emocionada mujercita llegó a aquel punto lleno de personas, el laboratorio del afamado Profesor Oak.

Si ya desde su ventana parecía que media Ciudad Paleta se reunía allí, una vez estuvo entre el gentío la de cabello naranja sintió que bien podría estar en un festival por la cantidad de gente que había. Cerca estaban varios adultos, quizás padres o familiares de los más jóvenes, que con diferencia eran la mayoría de los allí presentes. Afortunadamente para Ginger su cuerpo menudo y ágil la dejó abrirse paso, pues no todos estaban formados, y mientras buscaba dónde realmente comenzaba la línea fue mirando con todo y una mano en su frente para cubrirse de la claridad.

Wow, sí que hay bastantes personas hoy… no debí de haberme quedado despierta hasta tan tarde anoche — suspiró aunque ni entonces perdió la sonrisa, pues la emoción de todos los presentes podía sentirse en el aire y era contagiosa, en especial para quienes la compartían en algún grado. Ginger fue captando más detalles mientras pasaba el tiempo, como era obvio, pues su observación se iba haciendo mejor. Eventualmente, pues, sus ojos color marrón divisaron a varias personas de interesante porte, pero lejos de resultarle conocidos, aquellos que llamaron su atención parecían más bien interesantes de conocer, fuera por el magnetismo de sus personalidades como en el caso de cierta chica con sonrisa de meowth o una pelirroja que cargaba con un dispositivo extraño, ambas pareciendo idols a su modo, o bien destacando en su aire taciturno o hasta serio, como en el caso del rubio misterioso o la chica cuyo rostro era ensombrecido por una capucha. Más allá de estos había otro buen número de personas destacables, claro, pero el que al final se llevó toda la atención de la novata por ser al que mejor conocía fue nada menos que… — ¡Jade-nii! — el joven Oak, amigo de la infancia de la teñida al cual esta veía como una especie de primo o hermano mayor, por eso lo llamaba así.

En un principio la joven pensó en correr al lado del Oak para hablar con él, quizás compartir emociones o bien aprovechar para reafirmarle su voluntad de ser rivales, pero como el de ojos verdes estaba casi a mitad de la fila, la recién llegada supuso que tendría problemas si se saltaba a todos los que estaban antes que ella, así que luego de saludar a Jade efusivamente desde la distancia se quedó en su sitio, y menos mal que lo hizo pues fue entonces que salieron los adultos ante el asombro de todos los que estaban por comenzar su aventura.

Oak, Green y los asistentes parecían bien coordinados y con la diligencia necesaria para no hacer eterno el proceso de entrega del primer pokemon, sin embargo había tantas personas allí que tampoco podría ser instantáneo por más rápido que fueran. Mientras esperaba en la fila Ginger no expresó duda alguna pues por suerte para ella su madre se había encargado de darle varios consejos desde un tiempo antes, sabiendo de la ilusión que tenía, eso sin contar que la de cabello anaranjado quería descubrir por sí misma lo que faltaba. Enfrentar a lo desconocido también era parte del viaje, al fin y al cabo, por lo menos desde su perspectiva. Tomando en cuenta lo anterior, para no aburrirse aquella que estaba llena de energía buscó plática con quienes estuvieran cerca, o sea el muchacho de cabello celeste y la pequeña de hebras castañas inmediatamente detrás de ella, pues el rubio y la morena de adelante llevaban auriculares.

Parece que esto llevará su tiempo, ¿no?, pero aunque tenga que esperar durante todo el día, no podría estar más emocionada… es como si aquí fuera un mar de sueños o algo así — expresó “poética”, tal vez invasiva o inesperada ante los ya mencionados, pues realmente no se conocían ni nada, pero al menos a Ginger eso no parecía importarle pues una de sus razones para partir en esa aventura era precisamente conocer más allá de lo que podría bajo condiciones “normales”, además, ¡los nuevos vínculos tenían que tener algún inicio!

Ahora bien, si aquellos a los que les estaba hablando corresponderían o no ya era cuestión suya, pero la chica de Ciudad Paleta no parecía dispuesta a solo quedarse allí formada sin hablar…

Mi nombre es Ginger, por cierto, tengo 13 años y nací aquí en Paleta, aunque viví un tiempo en Ciudad Verde, ¿y ustedes? — incluso se presentó.

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28/09/2021, 02:54
Director

Desde luego aquella euforia era contagiosa, y si a través de las pokeballs se pudieran observar bien a los pokemon, sin duda tu Doduo podría mostrar una completa empatía hacia como te sentías... No obstante, era mejor no sacarlo allí, pues aún te quedaba algo muy importante que hacer. Y luego de una hermosa y emotiva escena junto a tu madre y su pequeña Pikachu, tan solo restaba salir por la puerta e ir en busca del laboratorio del profesor Oak.

Las despedidas nunca fueron fáciles, y desde luego todo el mundo sabía que tener que decir adios por un tiempo tan largo era horrible... Sin embargo, en aquellos casos donde los niños se convertían en entrenadores, también habían orgullosos momentos de felicidad, donde las lagrimas de tristeza, al mismo tiempo se tornaban de alegría. Si bien podías llorar por saber que echarías de menos a tu madre y todos los pokemon del lugar, Yellow también lloraba por ver partir a su hija y saber que tardaría en volver a verla... Pero al mismo tiempo expresaba una sonrisa de felicidad tan grande que nadie podría arrebatarsela...

Salvo sus oscuros pensamientos que llegaron cuando ya no podrías oirla - Espero... Que no le pase como a Red... Lo sé Chuchu, Ginger lo traerá de vuelta y nadie me la arrebatará... Pero no puedo evitar sentir miedo. Je... Es cierto. Al menos tiene a Do-chan con ella. Tienes razón - dijo pues acariciando al Pikachu mientras ya solo miraba el horizonte, pues tu ya estabas bastante más lejos de allí.


Al llegar allí todo se volvió un poco hacia el caos, aunque por suerte por muchas y muy distintas personas que vieras, no llegaste la última, es más no tenías posición en la cola pese a que todos lo guardaran pues según el profesor Oak, así como sus ayudantes, iban a ir llamando por orden de la lista que tenían ellos, y si mirabas apenas tardaban unos minutos entre una persona y otra... Igual el proceso podría ser lento si te tocaba estar de los últimos, pero aceleraba a un buen ritmo.

Cuando llamaste la atención de Jade, a quien conocías desde hace bastante tiempo, este se volvió hacia ti para mirarte con su habitual cara estandar antes de verte saludar solo de lejos, algo lo cual le sorprendió pero no dejó de corresponderte. Es más en aquel momento parecía empezar a pensar en algo, aunque no le daría más importancia si no actuaba en ese momento. Por lo menos ahora Jade sabía que estabas allí, con lo cual ambos caminos de los hijos más importantes del mundo pokemon, comenzarían a la vez.

Por otro lado, hablar con muchas de las personas que estaban allí se tornaban imposible, ya no solo por la creencia de molestia a la hora de colarte, sino porque estos también se pusieron a hablar entre si o entre distintas personas, siendo que la pelirroja empezó a hablar con el rubito, o la chica de sonrisa gatuna con tu conocido... Sin embargo otros seguían igual como aquel extraño par de los cascos, aunque no estaban ni juntos parecían ir a juego.

Al contrario que todos ellos había solo unos pocos que estaban más cerca y menos buscando integrarse, entre ellos lograste encontrar a la pequeña de pelo castaño y el chico de pelo azul, aunque no muy lejos de el se encontraba la chica de pelo azul también. Tras decir aquella frase muy a lo casual, el chico te miró por un momento levantando una ceja, pero no dijo nada. De forma contraria, la pequeña si que habló - No creo que dure tanto. Hay mucha gente esperando su primer pokemon, entre ellos nosotros y he visto muchas veces como el profesor hace un gran trabajo. No hará esperar a tantos niños llenos de ilusión - Quizás con un excesivo dulzor, aquella niña podía competir en efusividad contra ti facilmente.

Justo al presentarte, el chaval del pelo azul respiró hondo antes de tomar su pokenav y empezar a escribir en el a alguien, como queriendo quitarse de en medio. Por otro lado, la niña lo miró para luego inflar sus mofletes mientras el chico se apartaba acercandose a su similar en pelo, pero de sexo contrario - Será soso... En fin, no le hagas caso, el se lo pierde - dijo entonces la niña para luego agitar su mano delante de su cara a modo de negativa - Yo me llamo Jean, encantada. Tengo 10 años - aunque por su fisico aparentaba 8 - y soy de Ciudad Verde... ¿Tu viviste allí? No te recuerdo - y si bien podías conocer a mucha gente, a esta pequeña solo podrías haberla conocido de vista, y en una versión mucho más infantil.

-Pero bueno, da igual. Siempre es bueno conocer gente, y más aún hacer amigos. Yo ya estoy esperando a hacer mi primer amigo, que me espera allí - con ambición, señaló al propio laboratorio del profesor Oak. - Oh... Pe-pero también quiero tener amigos humanos claro. Jeje. Mi sueño es hacerme amiga de todos los pokemon ¿Y el tuyo?

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01/10/2021, 19:23
Ginger

Ginger no lloró… o no del todo, pues ciertamente su viaje hacia el laboratorio fue escoltado por pequeñas gotas que se desprendían de sus ojos como gotas de rocío matinal siendo transportadas por el aire, pero la de cabello anaranjado sabía que al final la separación era necesaria, algo que le permitiría crecer y poner orgullosa a su madre, además de que el mismo camino podría darle la oportunidad de encontrar su progenitor largamente perdido, y quién sabe, quizás hasta terminar superándolo, ¡pero eso no lo averiguaría si se quedaba dentro de su zona de confort!

Dicha certeza, pues, le dio el impulso necesario a la que se alejó sin mirar atrás, pero no diciendo un definitivo “adiós” sino un esperanzado “hasta luego”, pues pretendía volver al hogar familiar tarde o temprano, luego de conseguir algo con lo que pudiera sorprender a la que tenía estatus de entrenadora legendaria.

Ese día el viaje de Ginger comenzó.

*****

El orden que descubrió ya estando en espera, si bien podía tomar su tiempo dada la ingente cantidad de personas que allí había, no era ni de lejos tan desafortunado como ser de las últimas en llegar, cuando ya todo estuviera partido y repartido. Todavía podía jugarle una broma el destino, sí, pero cuando vio que los mayores tenían su propia lista, la chica no pudo evitar ilusionarse y pensar que igual y no la llamaban de última, que todavía podía ser positiva. Por lo anterior también fue que comenzó a ponerse más inquieta, a emocionarse y a dejar salir dicha actitud a través de su rostro, que expresaba tanta energía como para tener luz propia.

Por otro lado que estuviera por allí el chico Oak impulsó aún más los ánimos de la técnicamente pelirroja, ya que Jade no parecía figurar entre los ayudantes del profesor, sino que se encontraba mezclado con otros aspirantes a entrenadores, lo que significaba que él también iniciaría su viaje ese día. Fuera de lo expresara su cándido rostro, Ginger se alegró por ello porque así seguramente podría competirle de manera directa, algo de lo que siempre habían hablado y que al menos a ella le interesaba bastante, no por el curioso vínculo sanguíneo que cada uno tenía sino más bien debido a que ambos iban contra el destino a su respectiva manera. Como siempre el dichoso muchacho le pareció pensativo, neutral por no decir serio, como una gema de su mismo nombre que destaca por su sobriedad.

Además del ya dicho poco a poco fueron resaltando otros, claro, pues Ginger no estaba ciega y ver llamada su atención por los más destacables entre el mar de personas era inevitable. Ya fuera por aspecto, actitud o incluso teórica fuerza de su personalidad, los ojotes de la lugareña parecían no encontrar un destino donde quedarse fijos. La aspirante también comenzó a sentirse un poco marginada cuando varios hacían sus grupitos, o incluso parejitas, como la pelirroja y el rubio o incluso Jade que al parecer conocía a la de ojos azules, ¿cómo era que ella no?

Lejos de celar al que llamaba “hermano”, Ginger sonrió traviesa y cual Growlithe siguiendo una pista intentó grabarse bien la interacción entre los dos ya mencionados así como el aspecto de la chica, pues sin duda le preguntaría a Jade después.

Más allá de eso la de ojos como un par de castañas se centró en quienes tenía más cerca, pues si bien no podría hablar con todo el mundo, tampoco se iba a encerrar en sí misma o a esperar que alguien volteara a verla; debido a lo anterior, la chica no pudo evitar fruncir el ceño de cara al que básicamente pasó de ella. Esa actitud le molestaba, huelga decir, pues al otro no le hubiera costado nada al menos devolverle el saludo. Por suerte con la que parecía más joven que ambos tuvo un mejor inicio…

Creo que tienes razón… la verdad es que a mí me ganan los nervios, por eso me pongo así — replicó Ginger con un gesto travieso que no tardó reflejarse a través de su expresión que combinaba un guiño con la puntita de lengua saliendo desde el lado de una sonrisa, además de una señal de victoria o amor y paz, según se viera. Claro que no le pasó desapercibido el dulzor ajeno, pero lejos de resultarle empalagoso o cansino la atrajo más hacia esa pequeña pues parecía que le gustaba conversar.

La posterior reacción del de cabello azul tampoco le encantó a Ginger, pero esta en vez de hacerlo obvio como la ajena, se quedó mirando con curiosidad el hecho de que el desconocido fue con una pequeña muy similar a él en algunas cosas, ¿acaso serían hermanos o algo así?

Mucho gusto, Jean… y sí, mejor no me pongo de malas, ¿verdad? — rio un poco. — Vaya, así que tú tienes la “edad clásica”… yo pensé que ya no quedaba nadie que iniciara a los diez, ¡pero es grandioso! — expresó dado el obvio hecho de que la gran mayoría de los que estaban ese día allí eran más tirando a adolescentes que niños, pero como todo el mundo la pelirroja sabía sobre las historias de otros tiempos donde todos los que salían de la ahora Ciudad Paleta eran como Jean. — ¿De Verde? Yo pensé que eras de aquí, por aquello que dijiste de haber visto al Profesor haciendo su trabajo muchas veces… — la chica se quedó pensativa por un momento — Pero no, yo soy de Paleta aunque sí nací en Verde o cerca, mi madre es de por allí — explicó, siendo obvio que tampoco la recordaba, aunque tampoco era algo tan raro por la diferencia de edades y a la vez que ambas eran jóvenes.

Lo sé… yo tengo algunos amigos pokémon ya, pero quisiera tener muchos más, tanto pokémon como humanos — confesó risueña — ¿Entonces quieres ser una criadora? — quizás estaba encasillando allí, pero Jean parecía alguien muy amorosa a primera vista. — Mi sueño es… seguir los pasos del entrenador legendario, Red, y algún día enfrentarlo cara a cara — en cualquier caso aseguró a medias pues no era como si fuese contando por allí que era su padre, pero tampoco mintió en el resto ya que de hecho quería aquello. — Y por cierto, ya que estamos, ¿de qué especie es tu amigo? — preguntó curiosa.

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03/10/2021, 19:16
Jean

Si bien era cierto que el chico al que considerabas hermano, se puso a hablar con aquella chica, parecía que al principio empezó a agotarle al hablarle de algunas cosas. No obstante la charla entre ese par continuó hacia una especie de mejora o similar, ya que al menos parecía que la euforia de la chica con la sonrisa felina, disminuyó poco a poco luego de un susto, aunque no para mal. Aún así no estaría de más echarle la bronca por lo que sea que le hubiera dicho a aquella chica, pero... ¿Quién podría ser?

Desde el laboratorio, mientras iba ocurriendo todo, se empezó a llamar a distintas personas que fueron entrando y saliendo con su pokeball y super felices. Entre ellos incluso llegaron a una de la cual su apellido te resultó familiar - Aiko Silph - siendo que una pelirroja fue entrando al laboratorio.

Pese a las respuestas tanto tuya como de Jean, el chico peliazul no reaccionó, siendo que al estar cerca de la chica peliazul, le sacó unos zapatos de la mochila contrario intentando hacer que se los pusiera. Al parecer llevaba ya hace un rato descalza... o igual no llevaba zapatos desde un principio, pero era raro sin duda.

-¡Exacto! En la vida hay que ser feliz, disfrutarla y divertirse mogollón con lo que te gusta y más aún con lo que descubres. No enfadarse por pequeñas cosas, eso te amarga el día y es malo. Es mucho mucho mejor ser feliz - y como si se tratase de una pura luz, sonrió mostrando la pura inocencia hecha persona.

En cuanto al tema de la edad, la niña se llevó la mano a la nuca para acariciarsela - Bu-bueno, e-es que ya no podía aguantar más. Quise salir el año pasado... y el anterior... y el anterior a ese... Pero mis papas no me dejaban. Me decían que era muy pequeña y no podía. Pero es injusto, ya hubo un entrenador menor de 10 años que hizo su viaje. ¿No te parece injusto? - sin embargo antes de darte tiempo a responder agitó las manos delante suya - Pero eso da igual, ahora estoy aquí - señaló su sitio - Y mi proximo amigo pokemon allí - señaló el laboratorio - Y los demás POR AHIIII - y gritó finalmente señalando a todas partes mientras reia. Sin duda se lo pasaba bien soñando despierta.

-Si, soy de verde... Bueno, mama y papa decían que antes viviamos en otro sitio, pero nunca me cuentan mucho. Y vinimos a ciudad ciudad verde porque ambos nacieron allí, aunque el papa de mi papa no era de verde. - Se encogió de hombros como queriendo quitarle importancia al asunto, a fin de cuentas ella ya estaba feliz estando donde estaba. Sin embargo, al expresar tu opinión de donde podía ser, la joven niña sonrió mientras se sonrojaba - E-es que a veces m-me escapaba del colegio hacia el laboratorio. Las clases son un rollo jo... Y era más divertido ver a los pokemon juguetear y andar por ahí. - Se explicó como buscando evitar una bronca. Por suerte no eras un adulto... aunque podías reprenderla. Pero al ver que expresaste que también eras un poco mixta, se asombró - BUALA, entonces somos parecidas

Pero ante lo que si se asombró, fue ante tu revelación de ya tener un amigo contigo - ¿En serio? ¿Lo puedo ver? ¿Lo puedo acariciar? ¿Puedo abrazarlo? ¿Y jugar con el? - empezó a preguntar un poco excitada por la emoción que tenía... Sin duda se notaba lo impaciente que podía estar. - Oh, y si, quiero ser una gran criadora, imaginate: Un campo inmenso, verde, amarillo, marrón, rojo y azul, con una pequeña caseta vieja y ajada, y otra llena de maquinas que transmiten electricidad, y por supuesto, el inmenso cielo azul. Todo ello junto a una casita cercana al bosque y TOOOOOOOOOOODO, lleno de pokemon de todo tipo y colores, comiendo, jugando, disfrutando de sus vidas viviendo comodamente y felices. Eso es lo que voy a hacer cuando sea mayor, pero para eso tengo que ganar practica... - y bajó la cabeza acordandose que no sabía ni siquiera como empezar a lograrlo - Pero hasta entonces, cuidaré de mis pokemon, les daré mucho amor y nos divertiremos juntos.

Quizás si que era demasiado dulce, pero al menos aportaba su felicidad contagiosa a los demás. Al decirle pues tu sueño se sorprendió mirándote con un pequeño destello de admiración en sus ojos. - BUAAAAAA, suena difícil. Es decir... primero tienes que encontrarlo y luego vencerlo. Cuando llegue el día me encantaría poder presenciar ese combate. - Por suerte si que cambiaste rápido de tema y al hacerlo Jean volvió a su mundo de ilusión - Bueno, el profesor Oak vino una vez a nuestra escuela con tres pokemon, para que aprendieramos de ellos, como es la primera elección, que hay que ser buenos... Incluso nos permitió realizar un combate a algunos, con cuidado eso sí... Y desde ese día ya lo tengo decidido. De entre los tres que trajo, los tres primeros que se podían elegir - señaló hacia el frente, al laboratorio, dispuesta a nombrarlo cuando del propio laboratorio sonó un nuevo nombre

-Jean Abeto - ante lo cual la pequeña se cortó y se sobresaltó - Uy, esa soy yo. Luego te lo enseño, que será mejor que decirtelo. Hasta luegooooo - y se marchó corriendo hacia las puertas del laboratorio con una felicidad inmensa.

Dejandote con aquella intriga, te volviste a encontrar sola, pues el par peliazul no pareciera que se fueran a dirigir a ti. Sin embargo, una voz te pudo calmar dicha soledad - Si que tiene energía la pequeña, aunque es una pena que te haya dejado con las ganas de saber que pokemon es.*

Notas de juego

*Aquí te dejo a elegir un poco, puedes seleccionar tu misma el NPC que quieras que te hable, siempre que no sean los peliazules o la chica de los cascos (Bueno... y Jade, Ray y Connie, pero eso es obvio... Por no decir Aiko que no se habría enterado de nada). Si no quieres elegir ninguno, dímelo y lo selecciono yo ;) así te doy la oportunidad de escoger con quien hablar XD

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04/10/2021, 23:53
Ginger

Casi se le contagió la sonrisa gatuna de la ajena a Ginger, aunque lo cierto era que la chica de cabello anaranjado siempre fue más una persona de “growlithe” que de “meowth”, además la curiosidad le podía en mayor medida. Si al menos no hubiesen estado tan separados en la línea, la hija de Yellow habría podido fingir demencia y acercarse para escuchar, quizás incluso intervenir si Jade estaba siendo amargado con la de ojos azules como a veces solía ser con ella, pero bueno, tampoco es como si no tuviera otras cosas que hacer con quienes estaban cerca de ella…

¿Silph, como Silph S.A? — o bien cosas que notar, como la presencia de la que no recordaba haber conocido antes pero que sin duda era toda una figura a tener en cuenta por lo visto, no tanto por su apellido, huelga decir, sino porque a Ginger le dio curiosidad si la dichosa Aiko sería apegada su herencia y estatus o se acercaría más bien a la manera de ser de ella y Jade, o en otras palabras si la Silph aprovecharía su apellido o por el contrario buscaba hacerse de una identidad por sí misma. En ese momento la de ojos como castañas no sabía exactamente cómo, pero tenía que hablar con la ajena tarde o temprano.

Ya al tener su atención en los que estaban más próximos, la curiosa mujercita fue incapaz de ignorar la peculiar interacción entre los de cabello azul, no solo porque ante la pequeña el muchacho parecía paciente, incluso dulce al preocuparse por ella, sino también porque la ajena era una extrañeza en sí misma. ¿Acaso era un espíritu extremadamente libre o algo así?

En cualquier caso Jean la hizo sonreír con su optimismo, pues era además de contagioso, muy brillante. — Exacto, hay que darle sabor a la vida y mantener siempre la “magia” de la aventura, de lo contrario las cosas pueden volverse muy aburridas — no hace falta decir que en la pequeña parecía haber encontrado una amiga pues tenían pensamientos similares — ¡Hay que aprovechar que somos jóvenes! — incluso exclamó, lo que podría o no molestar a quienes estaban a su alrededor.

¿Hm?, ¿a quién te refieres? — preguntó cuando hablaban de las edades, sin embargo respecto a la duda de la pequeña, Ginger también se llevó una mano a la nuca al tiempo que reía — Puede que lo sea, sí, pero seguro se preocupaban por ti y no querían que se sucediera nada malo — allí se sintió como hermana mayor, cosa irónica tomando en cuenta que muchas veces la que necesitaba consejos y opiniones para no cometer imprudencias era ella misma. Así como antes se le contagiaron los ánimos de Jean, la visión soñadora de la niña hizo que el corazón de la que vivía en Paleta se acelerara — Exactamente, y puede que más de uno solo esté esperando a encontrar una compañera como nosotras — tan así que no dudó en asegurar mientras levantaba el índice a la altura de su rostro a modo de llamar la atención, por otro lado se puso la mano contraria sobre la cadera, cual asa, esto para reforzar la seguridad en su postura.

Oh vaya, pues como dije mi madre sí que es de Verde —más específicamente, el bosque — Aunque yo me siento mucho más de Paleta, al fin y al cabo he vivido aquí casi toda mi vida. Al final creo que lo que cuenta es dónde sientas que tienes tu hogar, sea porque has pasado ahí muchos años o porque simplemente te gusta, después de todo una persona no se puede definir solo por eso, pero tener un sitio significativo es algo importante para todos… o eso creo — Ginger también se encogió de hombros ya que terminó poniéndose filosófica sin querer, pero solo dijo lo que pensaba. — La verdad no te puedo culpar, yo también lo he llegado a hacer — llegada al punto de enterarse sobre las travesuras ajenas, en vez de echarle bronca confesó con una actitud traviesa, hasta le guiñó el ojo llena de complicidad. Como ejemplo a seguir, pues, la de cabello anaranjado era tan buena como un magikarp utilizando vuelo…

Claro, se llama Do-chan, es una doduo que… — estaba explicando, ya lista para sacar la poké ball de la criatura, cuando Jean soltó la descripción de su sueño, misma que provocó que Ginger se emocionara al punto de que su piel se erizó levemente. — Jean, eso suena grandioso, ¡me encantaría verlo! — confesó pues pudo imaginar un literal paraíso pokémon. — No te preocupes, nadie nace sabiendo hacer todo, es más, yo diría que una parte divertida del viaje es aprender — luego sin embargo agregó a modo de dar ánimos a la pequeña pese a no saber hasta qué punto los necesitaba; eso la distrajo de mostrarle a su amiga.

Bueno, cuando llegue ese día haré lo posible para que TODO el mundo lo vea — respondió con gran determinación, siendo que al igual que Jean, Ginger no dijo “si pasa”, sino “cuando llegue”, lo que implicaba que la única variable que veía ahí era el tiempo que pudiera tardar, no si aquello era posible. Ese intercambio de palabras la dotó de un brío que antes no tenía, como si confesarle sus metas a alguien, así fuera en parte, la hubiese impulsado más. — ¿Si? — ahora bien, de cara a una revelación tan importante como la elección del compañero pokémon ajeno, la de ojos más o menos oscuros se mostró emocionada ya que aquello parecía ser algo que la menos se había pensado bastante, y eso le alegraba, sin embargo antes de saber más el destino quiso que se separaran. — ¡Espe…! — cuando Jean se despidió, Ginger se quedó ligeramente frustrada debido a que ya no pudo enterarse bien, no obstante luego de dar un suspiro volvió a su sonrisa habitual pues entendía la prisa ajena. De estar en su lugar ella probablemente habría hecho lo mismo. Ahora de paso sabía su nombre completo, mismo que le resultó peculiar debido a cierta tendencia; igual y era una tontería, pero…

Una nueva voz la sacó de su abstracción. Por un momento la joven creyó que se trataba del arisco chico de antes, pero rápidamente se sorprendió cuando notó que no era así. Ya antes lo había visto, sin embargo le pareció demasiado relajado como para querer hablarle y no pensar que lo estaba interrumpiendo de algún modo; el ajeno le recordaba a una versión más desenfadada de Jade, aunque igual y esa solo su extraña percepción basa en características físicas.

La verdad es que sí que me dejó con las ganas, pero bueno, con algo de suerte igual y me la encuentro pronto, que todos partiremos de aquí… además, tampoco es tan grave — Ginger se encogió de hombros para restarle importancia, esto al tiempo que miraba al chico de cabello castaño rojizo y ojos color azul ¿Tú también querías saber qué compañero había elegido? — acto seguido le preguntó de forma juguetona, quizás un tanto confianzuda…

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06/10/2021, 17:55
Director

Aunque en tu curiosidad a la implicada hija de la gran empresa de tecnología en todo canto, era más que palpable, por desgracia la respuesta no ibas a obtenerla en el mismo momento, pues si bien la susodicha Aiko entró corriendo al laboratorio, no era un signo de que no quisiera que la identificasen, pues algunos antes que ella también habían corrido, pero más por tomar ya a su primer pokemon, misma razón que podría tener la pelirroja.

Mientras continuabas mirando a la pareja peliazul, pudiste notar un peculiar comportamiento entre ambos, siendo que aunque la chica no rechazó los zapatos, tampoco se los puso, al contrario, se alejó un poco buscando posarse en la base de un árbol sentándose en este mientras el chico la seguía suspirante. Puede que tuvieras razón, o puede que la chica tuviera otra razón para andar descalza, pues parecía estar frotando el suelo con los pies, casi acariciándolo.

Pero por suerte, la pequeña Jean fue quien más te abstrajo, evitandote preocupaciones peculiares que pudieran surgirte alrededor de tu cabecita. - Me caes bien, eres muy divertida - y por supuesto al ver las interacciones que tenías con ella, no dudo en expresar sus sentimientos para contigo. Parecía pues que te habías ganado una amiga.

-Am... - Llegados al asunto del entrenador que salió con menos de diez años, Jean se puso a pensar y cabilar intentando acordarse del nombre, pero no parecía lograr acordarse de el - Jo, no me acuerdo. Se que era de Hoenn, y creo que era amigo de Ruby, el de la marca de ropa - Un poco desolador escuchar como otro entrenador legendario era reconocido por una marca y no por sus logros en el pasado, pero a fin de cuentas es la vida que decidió - Según dicen los libros de historia, llevaba alargadores de pies y manos para parecer más alto. Es ingenioso ¿Verdad? Igual debí hacer lo mismo... - al caer en la cuenta de ese pequeño detalle empezó a darse cuenta entonces que podría haber llegado a salir antes engañando - Pero bueno, ya eso da igual - aunque rápido se quitó la idea de la cabeza...

-Si... bueno, papa y mama se preocupan mucho por mi... Pero siempre que me vengo a Ciudad Paleta para ver el campo del laboratorio, nunca me dicen nada. Y siempre he vuelto bien. - Al menos ahí tenía un buen punto para no preocuparlos. En cuanto al cambio de hablar del tema de los pokemon, Jean se encogió con energía - Eso espero. Ojalá lleguemos ya - o mejor dicho la llamasen ya.

-Buaaaa, eso es muy profundo - aunque cambiando mucho de aires, al expresar de aquella manera dque es lo que tomabas tu por hogar, la pequeña te miró con aún más admiración que antes - Pues, mi hogar es siempre donde estén mis padres. Y poco a poco, donde estén mis pokemon... Oh, y claro, donde estén los amigos que haga por el camino. Esos serán mis lugares especiales, porque siempre seré feliz con ellos - Aunque claro, expresandolo de otra manera, Jean acabó revelandote cual sería su hogar, el cual no estaba arraigado en un sitio, sino en los seres vivos.

Que al final no le enseñaras el Doduo a la pequeña, no le afectó mucho. La efusividad de la pequeña Abeto era tal que podrían pasar todos los males del mundo por su lado y ella seguir tan feliz que acabaría con todos con su sonrisa y ojos brillosos al describir tan bien sus sueños, tanto que casi se podría decir que allí donde se desarrollaba Ciudad Paleta, en su mente veía el campo que estaba describiendo en lugar de la propia ciudad en si. Por ello, y porque probablemente más adelante lo conocería, no le supuso ningún problema

Así pues no fue igual para ti, pues aunque ambas compartiais la misma visión a futuro de tu sueño al no compertirlo en una probabilidad sino en una certeza, de que en un futuro encontrarías a Red, y que tu misma pondrías todo tu ser en vencerlo, al ella empezarte a explicar cual sería su compañero, llenó de tanto impetu la forma en la que lo conoció, que cuando la llamaron el anticlima provocado podría ocasionarte la gran frustración de dejarte con esa miel tan deliciosa en los labios, una miel que dolía al no poder comerla... Y bien Jean era tan dulce que podría ser ese dulce que podrías tomar y que ahora desaparecía en la lejanía.

No obstante, no te quedaste sola, y pues así el chico castaño cobrizo se aproximó a ti al ver que le respondías con una leve sonrisa de medio lado. - Pues a decir verdad si... No es por ofender ni que te resulte violento, pero la pequeña estaba gritando tanto que creo que prácticamente todos han escuchado mucha parte de vuestra conversación - Quizás decir "todos" fue exagerar demasiado, pero si te parabas por un segundo a mirar caras ajenas, podías notar como algunas miradas se colaban entre unos y otros para mirarte a ti concretamente, ya que Jean ya no estaba. En especial, e incluso si afinabas el oido, podías escuchar una voz muy pija decir: - Por fin se ha ido la gritona, ya era hora... - proveniente de una chica a la cual le pegaba dicha voz.

Quizás pudiera afectarte en cuestión de vergüenza que tantos os hubieran escuchado, quizás te podría provocar aquella tipa si la hubieras escuchado, pero en general después de que valoraras todo aquello, el chico soltó una risa pequeña como intentando quitar hierro al asunto y que le prestaras atención - Es igual, no pienses en ello. Me llamo Leo, por cierto - y dijo entonces alzando su mano para que se la estrecharas - Y bueno, también tengo un acompañante como tu. - Al decir aquello te mostró una pokeball - Su nombre es Ike, aunque me han dicho que no podemos sacarlos hasta que estemos registrados con Oak, luego te lo enseño aunque seguro que sabrás que tipo de pokemon es: Un Riolu. Aunque este es un tanto especial.

No obstante, cuando fue a guardar la pokeball no pudo evitar sentirse mal y rascarse la nuca - Siento haberos escuchado la conversación. Realmente no es algo que suela hacer, pero en fin, no tenía nada mejor que hacer - Mientras tanto en el laboratorio seguían llamando gente, entre ellos llamaron a una chica llamada "Rhyme Bito" que para sorprenderte, era la chica que andaba con cascos ¿Cómo lo habrá escuchado? También llamaron mucho más tarde a un chico llamado "Ace Long" el cual era el chico de los cascos, aunque al contrario que la chica, tuvieron que llamarlo varias veces y este quitarse uno de los auriculares. - Pero escuché que tu sueño es vencer a Red... Es un sueño un tanto grande ¿No? ¿Que harás si no lo encuentras? - obviamente no todas las personas iban a ser como Jean, y por supuesto tuvo que llegarte dicho cubo de agua fría... Pero lejos de buscar hundirte, Leo esperó que respondieras, y siendo que respondiste como antes, esperaba algo similar.

Ante dicha respuesta, sea en la dirección que fuera, preguntó entonces una última cosa esbozando aquella sonrisa de medio lado de nuevo - ¿Y que harías si alguien lo vence antes que tu? - ante lo cual se cruzó de brazos, no de forma provocadora, sino más bien retador, como si tuvieras ante ti a un competidor contra el cual combatir por llegar hasta Red y vencerlo, es más lejos de parecer suponer un peligro, parecía más que estaba divirtiendose al hacerte esa pregunta, esperando recibir algo a un buen nivel que os diera dicha diversión a ambos.

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08/10/2021, 20:14
Ginger

Aquel día parecían haberse reunido personas muy interesantes allí, desde el ya mentado Jade y la chica que hablaba con él hasta varias que había formadas, las cuales evocaban en Ginger todo tipo de reacciones; una de esas personas fue la dichosa Aiko a la cual de momento no pudo observar demasiado debido al flujo de sucesos, pero eso no significaba que hubiese perdido la oportunidad para siempre, menos aún si tenían objetivos remotamente parecidos. La de cabello anaranjado, pues, creía en forjar su propio destino, pero por orgullosa que fuera tampoco descartaba totalmente la suerte o el azar, siendo la coincidencia en este caso los peculiares vistazos de aquellos que iniciarían su camino como entrenadores ese mismo día.

Entre los mentados misterios tampoco pudo ignora a la pareja de ¿hermanos? que estaban a cierta distancia, pues al igual que con la pelirroja, los motivos tras el comportamiento de los ajenos con cabello azul pasaban muy desapercibidos para la de ojos castaños, aunque eso sí, al ver el raro actual de la pequeña que a simple vista debía tener su edad o incluso menos, Ginger no pudo evitar sentir cierto antojo por andar descalza ella misma…

Lo mismo digo, tú encima eres muy tierna — respondió a Jean, siendo que el brillo en sus ojos lo confirmaba. — Entrenador legendario de Hoenn mmm… ¿no hablas acaso de Emerald? — señaló basada en la descripción ya que obviamente no había relacionado lo de la edad. En su caso la chica de Paleta realmente no había visto en vivo al dichoso Emerald, a Ruby o a Sapphire como sí había hecho con otros que sin duda eran considerados “legendarios” en Kanto y en Johto, pero por su trasfondo había escuchado hablar de los ya mentados con suficiente certeza como para poder reconocer ciertas características, o en el caso del “encantador” para haber superado ya el hecho de que enfocara su vida hacia otros pasos… aunque internamente seguía teniendo curiosidad por hablar con él cara a cara. — Bueno, igual la tecnología no siempre es fácil de usar… pero ahora ya estás aquí — asintió tras escuchar a Jean, ello como para darle ánimos a la pequeña, aunque luego quedó claro que no los necesitaba.

Pues, la ruta que conecta a Paleta con Verde es conocida por su paz y tranquilidad, además de puede ir y venir sin pérdida mientras tengas un mínimo de cuidado. Es bueno que te cuiden, pero también que te dejen explorar — opinó respecto a las aventuras ajenas. Por dentro Ginger también sentía una leve envidia ya que ella no sabía lo que era tener un padre, sin embargo eso no le generaba resentimiento, era más bien como una especie de curiosidad, y en cualquier caso la mayor entre ambas contaba con su querida madre que nunca dejó que se sintiera sola ni menos amada en comparación a niños con sus progenitores. Acto seguido asintió con similar emoción.

Ya veo, el hogar está donde se encuentran tus seres queridos, ¿no?, ese también es un muy buen punto — reconoció con una gran sonrisa. Debido a su personalidad, Ginger era capaz de escuchar con igual interés a los mayores y a los menores, dispuesta a reconocer lo digno de admirar allí donde lo hubiera, sin limitarse o dejarse sujetar por patrones o estereotipos, así que incluso la conversación con una pequeña como Jean le sumó una curiosa perspectiva a su forma de ver la vida. Eso también era parte del camino, sin mencionar del proceso de crecer…

No conforme con lo anterior, la de cabello naranja pronto se dio cuenta que incluso sus ánimos, normalmente destacables en muchos ámbitos, palidecían ante la fuerza de los de la menor. Ginger no sabía si era por inocencia, personalidad, experiencias o una combinación de todo lo anterior, pero Jean brillaba con una luz propia que era imposible de negar. A cada minuto que pasaban juntas la peque resultaba más interesante, por ello fue que a la mayor le dolió la repentina separación… pero bueno, parte de avanzar en la vida era tomar las cosas buenas y a partir de ellas impulsarse, por lo que al final decidió alegrarse de conocer a alguien tan especial como la niña Abeto en vez de permitir que la frustración la embargara demasiado. Afortunadamente la de ojos marrón no se quedó sola demasiado tiempo, así que su mente terminó reenfocándose en el que se acercó a ella…

Oops… creo que nos dejamos llevar un poco entonces, aunque no la culpo, es una pequeñaja y hoy es un día emocionante creo que para todos los que estamos aquí — la chica se encogió de hombros como para restarle importancia al asunto y que el desconocido supiera que no había problema. Al mismo tiempo Ginger miró de soslayo en las cercanías, comprobando que lo que dijo el chico tenía fundamentos. La cosa hubiera quedado allí de no ser por lo que alcanzó a escuchar gracias a su audición pendiente de lo que la rodeaba, sin embargo aquellas palabras hicieron que la nativa de Paleta frunciera su delicado entrecejo por primera vez en mucho tiempo. — ¡Quien no pueda entender eso, probablemente no tiene emociones en su vida, mua, ja, ja, ja! — así que en respuesta más o menos indirecta levantó la voz para luego mirar a la chica pija de forma retadora. Si la cosa no escaló más al menos de su parte fue gracias a que el que se presentó como Leo la distrajo. — Mucho gusto, yo soy Ginger — así pues devolvió la cortesía con un apretón de manos que demostraba un carácter más competitivo que pasivo. — ¿¡Un Riolu!? Vaya, nunca he visto uno directamente — confesó sorprendida.

Sí, mi madre también me dijo que no sacara a Do-chan sin más así que la mantengo dentro — se ladeó un poco para mostrar una reducida poké ball donde transportaba al ave bicéfala — ¿Por qué dices que es especial? — extendió su curiosidad que dicho sea de paso era bastante obvia.

Bueno, tampoco es que quisiéramos mantener la plática en secreto ni nada, y tú estabas cerca, no hace falta que te disculpes — aseguró, luego como si quisiera remarcar su punto hizo una traviesa expresión que implicaba cerrar los ojos hasta apretar brevemente los párpados y sacar apenas la puntita de su lengua. — Así que sí escuchaba… — murmuró al ver que la tal “Rhyme Bito” reaccionó sin más, muy al contrario del rubio. Llegados a este punto cabe decir que Ginger no estaba ignorando a Leo, simplemente su atención estaba en muchos lados y fluctuaba entre la plática actual, ver lo que sucedía más allá y estar atenta por si la llamaban inesperadamente.

Claro que sé que es difícil, al fin y al cabo está “desapercido”… pero si hace falta recorreré cada región conocida y por conocer para encontrarlo — a pesar de lo descrito antes, la de cabello anaranjado no dudó en centrarse y responder determinada ante la cuestión de Leo, es más, de cara a este volvió a fruncir el ceño y hasta a subir su puño bien apretado. El ajeno podría ser más realista que Jean, pero Ginger seguía siendo ella y estaba segura de que no se rendiría. La siguiente pregunta la sorprendió más, pero lejos de echarla para atrás o hacerla sentir personalmente atacada, la chica respondió añadiendo una sonrisa vehemente a su mirada seria. — Pero entonces esa persona tendría que encontrarlo antes que yo, ¿no? — levantó una ceja, y mientras el otro se cruzaba de brazos, ella llevó ambas manos a sus caderas — Y en dado caso sería obvio: pelearía con Red porque seguiría siendo una leyenda, y luego contra quien haya probado ser más fuerte que él, para demostrar que yo soy más fuerte aún — agregó con una emoción palpable, pero también gran curiosidad centrada ahora en Leo — ¿Acaso pretendes ser mi rival? — ¿bromeó?

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09/10/2021, 17:08
Director

-¡Eso es! Emerald. Como la piedra que tiene en su cabeza en esos dibujos de cuando era como nosotras. - Obviamente tenía que estar hablando de fotos ¿No? Aunque si lo pensabas bien, igual no lo eran debido a que si lo pillaban se le podría caer el pelo - Si bueno, aunque sea difícil de usar, me hubiera esforzado. No hay nada ni nadie que pueda obstaculizar mi sueño. Lograré hacer lo que tanto deseo cueste lo que cueste y le pese a quien le pese - Con una enorme sonrisa declaró, dando pie a la enorme determinación que guardaba aquel pequeño cuerpo, aunque claro, no tardó en sonreir quitandole peso a aquellas palabras, aunque eso se vio debido a lo que le dijiste - Es verdad, ya no los necesito, ja ja. Mejor así - Obviamente podía ser tan seria como sonriente, pero siempre respondía a sus sentimientos.

Jean te asintió sonriente al hablar sobre la ruta 1 - Claro, por eso me escapaba tantas veces aquí. Lo malo es el mar, no me dejan viajar sola en barco... Bueno, no me dejaban. Eso y el bosque Verde. Todo el mundo dice que es laberintico pero yo he entrado y salido sin problemas de allí... - sin poder llegar a entenderlo, la pequeña trató de pensar por su cuenta a ver si de una vez por todas lograba encontrar el por qué ocurría eso. - Quizás por eso se preocupen, pero les demostraré que no tienen de que preocuparse - y de nuevo volvió a mostrar su enorme sonrisa.

Ante aquella última afirmación, Jean asintió con todas sus fuerzas, pues es lo que ella sentía. Igual tenía algo más profundo en el interior, o tan solo era su puro estado de inocencia estallando en todas las direcciones a cada segundo que pasaba en forma de pura luz, pero aquel candor que daba la pequeña, era único y especial. Por supuesto, la conversación no iba a durar permanentemente, pues literalmente estabais contrarreloj para entrar en el laboratorio sin saber cuando os tocaría del todo, siendo que ella llegó más temprano que tu, e incluso que Jade.

La soledad podría amenazar a cualquiera, incluso a ti, sin embargo tenías formas de evadirla, aunque estar con los animos a tope como te dejó Jean a nada... era un cambio muy brutal. Cambio que al menos soportó el hecho de que Leo fuera ahora el "sustituto" de la pequeña Abeto, aunque de una manera más realista y madura. Casi se podría decir que era alguien más similar a ti que otras personas.

Al retomar la conversación luego de darte cuenta de lo que mencionó el castaño, este se rió por lo bajo, aunque no de ti, sino de forma divertida - Bueno, yo tampoco la culpa. En su situación estaría igual. De hecho, puedas creertelo o no, estoy un tanto nervioso - Solo podrías notarlo porque lo decía el, pues su expresión eran más neutras que otra cosa. Sonrió de forma simpática, mostrándote que era amable, y quizás su mirada más desafiante te podía dar a entender que sería difícil de vencer en un combate, pero el compendio de todo lo hacían una persona que podía controlarse ante cualquier situación, aunque dijese lo contrario... ¿Igual era tan solo apariencia contenida?

Aunque claro, sorprendido y sin saber si había una razón fija por la que elevaste la voz, se sorprendió a tus palabras antes de reirse. - Bien dicho. - Aunque claro, del otro lado de la gente pudiste notar como una mirada de superioridad intentaba incidir sobre la tuya retadora, casi como si los rayos pudieran saltar entre vosotras dos y chocar a medio camino. Obviamente, la pija no hizo nada más, menos aún cuando apartaste tu mirada de ella, aunque tampoco dijo nada más. Quizás estaba ofendida por aquella frase.

-Encantado... Bonito nombre por cierto - Por supuesto, aunque fue amable, no se quedó atrás tampoco con el apretón de manos - En ese caso, si tantas ganas tienes de ver uno, te lo mostraré luego, aunque para ello deberemos encontrarnos, supongo - Dijo claramente ya que muchos de los que estaban saliendo no volvían a la cola, como era normal y lógico. La euforia del momento los llevaba a iniciar su viaje principal y practicamente todos iban por la ruta 1. - Claro, los padres tienen la experiencia de su pasado. Lo mismo me dijeron al coger el avión. - Reconoció pues que venía de lejos para haber cogido un avión - En cuanto a Ike... Bueno, es algo que es mejor verlo que explicarlo - por supuesto, guiñó su ojo manteniendo la sorpresa avivada, o quizás para lanzarte un cebo y que fueras a buscarle para verlo en persona.

Con una leve sonrisa al verte en cuanto pidió disculpas, el se reafirmó - Bueno, aún así, no está de más pedir perdón. Aunque gracias por ser tan comprensiva. - Por su lado el mismo tenía su propia forma de opinión. Igual que más adelante mientras iba pasando más y más gente entendiste bien como eran, se movían, o que pese a como eran tan solo era una pariencia externa, quizás como cobertura, o quizás es que estaban aislandose realmente. Así pues llamaron a más gente, Joel Fern fue uno de ellos que fue corriendo también. Aquel peligroso que parecía un buen entrenador, aunque a mitad de camino se tropezó con su propio pie antes de seguir cortado por la vergüenza. Nathaniel y Sarah Stone* fueron los siguientes, siendo que llamaron a ambos juntos por circunstancias especiales según alegaban los ayudantes del laboratorio al quejarse algunas personas. Así pues, los peliazules empezaron a avanzar en dirección al laboratorio con bastante parsimonia.

-Stone... - dijo Leo antes de reir de un aspaviento, para luego mirarte y ver como respondías a sus cuestiones. Todo huelga decir que Leo hizo su mayor esfuerzo para no reaccionar ante tus respuestas, y si bien lo hizo así, había un motivo detrás de todo aquello, pero lejos de querer interrumpirte, quiso escucharte hasta el final, pregunta inclusive. Por supuesto soltó una sonrisa pequeña ante ella reaccionando al final - Rivales somos todos a fin de cuentas. La liga es una competición, y la vida también aunque en pequeño grado. Hasta los sueños son un retos que todos nos esforzamos para cumplir antes que otros. Pero podemos ser algo más que rivales, ya que yo también voy detrás de Red, para sacarlo de su cueva de una vez por todas. - Entonces extendió una mano hacia ti en forma de complicidad para que se la estrecharas, casi como si quisiera colaborar contigo para encontrarlo, aunque al mismo tiempo y con esa dualidad única suya también te estuviera retando cual rival. Mientras, un ayudante del laboratorio gritaba un nuevo nombre: - Ginger - dandote el turno, aunque Leo no se calló tampoco a pesar que sabía que te tocaba.

-Encontrémosle juntos. Solo no me hagas mirar hacia atrás cada vez que tenga que mirarte - Y de nuevo ahí su dualidad, queriendo compartir esa pequeña parte de sueño que al parecer coincidía en ambos, pero al mismo tiempo instándote a que te hicieras más fuerte, pues el no iba a reducir su propia velocidad. Podrías tener a tu segundo rival, pues el primero era Jade, pero al mismo tiempo, también estabas ganando un compañero.

Notas de juego

*No se si hacerte tirar, y en tal caso creo que te haría tirar por ingenio en plan superar, para ver si sabes de que te puede sonar ese apellido XD