TRANSCURRE TODA LA NOCHE.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: ALBA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Emil había despertado (o algo así) unos minutos antes del alba y se quedó un largo tiempo, inmóvil, meditando y recargando sus debilitados poderes. Sentía como el cansancio se difuminaba en sus músculos, y como el resto de su cuerpo iba, poco a poco, recuperándose. Tardó minutos en volver a abrir los ojos, y miró a Alexa.
- Alexa, querida, ¿has sido tu quien has curado mis heridas? ¿Es la segunda vez no? ¿vamos a hacer de esto una costumbre?- preguntó guiñándole el ojo, divertido, para luego sonreír aun más acentuadamente.- Veo que todos los Rift Warriors están aquí, y bastante en pie. ¿Significa eso que has logrado evitar que perdiéramos a ninguno de nuestros miembros? ¿incluso Equilibrium?- así que no lo estaban devorando menos mal, pensó.- Gran trabajo, amiga mía.
Y así era. Era un momento para celebración, y Emil disfrutó escuchando las extrañas palabras del siempre extraño Thomas. Era bueno notar que seguía siendo el mismo. Igual que lo era Raxus. Y Equilibrium mucho, mucho mejor de lo que había esperado. Miró unos segundos a Muxu, dejando que la visión de su cuerpo le relajara. Condenadas chicas humanas, todas tan guapas como si hubieran salido de la mente de un pervertido glorioso. Con ese pensamiento, negó, divertido, con la cabeza deleitándose en el perniocioso e inmoral pensamiento de todas con él en una cama.
Y entonces miró a Vicky. Quizás en esa cama Vicky le estaría cortando los testículos con una podadora, poco afilada. El pensamiento le hizo sonreír, sonrisa que no perdió cuando la ranger hizo un nefasto reparto de un equipo para lo que, ni estaba capacitada, ni nadie le había elegido. Y que, además, no tenía ni pies ni cabeza.
Pero no era un día de peleas ni de recriminaciones. Al menos, no hasta que le dieran más motivos.
- No, Vicky. Yo no uso armaduras. Ya lo sabes. No me sirven de nada. Y en cuanto a tu...- negó con la cabeza, guardando silencio, y se puso en pie.- Como quieras, hablemos.
TRANSCURRE TODA LA NOCHE.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: ALBA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Miro la daga con curiosidad y hago un par de movimientos con la mano izquierda sosteniéndola. Yo luchaba con dos armas digo más para mí que para nadie. Ahora lo recuerdo, doblaré mi potencial ofensivo utilizando esta daga.
Todavía sin levantar la vista de la daga y antes de vestir la armadura de cuero, escucho el comentario de Raxus y una sonrisa asoma a mis labios. Igual cuando vuelvan han hecho un semielfito. Ya sabes que del odio al amor... ¿o era al revés? Bueno, supongo que dará igual el orden.
Me levanto y empiezo a ponerme la armadura todavía haciendo algunas muecas al ponerme algunas de las piezas. Pero al menos me puedo vestir y estar de pie.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Parpadeó. La luz del sol bañaba su rostro. Una mezcla de confort por el calor que le proporcionaba y de incomodidad por la claridad que lo desvelaba. Oyó voces, sin distinguir ni lo que decían ni quién las decía. Un dolor lacerante atravesaba su pecho y tomó aire, un aire frío y liviano que terminó de despejarle y que trajo a su memoria los últimos acontecimientos. Se sentó de golpe, escurriéndose la manta que lo cubría y su pecho protestó. Alzó una mano hasta él y miró en derredor distinguiendo no solo a sus compañeros de grupo sino también a los de la segunda teleportación. Habían sobrevivido con éxito a aquel viaje y algo le decía que les debían la vida.
Se puso en pie, sin forzar la maquinaria. A un lado, apilados en desorden, vio armas, armaduras y enseres varios, sin duda pertenecientes a los bandidos que les habían atacado.
Callahan, fuiste un gilipollas, pensó. Cuando eras joven, podías permitírtelo. Ahora ya no. No si quieres seguir vivo.
Sí, había pensado que pese a la carencia de armas, aquel enfrentamiento sería pan comido y en vez de pecar de discreto y aprovechar las oportunidades que se le presentaran, la había cagado. Tras caer, lo que había ocurrido, seguía siendo un misterio.
-Buenos días -saludó a los presentes-. ¿Qué ha ocurrido exactamente? ¿Y a quién debo estar de pie nuevamente? Porque tenía una pata más allá que aquí.
Se acercó al botín y lo estudió. No era todo lo que necesitaban pero sí un buen comienzo. Acuclillándose, empezó a seleccionar algunas cosas, mientras esperaba que alguien le pusiera al día.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Tras su conversación Emil y Vicky regresan y el albino toma la palabra. Se le nota muy cansado, y aún malherido, pero como de costumbre mantiene su sonrisa irónica y de niño guapo seguro de encantar.
- Bueno... varias cosas. La primera, estamos de enhorabuena. Existía una posibilidad de morir la mitad de nosotros alta. Y una vez llegamos aquí la mitad que estaba segura sufrió una aplastante derrota. Afortunadamente, y a pesar de nuestras heridas, Vicky, Alexa, Raxus, Shidi y yo (aunque yo duré muy poco, la verdad) logramos revertir las tornas. Lo cierto es que pensábamos que os estábamos vengando, así que veros a todos vivos... joder, chicos, (y señoritas), os juro que si no me doliera tanto al respirar daría saltos de alegría- tomó aire y los miró.- Varias cosas, de todas formas. La primera: no podemos quedarnos aquí. Creo que cerca debe estar Antorcha, así que, conforme me ha indicado Vicky, y con lo que estoy de acuerdo, vamos a intentar movernos hacia allí de inmediato. ¿Ok? Creo que Vicky y Alexa van a improvisar unas camillas. Más cosas: hay que cortar las cabezas a estos hijos de puta y llevárnoslas. Es obvio que atacaban a los viajeros y, si estamos en un mundo medieval o similar, es probable que haya una recompensa por ellos. Cobrarla sería bueno. También debemos llevarnos todo su equipo. Por ahora vamos a mantener el reparto, pero luego distribuiremos todo de forma lo más equitativa posible. Debéis saber que es un equipo curiosamente extraordinario: todas las armaduras de cuero, también la tachonada, las dagas, el florete y las ballestas ligeras son mágicas. Y, como dije, luego repartiremos todo equitativamente. Pero, por ahora, lo que ha distribuido temporalmente Vicky está bien. Como hay mochilas meteremos todo en las mismas, ¿ok? No vamos a dejar nada tirado aquí de valor.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Nada. Eso era lo que le quedaba, en aquel estado de inconsciencia, aunque no sabía si sería permanente o reversible... No sabía nada. Solo que había caído, el último entre los suyos si no le fallaba la memoria. Y ahora, allí, encerrado, a salvo del dolor y de cualquier otra sensación, flotaba aislado y solo. Como siempre había estado.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Y lo que no necesitemos siempre se puede vender o hacer un trueque por algo más interesante- responde- aunque me sorprende que esa calaña tuvieran todos equipos mágicos la verdad. Quizás en el poblado ese podamos averiguar algo más en claro- tras decir esto, saca su hacha- yo me encargo de las cabezas.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Vicky no añadió nada, cansadísima como estaba. Tan solo se limitó a empezar a fabricar las camillas con la ayuda de Alexa. El tema de las cabezas le incomodaba, no eran bárbaros como aquellos a los que habían eliminado, pues una cosa era matarlos por las transgresión cometida y otra irse paseando como unos carroñeros cazacabezas. Pero no era el momento de discutir, sino de salir lo antes posible de aquel maldito lugar.
-Las monedas, Emil, no te olvides de ellas, supongo que será nuestro efectivo más inmediato hasta que cobremos algo, si es que es posible, por esas cabezas o tras vender algo-. Definitivamente no le gustaba la idea de las cabezas cortadas.-Volviendo a ese tema, quizás los lugareños no se tomen demasiado bien que unos extranjeros se paseen por sus tierras con cabezas cortadas-. Finalizó antes de ponerse manos a la obra.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Asintió en respuesta al Predicador, poco a poco todos iban mejorando.
-Os dieron una paliza, eso ocurrió, y creímos que debíamos vengaros. No salió mal del todo, la verdad, los fuimos liquidando, sobre todo Raxus, pero nadie se quedó quieto. No debes nada a nadie, somos una piña.
Después, mientras ideaba un modo de hacer camillas para los que seguían inconscientes, regresaron Vicky y Emil de su aparte. Parecía que habían llegado a una especie de acuerdo... por lo menos regresaban los dos, y enteros.
Tanto el elfo como el enano expusieron sus ideas acerca de lo que debía hacerse a continuación. Alexa se encogió de hombros, no iba a discutir, y además parecía que Emil había recuperado el liderazgo y empezaba a repartir bienes y tareas. Por parte de la mística, nada que objetar... por ahora. Sólo una puntualización:
-Me parece correcto todo lo que propones. Y añadiría que hagamos dos bolsas con el dinero de estos bandidos, y una la lleves tú y otra Vicky, más que nada para que no lo lleve todo uno.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
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CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
- Tienes razón, Alexa. Y también tú, Vicky. Dinero. El dinero vendrá bien, seguro. Si mal no recuerdo... había 24 monedas de plata de los bárbaros de antes, y ahora hay 128 monedas de oro. Y a las cuatro bolsas de monedas de antes, ahora se suman diez. Suficiente para que cada uno pueda llevar una bolsa con sus monedas. Como quiera que es posible que cada uno tenga sus dificultades... ¿Os parece que preparemos una bolsa para cada uno con su parte proporcional de monedas de plata y de oro, y que usemos los zapatos que sobran para calzar a nuestros compañeros inconscientes? Serían dos monedas de plata para cada uno y 10 monedas de oro para cada uno, y dejamos las seis que sobran para imprevistos, y que las lleve por ahora Vicky. ¿Conformes?- guarda un momento silencio, notando el dolor, sintiendo que olvida algo y luego asiente, al ver a Raxus terminar de cortar las cabezas.- Tal vez Raxus y yo, por ejemplo, nos podamos quedar fuera primero, con las cabezas y el cuerpo de uno de nuestros caidos, hasta que el resto confirme que por estos cabrones había recompensa, y que entrar con sus cabezas no va a causar problemas adicionales, y sí acrecentar fama, reputación y, con un poco de suerte, oro. No es por señalar lo evidente, pero en este puto mundo callejón tecnológico sin salida no nos conoce ni el Papa.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
El tiempo que sucedió inmediatamente después de despertar fue algo atropellado y agitado, tuvo que resolver un asunto prioritario, la recuperación de su alianza matrimonial. Tras finiquitar sus asuntos intestinales y maritales se apropió de un par de armas a las que dudaba que fuera a dar un correcto uso, de ese libro de hechizos que alguien le habían legado y de unos ropajes más cómodos y acordes a la situación que el batín de enfermo que había vestido hasta ese momento.
Decentemente equipado, algo dolorido, pero contento de seguir vivo prestó atención a las palabras de Emil y Vicky que por algún motivo que desconocía se habían atribuido el liderazgo del grupo a medias.
—Yo particularmente preferiría no tener que decapitar a nadie, tengo ciertos reparos morales y físicos a la hora de mutilar cadáveres, si alguien quiero cortar las cabezas que me corresponden a mí que no se corte —dijo de forma algo atropellada mientras levantaba la mano derecha como si estuviera en el colegio pidiendo la vez.
Luchar y matar para sobrevivir era una cosa, pero jugar a Jack el Destripador cruzaba unos límites que no le resultaban apetecibles a Thomas.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Me quedo mirando a Emil y alargo la mano cogiendo mi bolsa del dinero antes de agacharme y empezará a meter en una mochila todo el equipo sobrante en cantidades ingentes.
Yo no estoy completamente de acuerdo en una cosa, Emil digo mientras sigo apelotonado todo el equipo que puedo cargar en la mochila antes de ponérmela. Está claro que nuestros compañeros van a necesitar atención médica, incluso alguno de nosotros también, y eso requiere dinero.
Está bien el reparto, pero si hace falta más dinero del que a los inconscientes les ha tocado en el reparto debemos estar cada uno dispuesto a dar parte de nuestras monedas por nuestros compañeros. Es decir, sería preferible no utilizar este dinero hasta estar seguros de que no lo necesitaremos para ayudar a nuestros compañeros.
MOMENTO: DESCONOCIDO.
HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.
LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.
CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.
Asiento a las palabras de Equilibrium.
- Completamente de acuerdo también. De hecho, eso es una prioridad, y desde luego no pienso tocar mi parte hasta que nuestros compañeros se hayan recuperado. Espero que el resto haga lo propio. Aunque creo que el equipo de estos bandidos, salvo que la magia sea mucho más común que en nuestro mundo, debería ser mucho más que suficiente para curarles. Veamos, por supuesto.