Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
-El original tiene cientos de años... solo tiene acceso a él gente como yo... Hace unos 100 años trataron de llegar a la primera isla... pero la distancia se había incrementado y no consiguieron llegar...
El mapa es tan antiguo que hasta los continentes se han movido y aquellos que intentaron llegar al continente dibujado en el límite tuvieron que volverse a su punto de partida. Quizá el mapa había sido guardado para la propia seguridad de los marineros ya que nadie parece saber que hay más allá del límite.
-Me gustaría poder dibujar un carta nautica más precisa y conocer esa nueva tierra. Pero primero se tiene que solucionar lo que está pasando en nuestro archipiélago.
Tras esto, le mira con una ceja alzada.
-¿Alguna vez has improvisado algo? Imagina que esto es un viaje improvisado... según vengan las cosas, las haremos... ¿quién necesita una tripulación?
-Eso es una tontería. Improvisar está bien pero no es algo que se busque. Es un recurso para cuando no hay tiempo de otra cosa o lo que has planeado sale mal, entonces improvisas. Ir alegremente así sin más y sin saber que hacer teniendo tiempo y posibilidades de planear cosas es una soberana estupidez.
Me encojo de hombros, ella sabrá. Pero estoy absolutamente en lo cierto.
-Deberías descansar.
Me pongo en pie para ir hasta la cofia del vigía a dormir allí.
-Aguafiestas... - murmura.
Recoge la carta náutica y la guarda donde siempre ha estado. Unos se van a dormir y otros se mantienen despiertos, haciendo guardias o manteniendo el timón en su sitio. Pero lo cierto es que la noche pasa tranquila. nada se interpone en su camino y solo pueden ver mar.
Hacia mediodía del día siguiente, llegan a las aguas de Aquitaine, la isla de los Elfos. Sylphi se queda en el barco mientras los representantes hobbits se desplazan para hablar con los dirigentes y comunicar lo que ha pasado en su isla. Por alguna extraña razón, los Elfos deciden que pueden quedarse en aquel lugar tanto como quieran y que pueden establecerse como una pequeña colonia a cambio de compartir sus costumbres.
Los humanos nunca se atreverían a atacar la isla élfica y sus aguas y son tranquilas. ¿Que mejor lugar para esos pequeños amigos? Tras hablarlo mucho, deciden que el barco puede venderse pues es demasiado grande para solo dos personas y con el dinero que ganan por él, compran uno más pequeño para Wade y Sylphi.
Ahora solo queda poner rumbo hacia su nuevo objetivo. Con la bodega llena de comida y dinero para poder comprar lo que necesiten, se ponen en marcha. ¿Irán hacia tierras desconocidas? Quién sabe... el mar es demasiado grande.
FIN DE LA ESCENA.