Partida Rol por web

Jayden se introdujo en la trastienda, allí revisó lo que había, todo estaba muy junto y colocado al lado de otras cosas: guantes, bolsas de plástico y basura, un aparato de aire acondicionado desinstalado y aún embalado, una caja de Stinkys (unos bollitos de nata, chocolate y caramelo bastante popular entre los niños) y un sin fin de objetos de almacén. Sara fue por detrás, alumbrando con la linterna, por lo que también pudo rebuscar entre los polvorientos estantes y los objetos colocados en el mismo suelo. Lo que pudo encontrar Jayden de cierta utilidad fue un estuche con varios destornilladores de diferente punta, mientras que Sara se topó con un martillo de albañilería, pequeño pero compacto, y pesaba lo suyo. David seguía junto al cuerpo, pensando y comentando la mejor manera de regresar al pueblo, o tal vez quedarse allí, así como el tiempo de viaje andando...

Creo que lo mejor seria seguir la carretera, puede que pase alguien que nos pueda ayudar. Aunque no me fio del ese loco del coche. David hablaba mientras tenia la mirada fija en el cuerpo del hombre que había muerto desangrado. ¿Podría acabar el igual, muerto y desangrado en una cuneta; o puede que estampado por el paragolpes de un Plymouth Fury del año 58? Si, puede que sea mejor el bosque. Dijo cambiando súbitamente de opinión. Así evitamos terminar atropellados por ese loco maniático sacado de alguna película del viernes por la noche.   

Tras pensar un poco cómo gestionar vuetras vuelta, David apostó por volver a través del bosque. Al fin y al cabo, era el lugar más directo hacia Derryhall, y desde la gasolinera de Larry Holmes no debía ser un paseo demasiado grande. Eso sí, era de noche y habría que tener cuidado.

Dejásteis finalmente la tienda de comestibles y al salir fuera vísteis a dos gatos comiendo del cubo de basura que habían caído. Entonces os percatásteis de que no eran gatos, sino mapaches. Éstos corrieron y se perdieron en la oscuridad al veros aparecer. Tras dejar atrás la gasolinera y cruzar el asfalto, volvísteis a pisar campo para, en cuestión de minutos, adentraros por la linde del bosque. Había que tener cuidado en base a las pequeñas alimañas del lugar, las raíces salientes del terreno y las rocas aquí y allá, que podían jugar una mala pasada o alguna importante torcedura de tobillo.

Tras unos quince minutos de marcha (en la que más o menos no habíais perdido la dirección hacia el pueblo), dejásteis de estar abrazados y rodeados de frondosos y altos árboles para vislumbrar delante de vosotros un claro dentro del bosque. En el claro había una cabaña de madera, una cabaña de recreo para cazadores o senderistas, seguramente. Lo curioso es que emanaba un brillo de su interior, como si dentro hubiera alguien.

Al adentrarme en el bosque me sentía nervioso y estaba muy paranoico, no podía dejar de pensar en que en cualquier momento podía aparecer el asesino para intentar asesinarnos a nosotros.

Cada vez que escuchaba algún sonido me daba vuelta intentando ver y/o entender de donde venia y lo mas importante que lo producía.

¿Estamos seguros que estamos yendo en la dirección correcta? Lo poco que podía ver a mi alrededor se veía igual, no tenia un punto de referencia claro…..podíamos estar caminando en circulo y yo no lo notaría.

Luego de un rato de caminata veo una cabaña, eso no me lo esperaba…..al acercarnos noto que tiene una luz encendida, o al menos eso parecía.

Miro a mis compañeros y les digo en voz baja ¿Creen que deberíamos tocar la puerta? Yo creo que es un riesgo y no estoy seguro de querer tomarlo….

Estar en el bosque me tranquilizó. Era de noche, se veía poco fuera de la luz de la linterna, pero al menos estabamos envueltos en árboles, en un espacio que me era familiar y donde conocía los ruidos. Alumbraba principalmente al piso y a pocos pasos adelante, lo suficiente para no tropezar pero también para que la luz no se viera demasiado a lo lejos y marcara su ubicación. La sensación de que nos observan no había desaparecido.

-Sí, Jayden - Contesté en voz baja con el tono de quien ha repetido lo mismo cincuenta veces. Iba buscando las marcas en los árboles que dejábamos durante los desafíos, y las raíces particulares del terreno. La cabaña me hizo detenerme de golpe y apagar la linterna. -Shh - Susurre escondiéndome detrás del árbol más cercano y esperando que hicieran lo mismo. -No debería haber nadie allí - Murmuré, tanteando con cuidado el piso a mi alrededor antes de dar un paso al cosa, intentando rodear el claro. -Sigamos - No tenía ninguna intención de tocar, si era el asesino hubiese sido estúpido, si era alguien que quería ayudarnos y lo necesitabamos siempre había tiempo de gritar más tarde.

David se escondió detrás de un árbol como indicaba Sara. Si, deberíamos de seguir. No creo que aquí viva alguien muy normal.  La cabaña en mitad del bosque siempre le habían dado muy mala espina. Deberíamos de llegar al pueblo lo antes posible y llamar a la policía, no podemos entretenernos a jugar a “las casitas” en el bosque.

Pese a esconderos unos instantes tras unos árboles cercanos, nada ocurrió. Nadie salió de allí, nadie entró allí. La luz siguió encendida en su interior, y la cabaña la expulsaba al exterior, como una bombilla en medio de la oscuridad. Por vuestra parte, seguísteis hacia delante. No os daba la mayor de las esperanzas el estar allí (y mucho menos acercaros, al parecer). Además, Derryhall estaba relativamente cerca. En menos de media hora, si continuábais la marcha tal y como hasta ahora, habríais llegado al pueblo.

Claro que, estando en mitad del bosque aún, un sonido os asaltó. No era una motosierra, tampoco unas pisadas que se acercaban, ni tan siquiera el grito ahogado de una víctima en una película de terror.

Sirenas.

Eran las sirenas de un vehículo de policía. Debía estar llegando a vuestros oídos procedente de la carretera, detrás del bosque, y lo hacía como con un eco distante (ello quería decir que el vehículo que la portase estaba lejos, bastante lejos). Enseguida el efecto Doppler que la gobernaba se esfumó, y supísteis que el vehículo se había alejado del todo. Entonces apretásteis el paso. Derryhall estaba muy cerca.

¡¡CLAP!!

  ¡¡CLAP!!  ¡¡CLAP!!
¡¡CLAP!! ¡¡CLAP!!    ¡¡CLAP!!

¡¡CLAP!!  ¡¡CLAP!!
    ¡¡CLAP!!
¡¡CLAP!!
  ¡¡CLAP!!¡¡CLAP!! ¡¡CLAP!! 
¡¡CLAP!!

Alguien corría.

Alguien venía.

 Se acercaba. Ya estaba aquí...Girásteis la cabeza, y antes de perder de vista la cabaña iluminada vísteis a un tipo correr hacia vosotros. Tenia una máscara de Halloween sobre el rostro... Salió de la espesura junto a la cabaña, como un poseso. Tras escudriñarle con la linterna os dísteis cuenta... ¡Era el tipo del Plymouth Fury del 58! ¡Venía hacia vosotros con un cuchillo en alto, con el brazo sobre su cabeza! ¡El cuchillo estaba ensangrentado!

David levanto en alto la barra y se preparó para batear la cabeza del tipo raro del Plymouth Fury del 58. Las manos le comenzaron a sudar y la barra de hierro empezó a resbalar por sus manos. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué pretendía? No era ningún héroe, esto no era una película. ¡Hay que correr! Rápido, hay que entrar en la caseta. Grito a la vez que se giraba para correr en dirección a la caseta. Gracias que correr nunca se le había dado mal, todos los días salía a correr con su hermano mayor, el cual estaba preparándose para entrar en el ejército. Puede que ese entrenamiento le salvase la vida antes de lo que pensaba.   

El sonido de las sirenas me generó sentimientos encontrados. Por un lado podrían habernos recogido de ir por la carretera, por el otro una pequeña esperanza, si el asesino aún andaba por allí quizás se asustara y se marchase lejos. Mirándolo por el lado bueno, ya quedaba poco. Podía imaginarme en la seguridad de mi cama... bueno, esa noche quizás iría a dormir al cuarto de Mica, estaba segura que a mi hermana no le importaría. El sonido de pasos me sacó de las fantasías.

Aferré el martillo temblando sin saber que hacer. Sería capaz de golpearlo antes que nos matara? Me preparé hasta que el grito de David me hizo volver a la realidad. Arranque a correr también hacia la casita, con suerte habría alguien. "Por favor, que haya alguien" Pensé esquivando árboles y ramas.

Que demonios? Como nos habrá encontrado? Todas esas preguntas daban vuelta en mi cabeza mientras decidía correr con los chicos, definitivamente no era una buena idea enfrentarlo….

Corramos! luego del grito empiezo a correr como si no hubiese un mañana, esperando poder encontrar ayuda en la cabaña.

Si hay luz alguien debe de estar dentro, esperemos que no sea otro loco como el que viene detrás nuestro. También nos podría servir de refugio por un tiempo, mientras pensamos una estrategia de escape…..no creo que podamos llegar a algún lugar corriendo por el bosque a oscuras. Podríamos tropezarnos, caernos y terminar en las manos de este loco haciéndole mas fácil la tarea. No me parecía la mejor opción.

Los tres corrísteis hacia la cabaña. Era huir al bosque en cualquier dirección o huir a la cabaña, la cual desprendía luz. El tipo se decantó, cuchillo en alto en mano, por la joven Sara. Sin embargo, ésta pudo zafarse del cuchillazo al aire que el sujeto había lanzado delante de sí. El tipo además resbaló, y aquello os dio tiempo suficiente a los tres como para acceder a la cabaña.

Segundos después empujásteis la puerta, pues no estaba cerrada y vísteis lo que había en el interior. Allí había una mesa y cuatro sillas de madera, un mobiliario simple; pero sobre las mesas había dos lámparas de gas, aún encendidas, y era lo que propiciaba la luz desprendida por las rendijas de la cabaña hacia el exterior. Pero lo más inquietante eran los dos cuerpos yacientes en aquel estrecho hueco de dos personas. Por sus atuendos parecían cazadores (capa ancha y parda, bostas altas y gorros), y además había dos escopetas junto a sus cuerpos. Ambos yacían sobre sus propios charcos de sangres, y a simple vista parecía que los habían apuñalado repetidas veces...

Tras ver esta escena, ¡¡os percatásteis de que no habíais cerrado la puerta!! Desde dentro, a través de ella, veíais cómo el PSI-CO-PA-TA que os perseguía se levantaba y corría hacia vosotros, agarrando firmemente el cuchillo que portaba. ¡En pocos segundos entraría en la cabaña!

Giré justo a tiempo, sentí el viento del cuchillo rozarme, y lo escuché resbalar en el musgo casi a mi lado. Jadeaba con fuerza para cuando llegamos a la cabaña, principalmente por miedo. Aquello había estado muy cerca, sin embargo la visión de los cuerpos ensangrentados me revolvió las tripas. Los pasos que se acercaban me hicieron voltearme para ver al asesino corriendo hacia nosotros. -Ayudenme! - Les grité a ambos de mis compañeros empujando la puerta con mi cuerpo para cerrarla, y buscando el cerrojo para trabarla.

David se precipito sobre la mesa para empujarla contra la puerta y así bloquearla. Intuia que la pequeña Sara no podría aguantar mucho sujetando la puerta.  

La puerta tenía un cerrojo en su parte trasera, Sara lo había visto, pero antes estaba más preocupada por cerrarla primero que de utilizarlo. David corrió y empujó la misma para ayudarla. Ambos pudísteis hacer más fuerza que el tipo de la máscara, que golpeó la entrada desde el exterior. Por unos segundos, mientras Sara tenía la mano en el cerrojo, los golpes hacía restallar la puerta sobre el dintel, en un tira y afloja a base de golpes. Finalmente, Sara pudo correr el cerrojo hacia la derecha y la puerta quedó clausurada. El tipo de la máscara dio un golpe final en ella y luego pareció desistir. Ya no le veíais, había quedado fuera. Cerrásteis los postigos de las dos ventanitas de la cabaña y quedásteis allí dentro, con los dos cadáveres de los cazadores, las dos escopetas y las lámparas de luz que iluminaban la estancia. Estábais a salvo, sí, pero encerrados en una cabaña en mitad del bosque. Seguramente el psicópata estaría merodeando en el exterior, pero no lo sabíais. Entonces oísteis sirenas de la policía una vez más, lejanas, como un eco resonante que peinaba la zona...

Al verlo acercase a toda velocidad por la puerta de la ventana me sentí muy aterrado, tan aterrado que me quede inmóvil mientras mis amigos sostenían la puerta, no podía moverme. Por suerte ellos pudieron cerrar la puerta y dejarnos a salvo, al menos por un tiempo.

Perdonen, no pude moverme a ayudarlos.  Ahora que estoy mas tranquilo reviso ambas escopetas. Espero que estén cargadas para que nos podamos defender de alguna manera.

Nunca había usado ni tocado siquiera un arma de fuego, espero que no sea muy complicado….En las películas lo hacen ver sencillo.

Jayden miró las escopetas. Parecían estar en buen estado pero solo una de ellas estaba cargada con un par de balas. La otra está vacía impar de casquillos descansaban sobre el suelo junto al cuerpo del dueño.

Hay que buscar algo para hacer ruido. Dijo David al escuchar la sirena de policía. Su primer impulso fue pegar un tiro con la escopeta, pero eso seria desperdiciar una de sus dos balas, y además, seguramente con el ruido de las sirenas la policía no le escuchara.

David comenzó a buscar algo que le permitirá hacer ruido o mandar alguna señal a la policía, puede que humo o una linterna.

Exhale de alivio cuando pudimos pasar el cerrojo. Tenía la respiración entrecortada por el miedo, eso había estado muy cerca. -Joder, que mal hay que estar para poner tanto empeño en matar a alguien - Murmuré acercándome a las escopetas para verlas también, pero sin dejar de mirar de reojo la puerta. -Si entra, lo agujereamos - Estaba decidida a dispararle antes de que nos matara a nosotros. Quizás si aguantaban al amanecer, alguien vendría. Aunque la esperanza de llegar a ver la salida del sol se hacia cada vez más lejana. -Crees que alguien nos escuchara con las sirenas? - Pregunté honestamente desanimada por lo lejos que sonaban. -Los cazadores suelen tener alguna forma de comunicarse en caso de accidentes - Miré los cuerpos con profundo desagrado y suspire, cerrando los ojos unos segundos, antes de decidirme a buscar entre sus ropas. -En el botiquin de emergencias no hay señales luminosas ni nada, no?

David pensó en hacer un disparo al aire. Pero a buen seguro golpearían el techo de la caseta y el ruido no llegaría a su destino (al menos no todo). Aparte de ello, no quiso desperdiciar el par de cartuchos que contenía. En su intento de buscar en el espacio pequeño y vacío, allí sólo estaban los dos cadáveres y las linternitas de luz, que no proyectaban un rayo de luz como cualquier linterna, sino que iluminaban una estancia al estar posados en un lugar (como una vela o un candil, pero eléctricos). Ello hacía que no fueran suficientes para emitir un rayo de luz visible y dar la alarma. Y aparte de las sillas, no había nada más en la cabaña.

Por su parte, Sara buscó algo entre las ropas de los cuerpos*. En ellos estaba su documentación (eran vecinos de Derryhall), su carnet de caza y permiso de armas, y, además, un cinturón con varias balas... ¡bingo! Ya no tendríais problemas con la munición.

Claro que, mientras Jayden trataba de superar aquella situación que nunca había vivido, David buscaba infructuosamente por la cabaña y Sara recogía las balas, comenzásteis a sentir uno olor caraterístico. A dicho olor le acompañaba un finísimo hilo de humo que comenzaba a filtrarse en el interior del refugio desde el exterior. Era el humo del... ¡fuego! El crepitar de unas llamas era ahora perceptible por vuestros oídos, el humo comenzaba a entrar cada vez más y más en el lugar... ¡Estaban quemando la cabaña por fuera! Ésta, al ser de madera por completo, no tendría ningún problema en arder hasta las cenizas...