Partida Rol por web

¡A por la racista, conito!

Me cago en absolutamente todo lo cagable. Qué fuerte que en el mismo sitio en el que algo de gustito había sentido hace un rato fuera ahora esta reverenda asquerosidad infame pinchándome las fosas nasales hasta lo profunda de mi cerebro. ¿Me dio esto del mal olor? ¡Improbable!

¿Alguien más me tasereó? ¡Quizás! ¿Pero por qué me dolía tanto el cerebro? ¿Depresión? Nah, era como más físico... Pero también me estaba afectando a la psique creo, porque terminé de llorar de cansancio mientras me agarraba la cabeza adolorida en el suelo. No lo dije porque estaba Énone, pero la verdad es que quiero descansar, joder.

En realidad creo que aproveché para hacerme la víctima. 

No había desición que tomar (por ende perdón por el retraso) Énone se precipitó hacia Cuddy y la levantó entre sus brazos. Bueno... Intento acomodarla es sus brazos ya que su ropa estaba empapada por los fluidos de dudosa composición que encharcaban el piso de los lavabos y se le resbalaba cada tanto. Al menos logró pasar el brazo por detrás de su cabeza.

—Cuddy! Cuddy! Háblame chica, háblame... ¿qué pasó? ¿Te has metido algo otra vez? ¡Ya te he dicho que...! 

Cuando Aiden y Liel salen al pasillo de los lavabos arrastrando el cadáver del matón se encuentran con una curiosa escena. Énone está en la puerta del baño de mujeres y de repente una chica rubia con gafas y un notable ataque de histeria se choca con él.

¡Déjame, terrorista de Al Qaeda! - grita la muchacha antes seguir corriendo hacia la pista de baile - ¡CUDDY-DUDDY ES UN VIOLADOOOOOOOOOOOOOOR! ¡SOCORROOOOOOOOO!

Por su parte, Énone no se queda en la puerta y se adentra en los baños olvidándose de la chica.

Cuddy! Cuddy! Háblame chica, háblame... ¿qué pasó? - la voz del joven árabe es apenas audible con el estruendo de la música -  ¿Te has metido algo otra vez? ¡Ya te he dicho que...! 

No me jodas que Cuddy es una mujer con sorpresa - Dice Aiden con sorna. Liel no entiende el comentario pero la consciencia de Suzie está poniendo al íncubo de idiota para arriba - Pues lo disimula muy bien. Qué cabrón...

Cuddy siente cómo alguien la despega de ese suelo que, con suerte, tiene un fugaz encuentro a la semana con la fregona. Quien sea la acomoda en su regazo intentando reanimarla. Sobre ella hay una cara desenfocada que se va aclarando conforme pasan los efectos de la descarga

¿Te has metido algo otra vez? - le recrimina Énone - ¡Ya te he dicho que...! 

La consciencia de Suzie trataba de hacerse fuerte tras el doloroso ceño fruncido que Liel le había calzado, si creía que cargar con el cadáver de aquella escoria, tratando de simular que iba ciego de más como para poder caminar, ahora se encontraba con que otros dos de su reducida banda (Por llamarlo así) se habían metido en su propio fregado en el baño de mujeres. Y lo que aquella mujer y Aiden insinuaban no la tranquilizaba, precisamente, pero Ènone, el falso elegido, también se había arrojado a las fauces del lobo sin tan siquiera interceptar a aquella chica que salía despedida hacia una zona más transitada. 

- Diablos, carga con este tipo ahí dentro y mídele el mastil a Cuddy si te da por ahí, pero echa una mano a Ènone, por favor. Voy a tratar de interceptar a esa tarada.- Le dijo Liel al íncubo tratando de ayudarle a deslizarse en el baño antes de salir a intentar dar con aquella chica antes de que la zona del baño se llenara de curiosos, seguratas y "agentes del orden", como gustaban de llamarse a algunos de entre los humanos, muchas veces lo peor de su escoria.

La puerta se abrió y para vuestra sorpresa entró Aiden cargando con un tipo calvo y musculoso, ayudado por Suzie. El problema de aquella pesada carga es que estaba muerta. Las manos de Suzie estaban manchadas de la sangre de aquel tipo y Aiden se había manchado un poco también al levantarle inicialmente él solo.

Al entrar en el baño y cruzarse con Tamara en el exterior, Suzie no se lo pensó dos veces, o más bien Liel y salió tras aquella chica, dejando todo el peso muerto sobre Aiden, quien dejó caer el cadáver en el suelo, junto a Cuddy. - Diablos, carga con este tipo ahí dentro y mídele el mastil a Cuddy si te da por ahí, pero echa una mano a Ènone, por favor. Voy a tratar de interceptar a esa tarada. - Dijo Suzie mientras salía de allí lo más rápido que su cuerpo le dejaba moverse.

La postura de este hizo que, a pesar de que la sangre ya no se moviese por su cuerpo, sí saliese alguna acumulada en la zona de la herida.

- Suzie... o Liel, no lo sé. La idea es sacarlo de la discoteca como si estuviese borracho. Yo solo no puedo. - Aiden miró a Cuddy. - ¿Y a ella que le ha pasado? - Preguntó al verla en aquel estado tan lamentable acercándose a Enone y Cuddy. Entonces vio la sangre en sus manos. - Será mejor que me lave antes de tocarla... - Dijo el incubo, moviéndose hacia los lavabos para retirar la sangre de su piel. - ¿Crees que podrá caminar sola? Te necesito para sacar a este tipo de aquí, Enone. Creo que el callejón oscuro donde hablamos con la borracha esa, será un buen lugar donde dejarle tirado. Además, ya sabemos quien anda detrás de todo esto y por donde entrar.

Para cuando Liel ya ha logrado desembarazarse del peso muerto (Valga la redundancia) la chica de las gafas ya ha alcanzado la puerta sin dejar de gritar que la quieren violar y que Cuddy es un travesti violador.

Liel abre la puerta para encontrarse de nuevo con el estruendo de la música, el caos de las luces destelleantes y la gran masa de cuerpos en movimiento que parece ocupar cada centímetro cuadrado del lugar.

La chica se adentra entre los bailarines sin dejar de gritar. Su agilidad y delgadez la ayudan a alejarse rápidamente y a Liel le cuesta seguirle la pista. Además, aunque la mayoría de bailarines prefiere pasar de la chica y seguir a lo suyo, unos pocos sí que se vuelven hacia ella para saber qué le pasa...

—¡No!¡No lo dejes caer al… —exclamó Énone al ver que Aiden dejaba caer el cadáver al piso empapado— …suelo. Oh no, oh no, oh no… dime qué era un monstruo. ¡Dime qué era un monstruo!

El muchacho, con la parte superior de Cuddy aún en sus brazos, miró el cuerpo y las manchas de sangre que poco a poco comenzaban a incorporarse a la indeterminada mezcla de fluidos que cubrían el suelo del baño público. La pregunta de Aiden, quién estaba obviamente más preocupado de cómo iban a salir de ahí le hizo enarcar una ceja.

—¿Caminar sola? —pasó la palma por la frente de su compañera— no lo sé, cayó de pronto, cómo sí… —no pudo encontrar una comparación adecuada—, apenas tuve tiempo de cogerla para que no rompiese la cabeza en el suelo.

Volvió a mirar al cuerpo. 

—Hay que esconderlo rápido, meterlo en un cubículo no sé, algo. Antes que entré alguien más. Ya hemos tenido demasiada suerte de que no hubiese habido nadie más aquí. 

Una cosa que tengo muy clara es que uno de los motivos por los que daba gracias, cada día, por haber dado con una portadora como Suzie es porque la humana era capaz de usar ese fornido cuerpo suyo de forma letal a la hora de dar una buena lección a sus adversarios, otra cosa era que hubiese ocasiones en que el cuerpo se resistía a realizar proezas más próximas a la ingravidez angélica, algo que a veces hacía que me diese de morros contra un muro recordándome a posteriori, con sendos papeles ensangrentados hundidos en la nariz, que aquí las cosas no trabajaban como en el séptimo cielo. 'FÍSICA' le encantaba decir 'LEYES DE LA FÍSICA' con tono poco satisfecho.

Esta iba a ser una de esas veces en que nos iba a tocar poner a prueba su agilidad y velocidad rozando lo sobrehumano, pero debíamos intentarlo con todas nuestras fuerzas... La chica ya se escabullía entre bailarines, babosos y empleados, berreando aquellas cosas absurdas sobre Cuddy (Porque no era cierto ¿Verdad?), sea como fuere, o los espíritus me habían dado alas para continuar con mi misión vengadora o Suzie estaba mejor tonificada de lo que recordaba, porque logramos echar mano de la muchacha antes de que nadie le hiciese demasiado caso, llevándola de vuelta al baño de mujeres, fuertemente aferrada por el brazo y tratando de sofocar sus berridos con la mano. 

- Lo siento, mujer, pero aquí se están moviendo fuerzas oscuras que han de ser detenidas y ahora mismo eres un impedimento para que logremos alcanzar nuestro divino objetivo, no nos lo pongas más difícil o tendré que hacerte callar de vez. No sé qué es lo que has visto, peor dudo que Cuddy haya intentado hacerte algo malo, y si así ha sido, seré la primera en interponerme entre tú y ella para protegerte.

Le espeté mientras mi cabeza zumbaba, esperando una respuesta satisfactoria por parte de mis compañeros, los que todavía estaban en aquel urinario deprimente.

- Si quieres te lo digo, pero no tengo ni idea. Cuando entré en el otro baño para... - Carraspeó un momento. - ... usarlo, ya me encontré con el tipo muerto y con Suzie o Liel allí a su lado, con el arma aún en la mano. Pero es el que le dijo a Liel, porque a ese si que le reconocí al hablar, quien andaba detrás de todo esto y el camino para dar con ella. Así que no era de los buenos... eso sí te lo puedo decir.

Aiden miró a Cuddy, que seguía en aquel estado y no parecía reaccionar.

- Si, pues como no la sueltes y me ayudes a moverle, poco podemos ha... - Aiden no pudo terminar la frase, la puerta del baño se abrió de golpe y una sombra asomó oculta tras los flashes de luz de las luces de la discoteca.

Suzie entró en el baño con Tamara agarrada de con un solo brazo.

- ¡SUÉLTAME! ¡OTRA VIOLADORA! ¡SOCORRO! ¡VAN A QUITARME LOS OVARIOS! - Exclamaba histérica Tamara, pero nadie le prestaba atención. La puerta se cerró detrás de Liel, quien vio como el cuerpo muerto de Alex descansaba en el suelo y a Énone sostener a Cuddy, inconsciente, entre sus brazos. Todo en un suelo que ya no era solo orín y quizás semen, sino que también tenía ahora la sangre del matón dibujando una figura sobre las sucias y húmedas losetas donde su cuerpo descansaba.

- ¡NO! ¡NO! ¡POR PIEDAD! - Gritó Tamara a los dos chicos. - ¡QUE ME SUELTE! ¡YO NO HICE NADA MALO! ¡SOLO TRATAR DE HUIR DE ESA PERTURBADA QUE ESTÁ EN EL SUELO TIRADA! ¡Y AHORA ME TRAE OTRA!

Luego se dio cuenta de que había un fiambre en el suelo. Un 2x2 con un pequeño charco de sangre a su lado. - ¡¿QUIENES SOIS?! ¡¿LOS ASESINOS DEL BAÑO?! ¡¿TAMBIÉN MATASTEIS A ESA CHICA AQUÍ Y AHORA...?! - Se puso a sollozar tras guardar un poco de silencio. - Ahora voy yo... - Susurró entre lágrimas mirando a todos y sintiendo como la mano de aquella fuerte mujer no la dejaba huir.

La cabeza de Énone trabajando a tanta velocidad que casi se podía oler el humo de las neuronas funcionando. 

—Tranquila... Por favor —dijo con su mejor cara de niño bueno, cruzó los dedos porque Suzie viniera lo suficientemente cerca para escuchar lo que trataba de hacer y no fuera a contradecirlo luego—, El tipo que está en el suelo, míralo, mira su cara... El es el destripador... Trató de atacar a mi amiga después de que te fuiste... Yo... Le puso algo en la bebida. Seguro... Seguro te dijo toda sarta de locuras cuando estuvieron aquí ¿No? Precisamente por eso, el tipo le soltó casi un kilo de... Por lo visto las droga y luego las... Ya sabes.

Todo dependía mucho de lo que Cuddy había dicho antes, pero no se le ocurría nada más.

—Si no fuese por ti que demoraste su entrada y luego él... Que me defendió cuando trató de atacarnos... Estaríamos muertos. ¡Ustedes dos son unos héroes!
 

Empezaba a entender por qué PopCorn a veces tenía esa mala leche tan agria, amarga, toxicidad y veneno: es horrible no poder moverse. No pude más soltar algún au... Sin muchas ganas zarandeo arriba zarandeo abajo. Además no podía mover ni la cabeza, y no me enteraba muy bien de lo que pasaba, peeero de repente estábamos juntos otra vez... y había un fiambre. ¿Es que no puedo estar cinco minutos inconsciente? ¡Y además soy el nuevo cono!

Ah, ya está, ya se me pasó. Aaaaaaah. Aaaah. Qué horrible... Tomé aire mientras me incorporaba. Gracias, ya estoy bien... o algo así. Hey, hola, Suzie, hola, ehm, tú... Éramos pocos y parió la abuela... (eso significa que hay mucha gente en el campamento)

¡Calla la boca! Eso para Tamara. Me hacía sentir como... de resaca. Así que saqué el taser, se lo mostré bien mostrado, y como quien regala flores, se lo regalé a Énone. Era un taser muy bonito con forma de pintalabios rosa. Jodiendas a parte... Me puse a ver bien la situación del fiambre involuntario y todo eso... ¿cuanto tiempo estuve medio inconsciente? Le hablé directamente a Tamara: Ya te lo he dicho: soy escritora. Estos son mis colegas escritores. Estás con nosotros, así que ayúdanos a escribir. 

Luego señalé al muerto con toda la pachanga. O terminas como ese. Por burundanguearme y taserearme. Era farol, pero es que no me apetecía cargar con el muerto. Y si no nos ayudas a tirar la basura, al menos ten el detalle de decirnos todo lo que sepas.

- Si, maldita sea, claro que es el asesino.- Miré de reojo a Énone y vi cómo Cuddy volvía de entre los muertos. Seguía sin saber qué diablos había pasado allí, y sus comentarios, tratando de marera a la chica a la que había traído de vuelta no ayudaban, peor había cosas a las que podía agarrarme. Miré a Cuddy extrañada, cuando soltó aquello de que éramos escritores, a veces me costaba seguirla, y eso que muchas veces era la muleta con la que me movía por el mundo de los humanos, peor esta vez cedí un hueco a Suzie para que tomase el control. - Escritora o no...- Volvía a mirar de reojo a mis compañeros.- ... Tasia era mi hermana, y espero que este fuese el asesino, porque habría hecho la mitad del curro, pero me ha dicho que hay una tal Carmilla para la que ha hecho lo que ha hecho, incluyendo lo de los ovarios... Eso y que la busquemos en un sótano o las alcantarillas a las que se da desde el almacén de este antro.

Si por un casual aquella chica conocía a Tasia, tal vez aquello le hiciese tomarse las cosas de otra forma. - Dejad de gritar medio segundo, coño, dejad que la chica respire.- Mientras decía aquello, me interpuse ante el cadáver, a ver si así se olvidaba medio segundo de que aquel puto violador fiambre estaba allí.

Para sumar más barullo aún la puerta se viene abajo por la patada de una pesada bota antidisturbios. Un equipo de policía entra con las armas en alto. Tamara parece quedarse en shock mientras los policías la apartan de Suzie para ponerla a salvo. El resto de los presentes en pie son esposados y llevados a comisaría. Para Cuddy piden una ambulancia que se la lleva al hospital.