Partida Rol por web

Tara se acerco al reloj que había encima de la puerta.

lo observo detenidamente, era un reloj digital y marcaba las 1:00

extraño porque llevaba Asi un buen rato y se había movido los minutos.

Parece que el chico oriental se ha calmado, así que le lanzo una mirada a la chica a la que estaba amenazando y suspiro, volviendo mi atención a la gente que se encuentra examinando el teléfono móvil. Me acerco a ellos disimuladamente y miro lo que aparece en la pantalla.

Barhigum estaba desconectado de todo lo que allí estaba pasando. Escuchaba murmullos, discusiones, y gritos a los cuales no prestaba la mas mímina atención. De rodillas en el centro de la habitación estaba con sus seis sentidos involucrados en el ritual pero este no finalizaría hasta que la sangre fluyera por su boca, ya fuera suya o de otra persona...

Etnio supura amighuam trembulus maqau... - Dicho estó Barhigum mordió con todas sus fuerzas uno de sus dedos para finalizar el ritual de sangre y de esta manera establecer contacto con su dios, el dios que lo había llevado a aquella sala y le otorgaría visión ancestral.

Seal empieza a oír muchos ruidos de fondo... algo no le deja dormir... Gente, la voz de varia gente. Procede a abrir los ojos y ve a bastante gente, algunos discutiendo, otros aún tumbados como él, otros peleándose por un... ¿móvil?

- ¿¡Que cojones...!? - Exclama al ver que está en ropa interior y tiene un mecanismo pegado al torso. - ¿Quien coño sois y porque estoy yo aquí? ¿De qué va todo esto? ¿Es una broma? Porque no me gustan demasiado este tipo de bromas... - calmate, calmate... piensa tras decir aquellas palabras. Se levanta. 

Despues de observar el reloj me doy cuenta que aunque en apariencia no es mas normal que el que suelo llevar en la muñeca sigue marcando la 1 cuando ya han pasado varios minutos desde que me acerque. En eso estoy cuando estalla un conflicto y asustada miro hacia donde un chico esta gritando a una mujer

-Asesina..-

Miro a mi alrededor y reparo en la gente detenidamente. Si han sido capaces de meter aqui a una asesina los demas me austan.Y aun hay orta pregunta que me llama ¿ Por que meterian aqui juntas a dos personas que tienen una deuda tan fuerte entre ellas?

El hombre parece calmarse, la chica ha tenido mucha suerte. Me giro y sigo mirando el reloj antes de volverme y hacerle un gesto al hombre que antes ha hablado tan correctamente para que venga, el unico que lleva gafas aqui.

Cada vez hay mas gente mirando el movil

Veis como Sarah esta toqueteano el móvil un par de minutos. 

Iñigo por un segundo se desconcentra al ver que al centro de la sala había un tipo mordiendose un dedo hasta casi arrancarselo. - Maldito loco!!... exclama en su sano juicio, luego vuelve al tema del teléfono.

El teléfono estaba totalmente en blanco, yo seguía pulsando teclas y examinando aquí y allí... nada. Al llegar a los números marcados había dos, pero curiosamente no correspondían a números telefónicos. -¿Qué demonios será esto?, será mejor que ninguno se entere de esto pues podría servir para salir de este maldito lugar, al fin y al cabo esto es obra de algún loco y esto puede ser una pista... 3 3 4 7 8, 3 3 4 7 8 , 3 3 4 7 8... 8 6 9 0 3 4, 8 6 9 0 3 4-. Me tomé un momento para memorizar los números y disimuladamente los borré.

Tras unos minutos trasteando con el teléfono sin suerte, levanto la cabeza hacia el resto que curiosamente se había ido aproximando hacia mí  -Nada, no hay nada, está totalmente limpio, esto es de locos... Toma, llama a la policía- giro el teléfono hacia Sarabi quién seguía frente a mí.

En mi cabeza seguía repitiendo mentalmente - 33478, 33478, 33478, 869034,869034, 869034.....-

Todo el mundo està demasiado metido en el tema del mòvil, yo no creo que a cualquiera que se le haya ocurrido meternos ahì medio en bolas, se le iba a pasar por alto que podìa dejar un mòvil desde el que podìamos llamar a emergencias. Mirò entonces al oriental, al menos se merece una respuesta.

-Ella estaba sufriendo mucho, no sabes cuàntos dìas pasaron antes de decidirme a hacer lo que hice... Dijo que nadie en su familia se atreverìa a hacerlo, por su religiòn... Estaba en fase terminal y no querìa sentir màs dolores...

Bajè la mirada, me daba vergûenza aceptar que habìa asesinado a una persona pero finalmente lo habìa hecho para hacerle un bien. 

-¿Y bien? ¿Algo interesante? - pregunto a la chica que trastea con el móvil sin dejar que nadie más lo vea.

El teléfono estaba totalmente en blanco, yo seguía pulsando teclas y examinando aquí y allí... nada. Al llegar a los números marcados había dos, pero curiosamente no correspondían a números telefónicos. -¿Qué demonios será esto?, esto podría servir para salir de este maldito lugar, al fin y al cabo esto es obra de algún loco y esto puede ser una pista... Cierro mis ojos, suspiro y  levanto la cabeza hacia el resto que curiosamente se había ido aproximando hacia mí  -Nada, no hay nada interesante, ningún número en la agenda, solo un par de número raros que no corresponden a teléfonos en rellamada, esto es de locos...pero quizás nos sirvan de algo-, me encojo de hombros.

Sin decir nada más comienzo a marcar el número de la policía.

De nuevo las cosas se suceden mientras estoy en guardia y atento, la rubia hace una sugerencia nada despreciable y que todo el mundo parece ignorar, aunque yo muevo mi cabeza negando con la misma. El tipo raro desdentado se muerde el dedo en algún tipo de ritual tribal asqueroso y despreciable. Todo el mundo parece centrarse en su mundo o en el maldito móvil, desde la asesina que podría ser asesinada y algunas personas, prácticamente todos, parecen hacerse una misma pregunta.

Creo que ninguno de nosotros tiene ni zorra de lo que está pasando, pero parece algún tipo de juego macabro con un fin que desconozco... Y que no me gusta. Joder, con lo tranquilo que estaría yo ahora en mi cama gratuita con comida gratuita...

Pienso. Estar privado de libertad no me molestaba, pero que me la arrebatasen y jugasen conmigo si ndejarme decidir me toca mucho...

... Los cojones.

Me mantengo a la defensiva pese a todo. Finalmente escucho las palabras de la chica del móvil.

Quizás sean dos códigos para algo. Dilos, o márcalos, a ver qué pasa.

Comento, a modo de posibilidad, aunque sigo sin moverme, fijándome también en el reloj y en mi entorno. Estoy convencido en mi interior de que eso es una cuenta atrás para nosotros en algún momento que se activará. Pero será una hora... ¿O un minuto?

¡MIENTES! - Grita -¡Mi madre me lo habría dicho! - Avanza hasta poner su cara frente a la de Katrina - ¡Dime la verdad o te mato!

Esta vez, debido a la furia contenida durante más de tres años contra la asesina de su madre, Hotarubi le suela un puñetazo en el estómago.