Vale, entonces a primera hora buscar una manera de vaciar la cuenta... Y supongo que tocará buscar alguna manera de ganar algo de pasta... ¿Puedo probar a ver que ha pasado con el local de Mayanin? También ver que tipo de ofertas de trabajo o anuncios hay en esta situación. ¿Donadores de sangre (pero que la paguen xD)?
Lo malo del restaurante es que la dueña y buena parte del personal, por lo que sabes, están enterrados bajo cientos de toneladas de roca. Puedes acercarte a ver y tirar para Investigar un Lugar Poderoso (y marcarte Mortalidad).
Investigar un lugar poderoso
Cuando investigues un lugar poderoso, tira con la Facción a la que pertenezca. Si superas la tirada, verás la realidad subyacente bajo la superficie. Con un 10+, puedes hacerle una pregunta al Maestro de Ceremonias sobre las tramas y la política de esa Facción.
Otra opción es Echarte a la Calle buscando trabajo en lugar de información. Se me ocurre que alguien que seguro que sabe de algún trabajito podría ser Yibul (XDDDD). Con esto también te marcas facción.
Echarse a la calle
Cuando te eches a la calle para conseguir lo que quieres, di el nombre de la persona a la que acudes y tira con su Facción. Si superas la tirada, estará disponible y tendrá lo que quieres. Con un 7‑9, elige 1 opción:
- La persona a la que acudes ya tiene problemas propios con los que lidiar.
- Lo que necesitas tiene un coste mayor de lo que esperabas.
Motivo: Echarse a la calle (Yibul)
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 8(-1)=7 (Exito) [6, 2]
Ufff, con lo malas que son mis tiradas, y además Velo la tengo a -1 xD ¡Pero vamos! ¡A por ello!
¡Por los pelos de tigre! Vale, pues vamos a eso, ya me dirás si hay coste extra o si Yibul tiene problemas.
El rakshasa se inclinó hacia atrás en su silla de forro de piel. Su oficina era lujosa con paneles de madera en las paredes, grandes ventanales y todo tipo de lujos. Contrastaba muchísimo con el decrépito edificio donde estaba situada.
No estaba usando magia para ocultar su aspecto. Billy estaba llevando bastante bien el hecho de que estuvieran en una entrevista de trabajo con una criatura demoniaca hindú.
-Pues claro que tengo algún trabajito para unos jóvenes emprendedores como vosotros. Hay un individuo que se niega a pagar el impuesto de protección al Poderoso Yurga.
Les mostró una fotografía de un hombre de tez morena, barba gris y turbante azafrán.
-Se llama Nish Kumar. En este negocio no podemos permitirnos tener clientes morosos así que los eliminamos. Es decir, lo eliminaréis a cambio de un pequeño estipendio.
Colocó el "estipendio" encima de la mesa. Era un fajo de billetes tan gordo que Cleo no habría podido sujetarlo con una sola mano.
-No os preocupéis por las consecuencias: su hija mayor ya tiene edad para hacerse cargo del negocio familiar.
Ahí tienes. El precio a cambio de una pasta gansa es, en fin, un punto de corrupción al finalizar el trabajo.
Cleo tragó fuerte.
-Eliminar... Vaya, supongo que no es la primera advertencia que le hacen... ¿no?- Dijo Cleo con media sonrisa, mirando de reojo a Billy. No estaba segura si estaba preparada para matar a alguien. Un aguijón de culpa le recordó que ya lo había hecho, a miles, por haber estado en la explosión. Pero lo había hecho sin querer... ¿Eso la justificaba? Se concentró en la conversación. -Es decir, no es necesario ir con todo si es una primera vez, ¿no le parece? Seguramente se podría llegar a un acuerdo de pagos que favorezca a ambos...- La fotógrafa sonrió esta vez intentando parecer encantadora.
Estoy intentando ver si puedo activar el movimiento "Convencer a un personaje no Jugador" para ver si puede rebajar el castigo al pobre señor Kumar. Me dices si es posible o no.
Yibul resopló, divertido.
-No, claro: por eso os mando a vosotros. Llegáis, le vaciáis el cargador en la cabeza, le cortáis un dedo o una oreja para traérmelo como prueba (no me fío de esas máquinas modernas de hacer fotos, ¿sabes? Soy más bien tradicional para eso), os pago y todos contentos.
-¿Estamos locos o qué?-le interrumpió Billy con los ojos como platos.
-¡Claro que no, amiguete!¡La locura sería mandar a un par de rakshasas a hacer el trabajo de dos críos! ¿Os hacéis a la idea de la que armarían?
No es posible pedir menos trabajo. Como mucho, más sueldo? ¿Querrías unas pastillitas?
La fotógrafa volvió a mirar de reojo a Billy, antes de sonreír. -Un dedo o una oreja. Entendido.- Dijo la chica, mientras se ponía en pie y ponía la mano encima del fajo de dinero. -Este es el anticipo, asumo...-
¿Querrías unas pastillitas?
Ja ja ja. No, gracias.
El dedo índice de Yibul, rematado en una garra terrible, sujetó el fajo de billetes.
-No: esto es lo que recibiréis cuando me traigáis pruebas de que habéis cumplido el trabajo. Si lo hacéis bien, habrá más trabajos y prosperaréis. Sé que sois unos chicos de recursos y muy inteligentes y que nunca intentaríais darme gato por liebre.
Con la otra mano señaló a Cleo.
-¿Guardas aquella tarjeta? Allí tienes la dirección de mi blog. Si buscas la etiqueta "Fracasos y traiciones" verás fotos de lo que les pasa a los que se quieren pasar de listos conmigo.
Mierda.
Cleo sonrió de lado, levantando la mano del billete y guardándose las manos en los bolsillos. -Comprendemos perfectamente.- Señaló con la cabeza a Billy. -En ese caso, deja que lo pensemos un poco. Igual, si no lo hacemos nosotros, lo harán otros, ¿no?-
Se puso en pie. -Gracias por atendernos, Yibul. Nos pondremos en contacto contigo.-
-Claro, si necesitas algo ya sabes dónde estoy. Un placer como siempre, jovencita. Salid por esa otra puerta, por favor.
Mientras salían, Yibul se inclinó sobre el comunicador para hablar con su secretaria, una mujer con sobrepeso y gafas de pasta rosa.
-Charlotte, haga pasar al siguiente, por favor... ¿Qué era...? Ah, sí, el tratante de esclavos y concubinas...
Billy se mordía el labio.
-¿Qué o quién era ese? ¿De qué le conoces? ¿Acabamos de rechazar un trabajo de asesinos a sueldo?¡Y yo me quejaba cuando construía escenarios para conciertos!
-Lo conocí en una fiesta.- Dijo Cleo, soltando un resoplido intentando sacarse la mala vibra del cuerpo que aquella reunión le había dejado. -Es un Rakshasa, ¿recuerdas lo que te conté?- Dijo. Negó un poco con la cabeza, quizás había sido mala idea hablar con ese tipo, pero por otro lado...
-Escucha. Tampoco me esperaba que el trabajo fuera a ser de asesinato. Pero... Bueno, estamos hablando de demonios y vampiros...- Puso cara de circunstancias y una sonrisa un tanto forzada. -El caso es que ese hombre, el tal Kumar, tiene los días contados.-
Se mordió la lengua un momento. -Tengo una idea... Pero no sé si sea algo posible.- Sacó el móvil y escribió un mensaje. -Igual podemos desentendernos de esto y buscar más opciones.-
-Cielo santo.
Billy estaba mirando el blog de Yibul con expresión horrorizada. La sección de Fracasos y Traiciones estaba llena de fotografías y vídeos de gente convertida en espantosos objetos decorativos previo paso por las cámaras de tortura. Era terrible ver cómo, a pesar de las horribles heridas, las víctimas eran alimentadas y cuidadas durante días simplemente para poder prolongar sus agonías. Las últimas actualizaciones de cada prisionero solían mostrar heridas infestadas de gusanos.
- Ese tío no bromeaba.
Lo más inquietante era que las fotos estaban tomadas en lugares limpios y decorados con vivos colores, a veces con gente de fondo que no parecía consciente de compartir plano con una silla humana. Y luego estaban los textos de apoyo escritos por el propio Yibul: de todas las cosas terribles que el demonio parecía capaz de hacer, su prosa estaba al mismo nivel.
Cleo guardó su móvil y miró el de Billy, para sentir un escalofrío correr por toda su espalda ante aquellas imágenes. -Bueno, aún no hemos aceptado nada, puedes estar tranquilo.- Intentó animar a su amigo. -Oye, ¿puedes volver al sitio de Dennis? Voy a visitar a un amigo, y es un poco... privado con sus cosas.-
-¿Un amigo?¿Qué amigo?¿El vampiro, el hombre lobo o algo peor? Ah, no, que esos los tengo yo... en fin, ¿sirve de algo decirte que tengas cuidado?
Billy suspiró, abatido.
Y, salvo que tengas algo que añadir, Billy se vuelve con los RedBeat y damos está escena por cerrada.
-Bill...- Cleo suspiró, pasándole un brazo por los hombros. -Voy a estar bien, ¿vale?- Apoyó la cabeza en su hombro. -Y sí, sirve de mucho que me lo digas, así que no dejes de hacerlo.- Rió.
Aunque no creía que hiciera falta, después de todo, era sólo ir a hablar con Bayhas.
Vale, dale cierre.