Partida Rol por web

La delicadeza con la que me deja sobre el colchón me enciende todavía más. Solo con lo visto y vivido hasta ahora, y sin haber empezado de verdad, este hombre echaba por tierra cualquier otro tío con el que había estado. - Solo espero que cumpla con las expectativas generadas. Sino, será toda una decepción - me digo sin poder evitarlo.

Cuando me susurra al oído el vello de mi cuerpo se eriza de inmediato.- Pues lo has conseguido en tiempo récord - le contesto divertida, mientras centro mi atención en los besos, caricias y mordiscos que me proporciona. El corazón se me acelera por momentos y siento como se entrecorta mi respiración. Y entonces llega esa sensación, que me demuestra que, en estos momentos, sería capaz de hacer lo que fuese necesario para evitar que este hombre se separase de mi lado. Lo que fuese necesario.

Tras darme una serie de atenciones que finalmente considero suficientes, me incorporo de cintura para arriba. Aun en esta posición sigo teniéndolo a mayor altura que yo, algo que me pone muchísimo. Siento su fuerza, su poder y su capacidad de dominación. Nunca lo reconoceré, pero esto me pone incluso más cachonda que el tener yo el control de la situación.

Estiro las manos para llegar a su camisa y empiezo a desabrocharle los botones. Ha llegado el momento de ponerse en serio.

Las manos de Alec parecían que tuvieran vida propia pues mientras tu ibas desabrochando los botones de su camisa ellas fueron hacia tu blusa para quitártela con velocidad y elegancia, tirándola al suelo. Tras esto dejó que lo descamisaras por completo, quedando desnudo de cintura para arriba sólo para tus ojos.

La camisa fue a hacer compañía a tu blusa y entonces el hombre que tenías ante ti te despojó de la última prenda que cubría tus pechos para tirarla por los aires con ansia. Viste como se mordía el labio con ansia ante la visión de tus pechos desnudos y te tumbó en la cama con fiereza mientras su boca caía sobre ellos, comenzando a juguetear con su lengua y a morderlos con cierta dureza. 

Sus manos iban hacia tus pantalones para quitarlos lentamente, parecía no tener prisa por lo que estaba haciendo. Al contrario, parecía estar disfrutando casa ápice de tu cuerpo al descubierto.

Cuando veo su torso desnudo me muerdo el labio inferior intentando contener la ansiedad que me genera su presencia. Le acaricio el pecho con mis manos, recorriendo su esculpido torso. Después continúo por sus brazos. La textura y fuerza de sus músculos elevan todavía más mi temperatura. Movida como una marioneta, me descubro buscando sus labios y descargando en ellos besos cargados de la frustración que me provoca el poco control que tengo sobre mi.

Al echarme sobre la cama, dejo que me mueva sin oponer resistencia. La forma en la que lo hace saca de mis labios un suspiro, que se convierte en gemido en el momento en el que su lengua toca mis pezones. Cuando noto sus manos sobre mi cadera la elevo para permitirle bajar mis pantalones con mayor facilidad. Mientras tanto, no hago más que desear que cambie su objetivo y empiece a descender por mi cuerpo.

Como siempre parecía escuchar tus pensamientos para darte todo cuanto deseabas pues tras desnudarte sus manos sustituyeron a su boca mientras su cuerpo iba bajando pegado al tuyo encendiendo cada poro de tu piel desnuda.

Entre caricias, besos y lametones  te encontraste el rostro de tu profesor entre tus piernas sin dejar de mirarte fijamente, atento a todas y cada una de tus reacciones. Notaste la templada lengua de Alec entrar en contacto con tu sexo, estimulando tu clítoris con pequeños pero intensos círculos, moviéndose a una velocidad endiablada. 

Por lo que podías intuir de su rostro semi enterrado entre tus piernas es que lo estaba disfrutando tanto o más que tu.