“Sería un caos si no hubiera control alguno, pero poco les costaría valorar qué usos pueden ser peligrosos y cuales no…” Piensa para sí mismo, sin llegar a comentarlo con el otro chico. Empieza a hacérsele tarde y no le ayuda en nada perder el tiempo en un debate que no le llevará a ninguna parte.
Vale… calle abajo, quinto cruce, derecha y recto hasta un recinto escolar viejo, entendido. Gracias y que vaya bien.
No menciona nada al respecto de la advertencia, pero teniendo en cuenta que una vez le da su respuesta prosigue su camino por tierra firme parece que como mínimo le ha escuchado, o eso o que la cercanía de las instalaciones no le inspira confianza como para arriesgarse a que le paren por segunda vez en una misma mañana.
Sin más, continúa su camino rumbo al campo de pruebas. Durante el trayecto le da vueltas al pensamiento de quienes de sus conocidos podrían llegar a ser admitidos según sus cualidades pero, aun sabiendo que sus miembros cumplen papeles muy diversos, desconoce en su totalidad el proceso de selección y termina resultándole muy difícil decantarse. En cualquier caso, parece que ya le queda muy poco para averiguarlo.
Te paso a la otra escena con todos. Esta la cierro por ahora.