Partida Rol por web

Agradecí a los chamanes su ayuda y me dirigí al valle de la fuerza. Era le mayor lugar de transito de todo Orgrimar y si alguno pasaba por alli esperaba descubrirlo. Me llevé a Brutha conmigo. Tanto para tener refuerzos si la cosa iba mal, como para disimular, ya que un chaman solitario y observador dando vueltas por alli podia llamar mas la atencion que si andaba con una orca conversando tranquilamente. 

Asi que me dediqué a fingir que charlaba con ella mientras buscaba por los alrededores los simbolos de la corrupcion. 

En medio del Valle de la fuerza Kalthar accionó el hechizo. Su ropa se onduló como si tuviese vida por sí sola, al igual que su pelo, mientras que un color morado le cambiaba el color de la piel. El joven orco emitía una luz como si fuera un farol, pero a pesar de ello ninguna persona de la que pasara parecía afectarle el hechizo. Lo único que el chamán notó es un rastro de un color verde que se quedaba en el suelo, como una especie de rastro. Por lo pronto la zona parecía estar libre.  

Sin embargo, esto no sucedió sin ser desapercibido, pronto llamo la atención de los guardias, quienes tenían la obligación de prohibir cualquier hechizo que se hiciera en la vía pública

—¿Eh tú, qué crees que haces, acaso no sabes que está penado lanzar hechizos en ciudad? —dijo el guardia quien había prendido de las telas al chamán.