Jason bajaba con una sensación agridulce, sumido en sus pensamientos. Recordaba el gesto tan tierno que Lex había tenido con él. La había cogido del hombro para ponerse después cara a cara, frente con frente, una nariz rozando a la otra, los labios muy próximos. Estoy muy orgulloso de ti, le dijo un momento antes con sus manos en las mejillas de ella. Era la que más miedos había afrontado en la cueva. Recordaba también que cuando se giró para buscar a Joe y agradecerle el esfuerzo final, se dio cuenta del estado del brazo de Oli. Se acercó a ella y lo observó con cuidado. Además de la quemadura, tenía grapas en él. Pero, ¿qué te has hecho, Oli? ¿Qué te han hecho?, pensó preocupado. Dijo que debían ver a un médico cuanto antes. No tardaron mucho en bajar la colina.
Lo hizo sin darse cuenta de que su mochila había desaparecido. Solo quedaba el piolet, que se lo había entregado a Oli. Caminaba al lado de Joe, con la mano en su hombro, cuando se volvió para mirar atrás. Los cuatro se volvieron. Una sombra parecida a Rúmica se despedía de ellos con la mano. ¿Sería ella? Jason sonrió. Había dicho que se verían en los sueños. Si aquello era un sueño, él no quería despertar.
A Joe se le dibujó una sonrisa infinita al comprender que aquella figura que divisaba era Rúmica. Finalmente aquél era un final feliz. Todos estaban a salvo. La saludó con gran énfasis.
- Chicos. Algún día, y puede que este día no llegue nunca, cuando pasen años o cuando seamos viejitos, deberíamos volver a este sitio y despedirnos de Rúmica como se debe. Eso sí, nada de exploraciones profundas…
Era difícil de describir la mezcla de sentimientos que acompañaban a Lex en su descenso junto a los demás. Su corazón aun latía desbocado por las palabras de Jason, su cercanía y complicidad, era uno de esos instantes que marcan un antes y un después en la relación entre dos personas pero que no sabía aún que forma tomaría. Al mismo tiempo debía secar sus lagrimas de vez en cuando ante la realidad, Rúmica se había sacrificado por ellos.
Viendo el panorama con Oli, rebusco en sus bolsillos hasta dar con alguna de las toallitas antisépticas que llevaba con ella a todas partes en esos días de verano, porque siendo honestos siempre acababan con las rodillas peladas. Así que se afano por ayudar a cada uno de sus amigos con sus heridas, las rodillas de Jason, las manos de Joe y toda aquella de Oli que no necesitara el vistazo de un médico. Dándole un beso en la frente a esta sonriendo al ver que su lengua no había resultado dañada por lo sucedido.
-no dejamos a nadie atrás ¿recuerdas? - dijo ofreciendo su mano para que se levantara antes de emprender el camino de regreso
Todos nos giramos perplejos viendo la silueta en lo alto de la colina, sería una aventura difícil de olvida y cada verano acabarían pasando por allí, por lo que no dudaba que como sugería Joe acabarían convirtiendo las vacaciones en un peregrinaje a ese lugar.
-tal vez podamos verla otro día ¿no creéis? Aun nos quedan días antes que el verano se termine – dijo risueña tomando rodeando a sus amigos por los hombros viendo la sombra saludarlos
Sí, aun quedaba mucho verano.
Tenía el brazo como si viniera de la guerra, además estaba el mordisco de la oscuridad. Me sentía importante, las cicatrices eran como medallas, estaba ahí para recordar que lo sucedido había sido real.
- ¡Qué fuerte! - estaba super sorprendida - un poco más y me quedo dentro - era cuanto menos difícil de entender que en el último tramo se me hubieran complicado tanto las cosas. Aunque me entraba la duda de si realmente hubiera muerto allí o me hubiera convertido en alguien como Rúmica.
Abracé a cada uno de mis amigos como forma de agradecimiento al no dejarme atrás - sois los mejores - agradecí a Lex la cura que trató de hacer en mi brazo - son grapas y eso de ahí... es el mordisco del señor oscuro, igual me convierto en un nazgül. Molaría más un vampiro, oye si pasara... ¿Queréis formar parte de la oscuridad u os dejo estar? - lo más seguro es que si me transformaba en otro ser fuera a verlos, para contarlo claro. Empecé a pensar que tendría que poner una cámara a grabar toda la noche por si me afectaba en algo.
Las heridas tampoco eran para tanto, chinchetas y grapas, empecé a quitarlas gracias a la mini-navaja que llevaba en el bolsillo. A diferencia del resto del equipo que se había quedado en la cueva, la navajita seguía conmigo - trae la gasa porque la sangre es muy escandalosa - pasé los dedos por encima de la marca oscura, me quemaba, aunque esperaba que no fuera a más.
Cuando los demás se giraron, también lo hice, descubrimos que Rúmica estaba en lo alto de la montaña, saludando - menuda fiesta que se va a pegar, tiene nuestras mochilas - aún quedaba comida y seguro que invitaba a la niebla oscura, los gusanos y los enjambres a comer las chocolatinas, hasta podría hacer una fiesta con las linternas, si hasta estaban las cantimploras y los walkies - ¡¡RÚMICA, nos vemos de noche!! - hice grandes saludos desde mi posición.
- Nunca olvidaremos lo que nos ha pasado y además, hoy espero soñar con Rúmica. Tengo muchas ideas - igual me podía comunicar con ella gracias a la marca oscura. Se abría un cúmulo de misterios con aquella señal en mi brazo - ¿Os imagináis que adquiera poderes gracias a esto? - sería brutal.